En no pocos de nuestros países, los muy discutidos Estados “nacionales” hacen lo posible y lo imposible por escamotear los sistemas de control que impidan coimas, negociados, jurisdicción de jueces y fiscales contra el crimen de toda naturaleza. Es más, el Estado, capturado por grupos de poco o nulo vínculo con sus países e intereses, estimula el escamoteo de esta clase de escrutinio. Y las maneras son múltiples, una de éstas que reconoce multinacionalidad porque funciona a las mil maravillas en todos los países latinoamericanos consiste en “delegar” o “encargar” a agencias internacionales el liderazgo de procesos de compra.
Es así que organismos como UNOPS, OACI-ICAO, OMS y otros muchos, al amparo de la inmunidad de la legislación supranacional, se convierten en las favoritas de gobiernos regionales, estatales o nacionales para salirse de cualquier sistema de control y hacer posibles coimas, cubrir compadrazgos, proteger escapes, guarecer delincuentes de cuello y corbata y, fin único y supremo, robar los recursos de los contribuyentes que ni cuenta se dan.
La mitología de atribuir poderes mágicos y, esencialmente honestos, en cualquier tipo de gestión a las organizaciones internacionales, cuenta con prensa y periodistas muy bien aleccionados y pagados, comunicadores diestros ante cámaras de televisión y micrófonos radiales, para transmitir bondades y maravillas por el solo hecho de pertenecer al ámbito internacional. Lo que olvidan decir, siempre, es que son grandes los crímenes cometidos en su nombre y descarados los contrabandos de precios inflados, productos malos y descalificados, los que se trafican al amparo de la supuesta bonhomía alrededor de estas instituciones.
¡Ni siquiera los partidos políticos, supuestos fiscales de sus Estados, se preocupan de analizar al detalle de cómo operan estas organizaciones muy metidas en los cuerpos administrativos, presupuestales y gubernativos de todos nuestros países!
La corrupción también corrompe las mentes. Estamos, en Latinoamérica, tan acostumbrados a la pobredumbre de las instituciones públicas que ya se ha llegado al nivel de internalizar que esta naturaleza es inamovible y que así son las cosas. Que nada puede hacerse por corregir los yerros y que si queremos que se hagan, entonces está bien “robar, pero hacer obra”.
Grande y letal el daño que se hace al alma popular cuando se permite que estas coplas de la corrupción se adentren en el pueblo que, para colmo de males, paga con sus impuestos, el que otros vivan premunidos de riqueza sucia y en nombre de los más pobres. Una primera gran tarea es la de volver a los cánones de la ética y pronunciar a viva voz: ¡Abajo los delincuentes y al paredón!
Voy a contar una experiencia personal en plena vigencia en Perú.
La Superintendencia Nacional de Migraciones encargó (o sea delegó), el concurso para la emisión descentralizada del pasaporte electrónico por 1’200,000 documentos, a la OACI-ICAO (Organización de Aviación Civil) que jamás había liderado un evento similar en cualquier parte del mundo. Personalmente y por documento escrito pregunté y me respondieron tonterías pero nunca pudieron afirmar que poseían experiencia.
En mi tierra se dice con mucha gracia: ¿Qué sabe el burro de alfajores?
E hice la misma pregunta, si OACI-ICAO carecía de experiencia ¿cómo es que “lideraba” un tema del que no conocía sino rudimentos reglamentarios y técnicos pero ninguna especialización de procedimientos?
Lo cierto es que la Comunidad Europea había puesto como condición a Perú y Colombia para eximirlos de la visa Schengen para entrar a sus países, la emisión del e-pasaporte. Los colombianos cumplieron y a la fecha hay algo así como 90 mil ciudadanos que ya entraron a ese espacio. Perú no cumplió y el fracaso fue altisonante y hasta el jefe de Estado, Ollanta Humala Tasso, debió pasar el ridículo de su vida en Bruselas ante las autoridades europeas.
Nótese que diciembre era una fecha clave. Después cualquier cosa podría haber sucedido. Pero en ese último mes del 2015, NO se tuvo el pasaporte electrónico y se fracasó con el propósito exigido por la Comunidad Europea.
La pregunta es pertinente: ¿por qué siguió Perú insistiendo en dos empresas: Gemalto, de aquí México, que hizo consorcio con la francesa Imprimerie Nationale, con el asunto de los pasaportes electrónicos si la condición sine que non, no había sido cumplida? He aquí un misterio sobre el que adelantaremos algunas respuestas algo después.
Peor aún. La Cancillería del Perú, de un supuesto requerimiento por “desabastecimiento” pasó de 200 a 400 mil e-pasaportes. Y el proceso se hizo después de las 8 de la noche, casi en Navidad, sábados y domingos. Y de repente, por arte de birlibirloque y por la figura llamada EXONERACION, el consorcio Gemalto-Imprimerie Nationale, ganó la buena pro.
Ningún partido político, líder de cualquier agrupación, con protestas muy aisladas de la prensa escrita, radial o televisiva hasta el último tercio del 2015, se hizo presente en el debate y mucho menos, en la denuncia. Debo declarar, con orgullo de comunicador, que sí estuvimos en la pelea, entonces y en los días corrientes.
¿Debía estar el universo de los partidos políticos y sus integrantes, las organizaciones de la sociedad civil, la Contraloría General de la República y la Fiscalía Anti-corrupción al margen de un tema que implicó gastos públicos? Me temo que la respuesta es absolutamente denegatoria.
La Contraloría General de la República, ante la denuncia que interpuse, dijo que estaba haciendo sus propia investigación y hasta donde sabemos hay un proceso en marcha.
