No obstante, buen día.
El presidente Obama fue sometido a reprensión por consentir el proceso sirio de paz en favor del presidente Putin.
«Estados Unidos y sus aliados no deben intimidar a los rebeldes, obligándolos a dialogar, sino que deben apoyar sus exigencias, como son exhortar a Rusia y el régimen a cesar el bombardeo del pueblo sirio», escribe The Financial Times.
Foreign Policy prevé el fracaso de las conversaciones de Ginebra por culpa de la administración de Obama, que supuestamente cedió ante Rusia en la cuestión del destino del presidente Assad y aprobó la resolución correspondiente del Consejo de Seguridad de la ONU.
«¿La Casa Blanca habrá por lo menos pensado en cómo esta decisión se reflejará en el proceso de Riad, los intentos de Arabia Saudita de unificar la oposición siria alrededor de la idea común del futuro del país?», escribe la publicación.
La idea de Riad del futuro de Sirio no es difícil de imaginar en términos generales. La idea de desangrar a Assad debía unir en un mismo impulso pandillas de desolladores, no muy tolerantes entre ellas mismas, como se ha visto en Libia. Pero es aquí donde Obama entrega todo a los «odiosos moscovitas».
Tres años atrás hablamos de la purga que llevó acabo Obama en su administración después de ser reelegido por segunda vez. En ese entonces, tras la señora Clinton, fueron apartados los arquitectos principales de la política estadounidense en la región, quienes apostaban por los islamistas y por las monarquías del golfo en el “reformateo” de Oriente Medio, los altos cargos en el comando regional de Estados Unidos y, lo principal, el ex director de la CIA David Petraeus, a quien se puede llamar “padrino” de Daesh.
En aquel momento, Ginebra-1, el primer intento de pacificación de Siria, fue fácilmente torpedeada. Y uno de los motivos fue que el principal actor sobrevivió a la purga, nos referimos a Jeffrey Feltman, secretario general adjunto de la ONU para asuntos políticos y hoy encargado oficial del proceso de pacificación de Siria.
En 2005, Jeffrey Feltman, sin duda alguna especialista de la región, siendo embajador de Estados Unidos en Beirut, supervisó directamente el asesinato del primer ministro libanés Rafiq Hariri. Recuérdese que el homicidio de Hariri y el intento posterior de culpar a Assad dieron inicio a la poderosa campaña antisiria, cuyo resultado final fue la sangrienta guerra actual. La indagación se encargó entonces a investigadores alemanes, y la dirección estuvo en manos del politólogo alemán Volker Perthes. Perthes es el consultante central para Oriente Medio de Feltman, Rice, Merkel, y un ferviente defensor de la Hermandad Musulmana.
En enero de 2012, Jeffrey Feltman, encargado en ese momento de Oriente Medio en el Departmento de Estado, invitó a Perthes a encabezar el programa «El día siguiente», cuya tarea era la derrota total de Siria y la preparación de un nuevo régimen. Para ello se armó una coalición de varias decenas de grupos islamistas. Tras designar a Feltman responsable de la política de la ONU, el plan «El día siguiente» se convirtió para la organización en el documento director, y el señor Perthes, en el principal «negociador de paz».
De la película Diecisiete instantes de una primavera:
– Preste atención, Holtoff, le voy a encargar una tarea secreta de alta importacia.
– A la orden.
– “Éste va a cavar la tierra –pensó Müller–, si parece que embiste con la cabeza, como caballo. Le gustan nuestros juegos, aún se baña en ellos. Éste va inventarse lo que sea. ¡Y qué bien!”
Salomón, ¿crees que haya guerra? No, querida, habrá tal lucha por la paz que no quedará piedra sobre piedra.
No obstante, hasta la próxima
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