Aunque después apunta que “se debe abrir el debate inicialmente con los especialistas e investigadores, lo cual servirá para llevar una propuesta a la asamblea de [la Organización de] las Naciones Unidas [ONU] que tendrá un encuentro acerca del asunto de las drogas en abril del próximo año” (2016).

Vaya gobernante, ya que un estadista actuaría para favorecer y fortalecer a su nación, no con la idea vaga de que yo no lo hago pero mejor discutamos. Y menos pensando que lo importante es llevar una propuesta a la ONU, la cual abordará el tema porque hay exmandatarios y funcionarios que han insistido en algo fundamental: la prohibición de las llamadas drogas ha traído más perjuicios que beneficios, especialmente contra los más desfavorecidos.

En Estados Unidos, lo hemos dicho, hay muchos lugares donde ya se vende la yerba para usos recreativos y medicinales. Próximamente vendrá la decisión en California, la séptima economía mundial, donde hay millones de compatriotas y existe una frontera con Tijuana, Tecate y Mexicali. El “sí” a la liberación tiene mayoría.

En Uruguay, reiteramos, ya se legalizó, y el Estado se hará cargo de todo el proceso, de la producción hasta venderla en farmacias.

En nuestro vecino del Norte, la fumaron los presidentes Bill Clinton y Barack Obama (¿la probarán todavía?). En el país del Sur, José Mujica no tiene interés personal en ella y jamás la ha consumido. Por lo tanto, no es cuestión de gustos, deseos o prejuicios, sino de entender qué ocurre en un Estado.

Ya habíamos dicho hace tiempo, cuando el aborto, que en Francia el católico Valéry Giscard d’Estaing, en 1974, estuvo a favor de esa salvadora práctica, ya que eso impedía que fallecieran mujeres. Y en México, Lázaro Cárdenas auspició y posibilitó el uso de las drogas hasta que tuvo problemas con la importación de algunas sustancias y suspendió su venta el 7 de junio de 1940.

Conclusión, no es cuestión de una visión personal, sino necesidad de los ciudadanos.

La Iglesia le sigue el juego a Peña Nieto. Está en contra de la mota, pero el obispo Guillermo Ortiz Mondragón, de Cuautitlán, Estado de México, dice que se puede usar como medicina para las reumas. Algo que hacía mi abuela, Luisa, la cual mezclaba alcohol con mariguana en una botella y se la ponía en las piernas por las noches. Bien. ¿Y dónde adquirirla?

Para ser audaz, la senadora Cristina Díaz, del Partido Revolucionario Institucional (PRI), dice que se permitirá importar elementos como el cannabidiol, ya que posibilita que algunos infantes puedan tener una mejor situación con sus epilepsias, como quedó demostrado en el caso de la niña Graciela Elizalde. ¿Habrá exención de impuestos? No se olvide que Luis Videgaray, encargado de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, dijo que lo primero era la salud y luego el dinero.

La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios, de Mikel Arriola, ya recibió la solicitud de seis nuevos ciudadanos para usar mostaza. ¿Los turnará, otra vez, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación?

Miguel Osorio Chong dijo que habrá, cuando menos, tres debates: especialistas primero, ciudadanos después y finalmente legisladores. No se olvide que modificar, parcialmente, el derecho a la información tardó más de 12 años de discusiones: gobiernos de José López Portillo y Miguel de la Madrid.

Sorprendente el artículo de Diego Valadés (Reforma, 10 de noviembre de 2015). Decir que la legislación de 1917 contra drogas y pulque es correcta, es como abogar porque regrese la Ley Carranza, la cual penaliza los delitos contra la prensa por faltas a la moral.

Es verdad, el uso de la juanita ha crecido en los 2 últimos años. Pasó de 25.9 de consumo entre jóvenes a 29.6, según el encargado del Instituto para la Atención y Prevención de las Adicciones (IAPA), que dirige Rafael Camacho Solís. Pero no se olvide que muchos de los carrujos que se quemaron pudieron haber sido de la más baja calidad y, por lo tanto, más nocivos para los consumidores, algo que la autoridad ni siquiera tiene idea.

Recientemente, tanto Gabriel Sosa Plata (Sin Embargo, 10 de noviembre de 2015) como Clara Luz Álvarez (Reforma, 11 de noviembre de 2015) nos dieron a conocer que nuestros niños serán envenenados por dos vías: la televisión que produce telenovelas, reality shows y series violentas, las cuales podrán ver los infantes más temprano (desde las 16 horas) que en otros países, y por medio de los anuncios publicitarios que recomiendan pastelillos, bebidas azucaradas y demás chatarra. Ello por decreto de la Secretaría de Gobernación, que no impide que los chavos vean esas series y anuncios en las horas de la tarde. ¿Hubo algún debate con especialistas al respecto? No.

El expresidente de Colombia César Gaviria afirmó que es el momento para que Enrique Peña Nieto “tome al toro por los cuernos” en el caso de las drogas. No le entrará el mexicano, ya que los medios satanizadores de los que motean y no de los traficantes apoyan al inquilino de la Casa Blanca mexicana.

Mejor leer el reciente libro coordinado por Juan Ramón de la Fuente: Mariguana y salud (Fondo de Cultura Económica), abrevar en el volumen de Froylán Enciso: Nuestra historia narcótica. Pasajes para (re) legalizar las drogas en México (Editorial Debate) y conseguir el gran artículo de Fabrizio Mejía Madrid (Proceso, 2036), en lugar de andarle buscando, como dice José Antonio Álvarez Lima, chichis a las culebras.

Fuente
Contralínea (México)