Thierry Meyssan, consultante político, presidente-fundador de la Red Voltaire y de la Conferencia Axis for Peace

Nuevamente, los adversarios de paz han tratado de sabotear el acuerdo concluido entre Irán y Estados Unidos. Ustedes recuerdan probablemente que durante la primera conferencia de Ginebra [sobre Siria], en junio de 2012… durante aquella primera conferencia de Ginebra, hace ya bastante tiempo, un grupo de oficiales estadounidenses, encabezados por el general David Petraeus –en aquel momento director de la CIA– y por su amigo el general John Allen, con ayuda de la secretaria de Estado Hillary Clinton, sabotearon el acuerdo y empujaron a Francia y Qatar a reactivar la guerra en Siria.

Algo bastante parecido estuvo a punto de ocurrir esta semana [del 26 al 31 de julio de 2015]. Ahora que ya está firmado el acuerdo entre Irán y Estados Unidos, Estados Unidos comienza a ocuparse del traslado del Emirato Islámico, de instalar la paz aquí [en Siria] y de ajustarle las cuentas al presidente turco Erdogan, quien no siguió las instrucciones que había recibido en los últimos meses.

Así que, el pasado viernes [24 de julio de 2015], el presidente Obama –antes de salir para África– se comunicó telefónicamente con su “amigo” Erdogan y le dio un ultimátum.

Le dijo: “Lo que usted está haciendo es muy grave. Así que, ahora, usted tiene que parar inmediatamente la construcción del gasoducto pactado con los rusos hacia la Unión Europea porque ese gasoducto es una amenaza para la supremacía de Estados Unidos en el continente europeo. En segundo lugar, usted tiene que detener inmediatamente su organización del Emirato Islámico porque el jefe del Emirato Islámico es usted y nosotros lo sabemos bien. Y si usted no obedece de inmediato, tomaremos las medidas necesarias, incluyendo sacar a Turquía de la OTAN.” Es posible que eso no pasara de ser una amenaza. Pero fue, en todo caso, algo muy serio.

Después de eso, Obama salió para África y mientras volaba sobre el Atlántico –o sea, sin contacto con sus consejeros habituales–, el general John Allen, que hoy dirige la coalición internacional contra el Emirato Islámico, se puso en contacto con el presidente turco Erdogan y le propuso sabotear juntos el acuerdo entre Estados Unidos e Irán.

La proposición de Allen al presidente turco Erdogan fue retomar el plan de Robin Wright, cuya aplicación ya había iniciado el Emirato Islámico –la creación de un Sunnistán, que abarcaría territorios de Irak y Siria, y la creación de un Kurdistán, también a caballo entre Irak y Siria, que abarcaría gran parte de Irak y una pequeña franja de territorio en Siria, a lo largo de la frontera turca, para llegar hasta el Mediterráneo.

Allen le dijo a Erdogan: “Vamos a reactivar eso y usted nos ayudará. Como usted le dijo al presidente Obama que usted está en contra del Emirato Islámico, vamos a montar un pequeño show basado en eso y usted aprovechará para bombardear a los adversarios de ese Kurdistán”, o sea bombardear a los kurdos del PKK porque ese Kurdistán estaría bajo la dirección del clan Barzani –los espías israelíes que ya dirigen el Kurdistán iraquí. “Así que usted atacará a los kurdos del PKK. Nosotros le ayudaremos a usted a implantar una zona de exclusión aérea sobre toda la franja de territorio sirio que llega hasta el Mediterráneo.”

Fue por eso que [el primer ministro turco] Davutoglu anunció en televisión que tenía el respaldo de Estados Unidos para imponer esa zona de exclusión de vuelo, lo cual es –evidentemente– completamente imposible porque sería una violación del Derecho Internacional y no existe mandato de la ONU para eso.

Y cuando el presidente Obama llegó a África, se enteró de todo eso, trató de organizarse, y comenzó por desmentir las declaraciones de Davutoglu y del conjunto de la administración Erdogan. Y después trató de encontrar una solución.

En definitiva, Obama nombró un nuevo enviado especial para Siria, que sustituye a Daniel Rubinstein. Oficialmente, este señor Rubinstein era un diplomático. Pero en realidad era un espía y su esposa incluso dirige el servicio de espionaje del Departamento de Estado.

En su lugar, Obama nombró a Michael Ratney, supuestamente otro diplomático, y por cierto gran especialista del Medio Oriente. Pero es principalmente un hombre dedicado a la propaganda y los medios que se encargará de dar una apariencia de unidad a la política de Estados Unidos, política en cuya aplicación el presidente Obama está encontrando realmente muchas dificultades.

En todo caso, en las próximas semanas deberíamos ser testigos de la aplicación efectiva del acuerdo que ya firmó con Irán.

Traducción de la transcripción del texto original en francés