Fabrice Leggeri, director de Frontex, la agencia europea a cargo de la vigilancia de las fronteras de la Unión Europea, advertía desde el 1º de septiembre sobre la existencia de un extenso tráfico de pasaportes sirios.

El ministro del Interior de Alemania, Thomas de Maizieres, denunció enérgicamente ese tráfico, mediante el cual los migrantes por razones económicas provenientes del mundo entero pueden hacerse pasar por refugiados políticos sirios.

El ministro alemán incluso subrayó que muchos de esos falsos refugiados ni siquiera hablan árabe.

Hasta el inicio de la guerra contra Siria, los pasaportes sirios no se imprimían en Siria sino en la Imprenta Nacional de Francia. O sea, Francia es la única potencia capaz de fabricar pasaportes sirios.