La Fiscalía Anti-corrupción ha notificado la ampliatoria de su investigación 60 días más, lo que significa que han tomado interés sobresaliente en un asunto que huele muy mal.
Antes de ir a la Contraloría o Fiscalía, pretendí denunciar ante el fuero común, es decir tribunales ordinarios de justicia y la respuesta fue siempre la misma: OACI-ICAO es una oficina de Naciones Unidas y goza de inmunidad.
¿Cómo practica la inmunidad y blindaje, OACI-ICAO? Preguntada por las firmas intervinientes internacionales por la propuesta técnica presentada por el ganador, OACI-ICAO contestó con insolencia que si alguien deseaba más información, podía ir a Montreal -a su costo- pedir cita en la sede central y allí se le daba lo que hubiera lugar. En buena cuenta, a los preguntones les tiraron la puerta en las narices.
La Superintendencia Nacional de Migraciones, conducida por un súbdito obediente del sistema, el señor Boris Potozén, pareció haberse convertido en una agencia de OACI-ICAO y aún no pueden explicar cómo es aceptaron que Gemalto-Imprimerie Nationale, ganara una buena pro para el pasaporte electrónico, cuando sus procesos NO garantizaban el requerimiento para el cual se invertía el dinero público por un orden superior a los US$ 35 millones de dólares.
El súbito aumento del pedido de 200 a 400 mil e-pasaportes en Cancillería se dio sin que mediara un objetivo aumento del mercado o nada parecido. Esto produjo, como he denunciado múltiples veces, un sobrecosto de algo más de US$ 16 millones de dólares. Preguntar quién o quiénes se beneficiaron no es ilegal, es un derecho.
¿Cómo operan estas empresas transnacionales? Capturan, cooptan, coactan o alquilan conciencias nativas, en todos nuestros respectivos países, y los convierten en operadores para motivar que Estados amigos transiten por el mismo derrotero y con similares firmas comerciales multinacionales. Los funcionarios saben que tienen un futuro asegurado si cumplen bien las normas y trabajan para los intereses foráneos que nunca son los de la nación.
La semana pasada, el ministro del Interior, José Pérez Guadalupe, integrante de la tríada con Boris Potozén y la canciller, Ana María Sánchez, propuso, muy suelto de huesos, que el Federal Bureau of Investigations, el FBI ¡abriera oficina en Lima!, so pretexto de la lucha anti-narcóticos. El colonialismo mental es profundo y la noción de patria es nula en ciertos desadaptados que ponen sus supuestos talentos al servicio de la desnacionalización de los Estados.
¿Qué es diferente lo que ocurre en los países de la América Morena?
Me atrevo que a pesar que grados más, grados menos, es lo mismo, cuanto ocurre en nuestras tierras. El silencio de los partidos y supuestos líderes de la sociedad civil, es el mismo; el marasmo en que viven nuestras manadas intelectuales es muy similar; y el empobrecimiento espiritual y de dignidad de los pueblos latinoamericanos es idéntico allende y aquende, al sur, al norte, al este y al oeste.
Entonces, si no ponemos la debida atención a estos procesos, estamos abriendo las puertas de par en par y, lo que es más tremebundo, somos parte del cohecho pasivo y de la asociación ilícita para delinquir porque no impedimos vía los mecanismos internos de control, el uso y abuso de organizaciones internacionales cuya inmunidad sólo encubre pillerías, robos y estafas.
¿Cuántos aquí son senadores o diputados en sus respectivos países, han parado mientes en estos mecanismos perversos y desnacionalizantes?
¡No basta con la poesía anticorrupción que se declama en los saraos revolucionarios! ¡No es suficiente gritar en la marcha que a veces nuestras policías disuelven con gas y a puntapiés! ¡No vale tan solo el gesto! ¡Hay que pelear en la tribuna parlamentaria, en el recinto periodístico, en la sala de locución, en Internet y todas las redes sociales, en el seno de las burocracias enquistadas en los ministerios de Economía por lo que beneficie el mejor uso de los dineros del pueblo! El silencio es simplemente traición. Y para eso no hemos venido aquí.
En nuestros programas políticos tiene que estar inscrito el tema de la lucha contra la desnacionalización de las compras del Estado que muchas veces, casi siempre, es el comprador público más grande en estos países. Con diputados y senadores, alcaldes, munícipes, gobernadores regionales o estaduales, firmes en su moralidad y honradez, conocedores de la problemática y sistema de las compras, hay la posibilidad de evitar el dispendio de los dineros del contribuyente y para eso hay que prepararse.
Los Frentes Unicos de Trabajadores Manuales e Intelectuales también tienen la concepción de amalgamar en sus filas a los productores y empresarios nacionales dispuestos a una gestión que dé empleo, cree plazas de trabajo, dinamice instrucción especializada y comulgue con los principios de industrialización y tecnologización de nuestras juventudes que necesitan competir con igualdad de conocimientos y experiencias. He visto cómo empresarios peruanos consideran seriamente irse del Perú porque carecen de apoyo por la competencia desleal que hacen los Estados traidores que con pérfidos a cargo, trabajan, literalmente, contra el Perú. Y de repente, este fenómeno horrendo, ocurre en toda Latinoamérica. ¡A eso le llaman globalización! ¿O no es cierto?
De aquí y a través de nuestra gran declaración del XX Seminario hay que gritar a toda la América Morena, desde el México de Zapata y Villa y de todos sus mártires, que nuestra voluntad política y militante también tiene que ver con la nacionalización de las compras del Estado porque es nuestro deber y nuestro gran imperativo en ser los celosos custodios y guardianes de la moralidad latinoamericana.
Ponencia
XX Seminario Internacional
Los partidos y una nueva sociedad
10-11-12 de marzo, México, D.F.
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