La Casa Blanca ordenó al BND alemán espiar al ministro francés de Exteriores, Laurent Fabius, y al representante de la Unión Europea en Turquía, Hansjorg Haber, según reporta la AFP desde Berlín [1].

El objetivo del presidente Obama era identificar a los conspiradores que, alrededor de la secretaria de Estado Hillary Clinton, habían saboteado el acuerdo de paz de Ginebra. También quería conocer el contenido de los acuerdos entre París y Ankara, que permitieron a los halcones liberales reactivar la guerra contra Siria en julio de 2012.

Al no poder confiar la misión a la CIA, ya que su director de entonces, el general David Petraeus, era parte del complot, la Casa Blanca se dirigió al Bundesnachrichtendienst (BND) alemán para obtener la información que quería.

Como ya hemos explicado en varias ocasiones, en marzo de 2011, los ministros de Relaciones Exteriores de Francia y Turquía, Alain Juppé y Ahmet Davutoglu, firmaron un acuerdo secreto estipulando:

  1. La ayuda de Francia a la admisión de Turquía en la Unión Europea;
  2. La ayuda de Turquía en las guerras contra Libia y contra Siria;
  3. La ayuda de Francia al «arreglo de la cuestión kurda» sin afectar la integridad territorial de Turquía.

El mencionado acuerdo secreto establece las bases de una alianza colonial entre París y Ankara para apoderarse de las riquezas de Libia y de Siria y para crear un «Kurdistán» en territorio sirio.

[1«Kontrollgremium fordert Aufklärung neuer BND-Vorwürfe», Donaukurier, 11 de noviembre de 2015.