Más allá de la coincidencia de haber nacido el mismo día, un 14 de junio de 1845, el cubano, y en igual fecha de 1928, el argentino, el Che, sin intentar una comparación personal con el jefe mambí -algo ajeno a su proverbial sencillez-, se refirió a la histórica hazaña de la invasión desde Oriente hasta Pinar del Río.

Dijo que “Organizándolas pacientemente, a sus tropas, nutriéndolas con una fuerte caballería, amparado en el escaso poder de fuego de la infantería de aquella época (…) Antonio Maceo cruzó la Isla de una punta a otra y llevó el fuego revolucionario a provincias que no lo habían conocido en la anterior etapa de la guerra de liberación”.

Similar gesta, pero en otras circunstancias históricas y estratégicas, la realizaron en 1958 el Guerrillero Heroico y Camilo Cienfuegos al frente de las columnas invasoras del Ejército Rebelde, Ciro Redondo y Antonio Maceo, hasta llevar la insurrección a la provincia de Las Villas, donde, además de liberar la región, alcanzaron la victoria que resultó decisiva para la caída de la dictadura de Fulgencio Batista.

El Che al abordar la intransigencia revolucionaria de Maceo expresó:

(…) “cuando contra todas las corrientes, contra todos los conformismos, contra todos los desesperados que querían alcanzar algún tipo de paz después de 10 años de lucha, cuando se desintegra el Ejército de Liberación y se firma la Paz del Zanjón, Antonio Maceo expresa la Protesta de Baraguá y, solo, trata de seguir la lucha en condiciones imposibles”.

En su discurso, por supuesto no mencionó que en condiciones muy diferentes, pero iguales de difíciles, él y Camilo tuvieron que enfrentar al frente de sus columnas numerosas dificultades durante la invasión, cuando enfrentaron a los sicarios del régimen.

Durante la guerra contra la dictadura, no hubo rendición de los rebeldes, ni pactos con el enemigo, a pesar de las difíciles etapas posteriores al desembarco del Granma y la reducción de los expedicionarios a 12 sobrevivientes que lograron reagruparse en torno a Fidel y Raúl, entre los que se encontraba el Che herido en el encuentro, pero quien ratificó su voluntad de combatir hasta vencer o morir.

Ese siete de diciembre de 1962, cuando el Comandante Guevara hablaba en el Cacahual, faltaban más de tres años para que iniciara su gesta internacionalista -primero en el Congo y finalmente en Bolivia-, con lo que establecería también una coincidencia que sellaría su paralelo histórico con el Titán de Bronce.

Maceo tenía claro que la independencia cubana no sería completa sin que la hermana isla de Puerto Rico se emancipara también, y le hizo saber a su compañero de armas, el general puertorriqueño Juan Ríus Rivera, participante también en la Protesta de Baraguá, que no enfundaría definitivamente su espada después de hacer libre a Cuba hasta lograr la emancipación de ese país, en franca expresión de internacionalismo.

El Che en México se incorporó a los expedicionarios del yate Granma con una sola condición; que después de alcanzada la victoria en Cuba tendría la libertad de partir a otras tierras de América Latina o del mundo para luchar contra la opresión imperialista y fue fiel a su compromiso hasta su último combate en la Quebrada del Yuro el nueve de octubre de 1967.

Ambas figuras, Maceo y Che, trascienden sus épocas y permanecen en el legado de emancipación de nuestros pueblos latinoamericanos, como leyenda e inspiración renovada, más allá del tránsito que tuvieron por la vida, ofrendada a la causa de la libertad de los pueblos. (ACN)

Fuente
Agencia Cubana de Noticias
La Agencia Cubana de Noticias (ACN) es una división de la Agencia de Información Nacional (AIN) de Cuba fundada el 21 de mayo de 1974.