La empresa egipcia NileSat, que administra el satélite del mismo nombre, interrumpió inesperadamente la difusión del canal de televisión Al-Manar (en español, «El Faro»), propiedad del movimiento de resistencia libanés Hezbollah.
Las autoridades egipcias denunciaron a Al-Manar como un canal de televisión que «estimula los conflictos sectarios», acusación totalmente infundada.
Los televidentes de los países árabes ven la televisión satelital a través del satélite egipcio NileSat o de ArabSat, perteneciente a la Liga Árabe –que acaba de declarar «terrorista» el movimiento de resistencia libanés. Otros tres satélites cubren la región: uno europeo, otro ruso y un tercero perteneciente a Irán.
La decisión de las autoridades egipcias parece motivada por presiones de la Liga Árabe, ya que dependen de ella en el plano financiero.
La interrupción de las transmisiones de los medios de comunicación del Eje de la Resistencia es un objetivo permanente de Israel. Durante la agresión israelí de 2006 contra el Líbano, la aviacion de Israel bombardeó casi cotidianamente la sede de Al-Manar, reduciendo sus edificios literalmente a polvo. A pesar de ello, Al-Manar nunca cesó sus transmisiones.
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