El espía israelí Jonathan Pollard, con doble nacionalidad israelí y estadounidense, fue liberado el 20 de noviembre de 2015 y puesto bajo «arresto domiciliario». Arrestado en 1986 por espionaje a favor de Israel, Jonathan Pollard estaba condenado a cadena perpetua por la justicia estadounidense.

Según la acusación, Pollard entregó al Mossad una impresionante cantidad de documentos estadounidenses, fundamentalmente sobre los métodos estadounidenses de vigilancia utilizados contra la Unión Soviética. Posteriormente, Tel Aviv vendió a Moscú parte de esa documentación, principalmente los códigos de la NSA (National Security Agency), a cambio de la inmigración de un millón de judíos soviéticos a Israel.

En 30 años, Jonathan Pollard se había convertido en un héroe en Israel y en el principal tema de enfrentamiento entre Tel Aviv y Washington. Los responsables militares de Estados Unidos se oponían resueltamente a su liberación.

En relación con la firma del acuerdo 5+1 con Irán, el presidente Obama había acordado secretamente la liberación de Jonathan Pollard a cambio de que Tel Aviv aceptase el acercamiento entre Washington y Teherán. Una comisión judicial declaró entonces que Pollard podía ser liberado «por buena conducta».