En julio de 2012, Siria vivió los peores actos de violencia:

• El 16 de julio, el llamado Ejército Libre Sirio (ELS) anunciaba el inicio de su operación denominada «Volcán de Damasco» que convirtió varios barrios de la capital en verdaderas zonas de guerra.

• El 18 de julio, un atentado con explosivos contra la sede de la Seguridad Nacional, también en Damasco, dejaba como saldo varias víctimas fatales, entre las que se encontraban el ministro de Defensa Assef Chawkat; el general Hassan Tourkmani, a cargo de la dirección del «Equipo de Crisis»; y el general Hisham Ikhtiyar, jefe de la Seguridad Nacional.

• El 24 de julio, la llamada «oposición siria» invadía Alepo y lograba obtener el control de la mitad de la ciudad y de gran parte de su región rural.

Estos acontecimientos coincidían con el nombramiento del príncipe Bandar ben Sultan como jefe de la inteligencia saudita y con la decisión de poner bajo su control el «expediente sirio», en momentos en que Riad decía públicamente haber optado por una línea diplomática tendiente a «detener el baño de sangre» y mantenía su versión mediática de que existía en Siria una revolución pacífica que se enfrentaba a un régimen armado hasta los dientes. Durante aquel mismo mes de julio de 2012, el rey saudita Abdala Ben Abdul Aziz llegaba incluso a declarar que deploraba «la grave escalada de actos de violencia del régimen sirio».

Pero resulta que los despachos confidenciales de la diplomacia saudita, que el sitio Wikileaks acaba de revelar, demuestran que Arabia Saudita se había implicado profundamente en el apoyo y financiamiento de la llamada «oposición armada siria» desde los primeros meses de la crisis siria y que la cooperación turco-saudita comenzó desde 2012, mucho antes de la visita del príncipe heredero Mohammed ben Nayef a Ankara, en abril de 2015, como afirman los medios.

Apoyo a Burhan Ghaliun como jefe del CNS

Por ejemplo, en un despacho con fecha del 19 de abril de 2012, firmado por el entonces director de la agencia de inteligencia de Arabia Saudita, Mukrin ben Abdelaziz, y por el ministro de Relaciones Exteriores Saud al-Faisal, aparecen las siguientes recomendaciones:

«En cuanto a la importancia de actuar para ayudar a la oposición siria y el ELS, referirse a lo acordado entre el Reino [Arabia Saudita], Turquía y Qatar para la creación de un comité o grupo limitado a altos responsables militares que servirían, en cierta forma, de elemento de unión con el CNS [Consejo Nacional Sirio] y el ELS, insistiendo en la necesaria obligación de hablar con una misma voz y de unirse bajo la dirección del CNS, el cual ha aceptado unir a sus miembros bajo la dirección de Burhan Ghaliun; ya que, actualmente, todo cambio en su dirección provocaría divisiones en las filas de la oposición.»

Colaborar con Turquía y sacar provecho del plan Annan

El documento aparece redactado en esos términos a pesar de que unos veinte días antes, el 8 de abril, el ministro de Relaciones Exteriores saudita Saud al-Faisal firmaba un documento dirigido a la «favorable mirada» del rey, con la esperanza de convencerlo de lo oportuno que sería actuar de forma coordinada con Turquía e intensificar los contactos con la oposición siria:

«Una acción coordinada con Turquía es de la mayor importancia. A pesar de [que ese país tiene] su propia agenda sobre Siria y la región, sería oportuno aprovechar su posición para aumentar la presión sobre Siria. Es igualmente muy importante intensificar nuestros contactos con la oposición siria y exhortarla a unirse y a armonizar sus posiciones porque eso ayudaría a acelerar la descomposición del régimen y su derrumbe, y exhortarla también a no aparecer como un obstáculo para la aplicación del plan del emisario internacional Kofi Annan. Porque el que comenzará por ejecutar ese plan es el régimen sirio, con la retirada de sus fuerzas de las ciudades el día 10 de este mes y el cese de los asesinatos el siguiente día 12. Por consiguiente, la oposición no debería ser considerada responsable del fracaso del plan [de la solución], para no atraer la crítica sobre sí misma.»

Armar a los llamados «revolucionarios»

En mayo de 2012, los miembros del Equipo de Crisis [sirio] escaparon a un intento de asesinato por envenenamiento. El embajador de Arabia Saudita en Beirut envía al ministerio saudita de Relaciones Exteriores sus reflexiones sobre las implicaciones de ese hecho:

«Los rumores no confirman la muerte de los miembros del Equipo de Crisis sirio, particularmente el deceso de Assef Chawkat, cuñado del Presidente Assad.
En cambio, confirman que se alcanzaron otros objetivos al impedir la participación de varios miembros del Equipo en la reunión, lo cual obstaculiza los planes de la dirección siria en el terreno.
Se dice que el ESL ha recibido cantidades de armas a través de Turquía, como unos 300 RPG con 12 000 proyectiles y 400 ametralladoras Kalashnikov. Los observadores estiman que la cantidad limitada de armas a la disposición del ESL le impide reclutar nuevos miembros y partidarios y que si dispusiera de una cantidad suficiente [de armas] podría movilizar 30 000 combatientes capaces de poner fin a la situación en Siria, sin esperar por las decisiones de Rusia de la que nadie sabe lo que quiere ni cuáles son sus intereses inmediatos.
Los observadores no manifiestan que deploren el fin del papel del CNS, que no tiene ninguna eficacia en el terreno. Su fin llevará a que se deje de hablar de una oposición siria invitada a dialogar con el presidente Assad, y a que se hable solamente de revolución contra su régimen.»

Financiar el ELS
para reclutar combatientes

En cuanto a la derrota del ELS en la «capital de la revolución siria», el embajador saudita en Beirut expresa al ministerio de Relaciones Exteriores su desolación en los siguientes términos:

«Haber inflado la resistencia de los revolucionarios en Baba Amro, en la ciudad de Homs, amplificó la victoria obtenida por las fuerzas del presidente Assad y podría llevar a fortalecer la confianza del régimen [sirio] en sí mismo, o dar la impresión del poco interés de los llamados a armar a la oposición.
Lo sucedido ha sembrado temores en cuanto a la existencia de acuerdos internacionales a expensas de las orientaciones y prioridades de los países árabes que apoyan a los revolucionarios, aunque reavivó las esperanzas de lograr incitar a todas las partes a buscar seriamente una solución política.
Los observadores estiman que es necesario continuar apoyando la resistencia armada siria: garantizando salarios elevados a todo recluta que deserte del ejército regular; proporcionando armamento equivalente al que posee el régimen [sirio]; apoyando a los países vecinos de Siria, en particular a Jordania; y también concediendo un apoyo financiero a las poblaciones que viven cerca de las fronteras sirias con Líbano e Irak, para que estas contribuyan a la formación de un entorno favorable a la revolución siria.
En ese sentido, ha podido notarse que en el norte de la ciudad de Akkar [en Líbano], limítrofe con Siria, representantes de la Corriente del Futuro [14 de Marzo] comienzan a criticarla porque se sienten incapaces de ayudar a los rebeldes sirios de ninguna manera, debido a la pobreza que ellos mismos sufren en esa región.
Sería probablemente útil que los Estados favorables a la revolución siria concedan urgentemente su apoyo financiero a esa región y a las regiones similares en otros países, para mejorar sus condiciones de vida; lo que contribuiría a facilitar su enlace con el interior sirio, sobre todo porque ya cargan con el peso de la recepción de un gran número de refugiados sirios.»

Fuente
Al-Akhbar (Liban) ">Al-Akhbar (Liban)