Staffan de Mistura, representante de Ban Ki-moon para Siria, depende del director de Asuntos Políticos de la ONU, el estadounidense Jeffrey Feltman. Fue precisamente Feltman, en sus tiempos de embajador de Estados Unidos en Beirut, quien organizó la supuesta comisión investigadora sobre el asesinato del ex primer ministro libanés Rafic Hariri y el Tribunal Especial que debía encargarse de condenar al presidente sirio Bachar al-Assad. Aquel complot acabó en el escándalo de los falsos testigos y la renuncia del alemán Detlev Mehlis. Así que no es la primera vez que se utiliza la ONU de manera parcializada, no para favorecer la paz sino en contra de Siria.

La ONU está preparando 4 grupos de trabajo por temas «para iniciar un movimiento a favor de un documento-marco sirio para la aplicación del Comunicado de Ginebra», según se afirma en la presentación que Staffan de Mistura hizo de ese documento ante el Consejo de Seguridad [1].

Ese es precisamente el fondo del problema. Lakhdar Brakimi y Staffan de Mistura nunca han hecho la menor referencia a los esfuerzos que la República Árabe Siria ha venido realizando, desde el 30 de junio de 2012, para adaptarse al contenido del Comunicado de Ginebra.

Volvamos 3 años atrás. El Ejército Árabe Sirio acababa entonces de vencer a los takfiristas. El Emirato Islámico de Baba Amro se había rendido y se habían logrado varios acuerdos secretos con Francia y con Turquía, acuerdos en los que Siria se comprometía a liberar los militares extranjeros que habían caído prisioneros en suelo sirio. A cambio, la otra parte se comprometía a permitir el regreso a la paz. Estados Unidos y Rusia discutían sobre la posibilidad de repartirse el Medio Oriente y habían convocado el «Grupo de Acción para Siria» para redactar el «Comunicado de Ginebra». Seis días después, la conferencia de los «Amigos de Siria», celebrada en París, barría ese acuerdo entre grandes potencias. Más tarde vendría la espectacular renuncia de Kofi Annan. Comenzó entonces una segunda guerra, mucho más sangrienta que la primera. Y en esta segunda guerra, la lucha entre sirios disminuye radicalmente mientras que el conflicto –supuestamente sirio– se convierte en un enfrentamiento entre la nación siria y los yihadistas extranjeros.

El Comunicado de Ginebra se basa en el plan de 6 puntos de Kofi Annan, que a su vez se basa en las 5 proposiciones del presidente Bachar al-Assad. Ese plan prevé:
 cese de los actos de violencia –bajo control de la ONU–;
 liberación de los prisioneros;
 libre circulación de los periodistas extranjeros;
 libertad de asociación y
 libertad para realizar manifestaciones [2].

Ese Comunicado menciona, además, para garantizar la transición de la guerra hacia la paz, la creación de un Órgano Gubernamental de Transición –conformado «por consentimiento mutuo»–, la redacción de una nueva Constitución y el compromiso de iniciar una reconciliación nacional.

¿Qué ha pasado desde aquel momento?
 En primer lugar, ciertos firmantes del Comunicado (Estados Unidos, Francia, Kuwait, Qatar, Reino Unido y Turquía) no cumplieron su palabra y reactivaron la guerra mientras que los «Amigos de Siria» organizaban la llegada de cientos de miles de combatientes.
 En segundo lugar, el «Consejo Nacional» y los individuos que se unieron a ese Consejo en el marco de la «Coalición Nacional de las Fuerzas de la Oposición y de la Revolución» pospusieron la aplicación del Comunicado para cuando se produzca «la caída del régimen» y respaldaron el terrorismo.
 En tercer lugar, la República Árabe Siria, la oposición leal a ella y los ex rebeldes armados iniciaron, por sí solos y en contra de todos, la aplicación del Comunicado y ahora luchan juntos contra el terrorismo.

Gracias a ese proceso, numerosos prisioneros se han beneficiado con la proclamación de amnistías, cientos de periodistas extranjeros han podido visitar Siria libremente, los partidos políticos se han desarrollado según sus necesidades y la República Árabe Siria ha concluido numerosos acuerdos de reconciliación con los grupos rebeldes. Además, el presidente ha realizado numerosos cambios a la cabeza de los ministerios para incluir representantes de nuevas familias políticas en el seno de un gobierno de unión nacional, conforme a la descripción que hace el Comunicado de Ginebra al referirse a la creación de un Órgano Gubernamental de Transición.

Es largo el camino que queda por delante. Primeramente, habrá que acabar con el terrorismo –con ayuda de la OTSC [3]– y con la ideología totalitaria de la Hermandad Musulmana. Luego habrá que terminar de perfeccionar la Constitución, hacer elecciones municipales en diciembre y elecciones legislativas en cuanto se proclame el cese de las hostilidades.

Esperemos que nadie obstaculice esta vez el proceso y que cada cual participe y acepte democráticamente las decisiones del Pueblo soberano.

Fuente
Al-Watan (Siria)

[1«Débat du Conseil de sécurité sur la Syrie (rapport De Mistura)», Réseau Voltaire, 29 de julio de 2015.

[2«Comunicado final del Grupo de Acción para Siria», Red Voltaire, 30 de junio de 2012.

[3La Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) es una alianza militar en la que participan 6 repúblicas de la antigua Unión Soviética: Armenia, Bielorrusia, Kazajstán, Kirguistán, Rusia y Tayikistán. Nota de la Red Voltaire.