En la foto, combatientes del PKK en una barrera de seguridad instaurada en Dersim.

En respuesta a los bombardeos de las fuerzas armadas turcas contra la población kurda en Turquía, en Irak y en Siria, el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán, organización clandestina marxista-leninista) ha decidido organizar la protección del pueblo kurdo y ha proclamado la autonomía de la región de Dersim.

La región de Dersim recibe en Turquía el nombre de Tunceli («Mano de bronze») desde el genocidio perpetrado contra los cristianos –principalmente armenios. Esa región se hallaba desde 2012 bajo la autoridad del gobernador turco Hakan Yusuf Guner.

El 20 de julio de 2015, un atentado cuya autoría reclamó el Emirato Islámico (también designado como «Daesh») dejó 32 muertos y un centenar de heridos en Suruc (Turquía), localidad cercana a la frontera con Siria. El atentado fue perpetrado contra una manifestación del CHP (partido de izquierda pro-kurdo) y de sus aliados alevíes contra la política antisiria del presidente turco Recep Tayyip Erdogan.

Usando ese atentado como pretexto para afirmar que Turquía está siendo blanco del terrorismo, Ankara proclamó la «guerra contra el terrorismo» y comenzó a bombardear las instalaciones del PKK –organización que el gobierno turco califica de «terrorista»– y las poblaciones civiles que lo respaldan en Turquía, Irak y Siria… pero no bombardea al Emirato Islámico, a pesar de ser este el grupo que reclamó la autoría del atentado de Suruc. Con esos bombardeos, Turquía toma reprime a su población kurda mientras que respalda de hecho al Emirato Islámico, ya que está bombardeando a los kurdos que luchan contra ese grupo yihadista en Siria y en Irak.

En momentos en que la represión de Ankara contra el PKK ya ha dejado más de 400 muertos, Turquía se encamina hacia la guerra civil. Desde el inicio del año, la libra turca ha perdido el 27,8% de su valor frente al dólar.

Como el resultado de las elecciones legislativas de junio no permite la formación de un gobierno del AKP, el presidente Erdogan propuso la formación de un gobierno transitorio de coalición, proposición que encontró el rechazo de los 3 principales partidos de oposición. La Comisión Electoral turca ha propuesto la realización de nuevas elecciones legislativas para el 1º de noviembre.