Las biografías de los tres principales organizadores de la crisis migratoria y de la supuesta respuesta de la Unión Europea muestran los vínculos de estos personajes con la administración estadounidense y su interés por abolir las fronteras. Ellos no ven en las migraciones actuales un problema humanitario sino una oportunidad de aplicar sus teorías.
– Peter Sutherland, representante especial del secretario general de la ONU a cargo de las migraciones internacionales
Irlandés, ex comisario europeo para la Competencia y más tarde director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC) de 1993 a 1995; ex director de BP, de 1997 a 2009; presidente de Goldman Sachs International, de 1995 a 2015); ex administrador del Grupo de Bilderberg; presidente de la sección europea de la Comisión Trilateral y vicepresidente de la European Round Table of Industrialists.
Aunque nunca deja pasar la menor oportunidad de subrayar que la ayuda a los refugiados es un deber moral –católico tradicionalista, es consejero de la IESE Business School del Opus Dei y, desde 2006, funge como consultante de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica–, el señor Sutherland es sobre todo un ardiente partidario de las migraciones internacionales. El 21 de junio de 2012, durante una audiencia ante la Comisión de Asuntos Internos de la Cámara de los Lores, Sutherland declaró que todo individuo debe tener la posibilidad de estudiar y trabajar en el país que prefiera, lo cual es incompatible con todas las políticas de restricción de las migraciones. También sostuvo que las migraciones crean una dinámica crucial para el desarrollo económico, digan lo que digan los ciudadanos de los países receptores. Por consiguiente, concluía Sutherland, la Unión Europea debe socavar la homogeneidad de las naciones que la componen [1].
– Gerald Knaus, director-fundador de la European Security Intitiative (ESI)
Sociólogo austriaco. Trabajó, desde 1993 hasta 2004, en Bulgaria, Bosnia-Herzegovina y Kosovo –al final del mandato del francés Bernard Kouchner–, primero para varias ONGs y después para la Unión Europea. Desde 2005 hasta 2011, realiza investigaciones en el Carr Center for Human Rights Policy de la universidad de Harvard. Al término de esas investigaciones publica Can Intervention Work?. En 1999, funda el ESI, en Bosnia-Herzegovina. La primera subvención que recibe el ESI proviene del US Institute of Peace, institución hermana de la NED (National Endowment for Democracy), dependiente del Pentágono. Posteriormente, Knaus se va a Washington, donde lo recibe precisamente la NED, antes de que lo reciban también la Carnegie Foundation y el American Enterprise Institute. También se entrevista con James O’Brien y con James Dobbins, en el Departamento de Estado, y con Leon Fuerth, en la Casa Blanca. Después de esos encuentros, el ESI recibe rápidamente financiamiento del German Marshall Fund, de la Mott Foundation, del Open Society Institute (de George Soros), de la Rockefeller Brothers Foundation y de los gobiernos de los Países Bajos, de Irlanda, Luxemburgo, Noruega, Suecia y Suiza.
En 2004, Knaus publica un informe donde asegura que las informaciones sobre la expulsión de 200 000 serbios de Kosovo es un infundio de la propaganda rusa. En 2005, echa a rodar la teoría de que el AKP turco [actualmente en el poder] es una formación «calvinista islámica» que busca crear una forma de «democracia musulmana».
En su libro Can Intervention Work? –publicado con Rory Stewart, el ex tutor de los príncipes William y Harry del Reino Unido, a quien había conocido en Kosovo y que se había convertido sucesivamente en uno de los adjuntos del gobernador estadounidense en Irak, Paul Bremer, en el distrito iraquí de Meyssan, en plena ocupación estadounidense y, posteriormente, en director del Carr Center for Human Rights Policy–, Knaus saluda las guerras estadounidenses y desarrolla una nueva concepción de la colonización. Según él, el «intervencionismo humanitario» es legítimo, pero sólo puede tener éxito si tiene en cuenta las realidades locales. Elogia así a Richard Holbrooke, a quien conoció en Kosovo. Este libro de Knaus tendrá como promotora a Samantha Power –actual embajadora de Estados Unidos en la ONU–, quien, al igual que el propio Knaus, es una ex colaboradora de Holbrooke y había creado y dirigido el Carr Center for Human Rights Policy donde Knaus fue investigador [2].
– Diederik Samsom, diputado holandés, presidente del Partido del Trabajo
Físico nuclear, ex director de la campaña de Greenpeace sobre clima y energía. Diputado (electo según la modalidad proporcional) desde 2003, Diederik Samsom se convirtió en presidente de su grupo parlamentario y después en presidente de su partido. Pero fracasa al tratar de alcanzar la presidencia del Parlamento y de convertirse en primer ministro y se niega a unirse al gobierno de coalición, al que sin embargo respalda, y se mantiene como presidente de su grupo parlamentario.
Se afirma que su coeficiente intelectual es de 136 y ha sido por dos veces ganador de un concurso de televisión de tests de inteligencia. Se declara ateo militante, estrictamente no fumador y vegetariano. En junio de 2014, fue invitado, junto al primer ministro Mark Rutt, al Grupo de Bilderberg, donde ambos pudieron conversar con Peter Sutherland –pero no con Rory Stewart, invitado solamente a la reunión de 2012.
Según los observadores políticos holandeses, Diederik Samsom es la principal víctima del referéndum sobre el respaldo al Acuerdo europeo con Ucrania. Samsom se había comprometido personalmente sobre ese tema y en contra de Rusia. Según los sondeos, su derrota se traduce en una grave pérdida para su partido, que ve esfumarse entre la mitad y 3 cuartos de su influencia.
[1] “EU should ’undermine national homogeneity’ says UN migration chief”, Brian Wheeler, BBC, 21 de junio de 2012.
[2] «La cara oculta de la administración Obama», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 10 de noviembre de 2015.
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