De 2011 a 2015, el gobierno del priísta Carlos Lozano de la Torre le ha entregado a una de las empresas de Alberto Baillères González por lo menos 13 millones 800 mil pesos por las corridas de toros que, año tras año, desarrolla en la Monumental de Aguascalientes, dentro de las celebraciones de la Feria Nacional de San Marcos (FNSM).

Se trata de Espectáculos Taurinos de México, SA de CV (Etmsa), propiedad del empresario considerado uno de los hombres más ricos del mundo, con una fortuna de 9.9 mil millones de dólares según la escala elaborada por la revista Forbes.

No obstante la condición excepcional de Baillères, su compañía encargada del ramo taurino recibe los subsidios anuales, revela el propio Patronato de la Feria en respuesta a las solicitudes de información PAI.012.20048/13, PAI.009.27526/15 y PAI.008.27525/15, presentadas por Contralínea.

Financiamiento público millonario

La Feria Nacional de San Marcos se lleva a cabo en los meses de abril y mayo. La conforman conciertos de todo tipo, obras de teatro, recitales de poesía, funciones de baile, ballet, danza; competencias de natación, ciclismo, basquetbol, frontenis; concursos de belleza, exposiciones, muestras gastronómicas… corridas de toros.

Los festejos se dan en una plaza de propiedad pública, y para el gobierno de Aguascalientes el serial taurino es uno de los puntales de la Feria. Sin embargo, la encargada de gestionar, montar y recoger lo emanado de la taquilla de la Monumental es la empresa de Baillères, a la que la actual administración estatal, por medio del Patronato de la FNSM, cada año le garantiza centenas de miles de pesos del erario:

En 2011 fueron 3 millones 480 mil pesos; en 2012, 2 millones 320 mil; 1 millón en 2013; 2 millones en 2014, y 5 millones de pesos más en 2015, año del regreso de José Tomás a la Monumental.

—De lo recibido, ¿qué retribuye al erario la empresa?

—Nada. Al Patronato, [Etmsa] no le da nada –responde, tajante y con naturalidad, Marisa González, encargada (en ausencia por motivos de salud de Manuel Ramírez de la Torre) de la Coordinación de Eventos Taurinos, Ganaderos e Isla de San Marcos del organismo público.

Por su parte, Ricardo Sánchez, gerente de la empresa Etmsa, rehúye el tema. “No. No, no, no. Yo no sé nada de eso”, suelta de golpe el matador de toros en retiro apenas escucha la palabra “Patronato”.

—Pero, matador, usted es el gerente, ¿cierto? –se le inquiere al representante de Baillères en la capital aguascalientense.

—Sí, sí soy el gerente [de Etmsa]. Pero te pido que no publiques nada de eso…

—¿Usted es el gerente y no sabe nada de lo que la empresa recibe del Patronato, y de si se retribuye en algo a las finanzas públicas de lo que entra en taquilla?

—No, no, no… –rechaza por última vez Sánchez y corta la entrevista que no pasó de la primera pregunta.

La Feria de San Marcos es uno de los pocos seriales taurinos en México al que aún acuden numerosos aficionados y que tiene una afluencia de público en promedio mayor que la de la Plaza México, en proporción al tamaño de la plaza y el número de corridas ofrecidas. Además, el capital está asegurado por el empresario que está detrás de ella.

Aguascalientes no reporta las pérdidas que declaran el resto de las empresas taurinas, sobre todo la de La México, a pesar de que el espectáculo que ahí se ofrece no es distinto al dado por Miguel Alemán y Rafael Herrerías: “El público feriante hace acto de presencia; la grandeza de la tauromaquia, apenas”, escribe el cronista de toros Leonardo Páez.

“Desiguales combinaciones y encierros de discreta presencia y escasa bravura, como ya es costumbre en ferias y temporadas del país, salvo confirmadoras excepciones maquilladas por publicronistas y positivistas falsos”, es lo que se da en Aguascalientes: mismos toreros, mismas ganaderías, misma sensación de permanente fraude.

La Monumental aguascalentense es propiedad del estado, del Patronato de la FNSM, pero a diferencia de España y Francia –donde las comunidades instan a las empresas cumplir con un pliego de obligaciones para ganar la licitación de las plazas– el gobierno ha mantenido automáticamente a favor de Baillères el control del coso sin exigirle rendición de cuentas de ningún tipo.

Según la Ley del Patronato de la Feria de San Marcos, el organismo descentralizado debe vigilar que las promotoras den espectáculos a “precios accesibles a la economía popular” (artículo 10, fracción XI). Sin embargo, las entradas llegan a costar 1 mil 450 pesos si se logran conseguir directamente; si no, es necesario acudir a la reventa, tradición tan vigente como la coronación de la reina anual.

“No estamos de acuerdo con ese tipo de concesiones cuando existen muchos pendientes en el estado”, dice en entrevista Rodolfo Téllez Moreno, encargado del Comité Municipal del Partido Acción Nacional.

El político, aunque de derecha, miembro de un partido abiertamente proempresarial, se queja de que alguien con la solvencia de Alberto Baillères reciba recursos públicos para montar espectáculos que no redituarán nada a las instituciones sociales. “A parte de que les va muy bien, se les da más”, agrega.

Y es que de acuerdo con la ley, “lo que el Patronato recaude con motivo de la Feria Nacional de San Marcos […], se aplicará a cubrir sus propios gastos y el resto se entregará como donativo en la proporción del 85 por ciento para el Dif [Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia] Estatal y 15 por ciento para el Dif del Municipio de Aguascalientes” (artículo 7).

En 2014, el gobierno de Carlos Lozano de la Torre se jactó de repartir apenas 2 millones 26 mil pesos entre las entidades de asistencia social de los 4 mil 300 millones de pesos del flujo económico provocado por toda la Feria, según datos oficiales. Al mismo tiempo, el gobernador, con apoyo del presidente del Patronato, envió un proyecto de ley al Congreso local para que ni ese remanente se les dé a los Dif en los próximos años.

José Tomás, uso partidista

El gobernador se empecinó y no lo ocultó: haría todo lo posible por que José Tomás Román Martín volviera a partir plaza en la Monumental de Aguascalientes después de haber estado a punto de perder la vida en ese mismo ruedo por una grave cornada en 2010.

“Confiamos en que pronto lo tengamos de regreso en México, y particularmente en Aguascalientes”, dijo 15 meses después, desde España, Lozano de la Torre, invitado “especial” del matador español –según un comunicado oficial– a su reaparición tras el percance sufrido.

Desde entonces, el político priísta no cejó en su deseo.

No fue sino hasta 2015 que la empresa de Baillères y el llamado Príncipe de Galapagar firmaron su regreso a la Feria Nacional de San Marcos. El feliz acuerdo coincidió con el mayor monto que el Patronato le ha entregado a Etmsa en el sexenio.

José Tomás es considerado una de las máximas figuras del toreo de las últimas décadas. Su popularidad trasciende los círculos taurinos por su calidad como torero y por la forma en la que ha llevado su carrera, distinta a la del resto de los diestros: el español no da entrevistas, no realiza apariciones o participaciones mediáticas, casi no torea, y cuando torea no permite ser transmitido por televisión. Tan esporádicas son sus apariciones vestido de luces que la de Aguascalientes fue su primera corrida en 2015, la única desde junio de 2014.

La locura se desató: gente que se formó durante días en las taquillas les fue imposible conseguir boletos para la corrida que se llevó a cabo el 2 de mayo; algo similar ocurrió con quienes intentaron adquirir localidades por medio del sistema de Ticketmaster.

Los reclamos se generalizaron. Taurinos y peñas señalaron directamente al gobernador: que la tarde de José Tomás se debía a la insistencia de Lozano de la Torre apoyada en recursos públicos, que la corrida “era” del priísta y sus invitados, que era el gobierno del estado quien “hacía empresa”.

“El gobierno ocupará unas [1] mil localidades”, escribió en un comunicado público el Centro Taurino México España, con sede en la capital aguascalientense.

“La plaza tiene un cupo de 16 mil lugares. Si el gobierno ocupó 1 mil, deben quedar 15 mil.

“El sindicato de boleteros repartió, en común acuerdo con la empresa, según dijo su líder [en una entrevista transmitida en Radio Viveros], 400 fichas entre la gente que estuvo formada [durante días].

“De esas 400 fichas solamente pudieron venderles a 125, aproximadamente”, decía la denuncia.

Tal fue el reclamo de la gente que la delegación en la entidad de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ordenó a Etmsa vender 3 mil 500 boletos más el día de la corrida.

Aun así, muchos se quedaron con las ganas de conseguir un lugar para ver el mano a mano entre José Tomás y Eulalio López, Zotoluco, con ganado de Fernando de la Mora y Los Encinos.

“Hubo repartición de boletos de cortesía en el estand del PRI [Partido Revolucionario Institucional] de la Feria”, acusa Téllez Moreno. Boletos por los que los aficionados estaban dispuestos a pagar el doble o el triple de su precio fueron regalados por el Partido del gobernador.

La clave es Carlos Alejandro Alba Felguérez, quien es el presidente del Patronato de la FNSM a la vez que funge como secretario de Planeación, Estrategia y Financiamiento del PRI.

Alba Felguérez es precisamente el encargado de vigilar todo lo que ocurre con los eventos de la Feria, y naturalmente estaba enterado de la demanda, el barullo provocado por la reaparición del torero español y de la especulación y escasez de boletos.

“Es muy burdo del PRI: poner como encargado de la Feria al mismo que hace estrategias electorales. El Patronato es la caja chica del gobierno para favorecer sus candidatos.

“Lo ocurrido con José Tomás perjudica a la fiesta [de los toros], a los aficionados. Pues acabó siendo parte de la promoción electoral”, concluye Téllez.

Contralínea insistió en conversar con Carlos Alejandro Alba Felguérez y con el gobernador del estado, Carlos Lozano de la Torre. No hubo respuestas positivas.

Fuente
Contralínea (México)