Pero también hay otra pista en el circo de las redes sociales, la de la música por streaming, que no es otra cosa que escuchar audios musicales en algún dispositivo que los descargue utilizando una conexión a internet. Existen servicios gratuitos con funciones básicas y ofrecen una suscripción de pago para servicios adicionales.

Una muestra del interés que está generando este nuevo mercado es que durante años la música de los Beatles estuvo ausente en el ciberespacio. En Youtube es casi imposible encontrar algo de ellos, salvo unos cuantos videos que subieron para acompañar la promoción de la más reciente recopilación que su disquera sacó a la venta. Su presencia como música en streaming fue recientemente en Itunes, de Apple. Notaron el gran potencial y el 24 de diciembre de 2015, al buscar un público realmente masivo, su discografía comenzó a estar disponible en Spotify, Google Play y Apple Music.

Algo habitual con las estadísticas relativas a los hábitos de consumo es que, cuando se presentan análisis y tendencias de estos temas, regularmente tienen que ver con los usuarios de Estados Unidos, con sus muy particulares horarios de trabajo y temas de interés. Algunos medios las suelen tropicalizar y nos las presentan como si fueran lo mismo en nuestro país. Sin embargo, al fin tenemos información que hace referencia directamente a México.

Según el reporte de The Competitive Intelligence Unit, realizado por Radamés Camargo y Fernando Esquivel, en este país se han suscrito a los servicios de música por streaming alrededor de 4.2 millones de personas; el 64 por ciento en Spotify; seguido de lejos por Google Play Music, con el 12.3; y aún más lejos Apple Music, con el 8.1 por ciento. La mayoría de los suscriptores son jóvenes de menos de 25 años. El crecimiento anual es de 19.4 por ciento y Spotify tiene por mucho los mejores números entre las plataformas de este tipo de servicio.

La sorpresa es que pronto podría aparecer en estas estadísticas un nombre ya conocido por muchos: Napster. Sí, aquel servicio que sorprendió a todos ofreciendo música gratuita, aunque no todos los sorprendidos lo recibieron con el mismo gusto. Las disqueras se aliaron y lo hicieron pedazos. La empresa fue declarada en quiebra y su marca vendida y comprada por otras empresas. Rhapsody la compró en 2011 y aparentemente planea utilizar el nombre Napster sin miedo: http://news.rhapsody.com/2016/06/14/rhapsody-becoming-napster/.

Otra sorpresa en el mundo de las redes sociales es la compra que hizo Microsoft de LinkedIn, por 26 mil 200 millones de dólares. La trasnacional pagó aproximadamente 60 dólares por cada perfil laboral (esta red cuenta con 433 millones de usuarios). Aun se desconocen los planes de Microsoft para recuperar esa inversión. En el caso de la compra de Youtube, Google tuvo que esperar muchos años para comenzar a recibir ingresos

(http://news.microsoft.com/2016/06/13/microsoft-to-acquire-linkedin/, https://blog.linkedin.com/2016/06/13/microsoft-and-linkedin).

En cuanto al análisis cualitativo de los usuarios, podemos observar que se han producido cambios en su forma de pensar. Por ejemplo, la negativa de Apple ante una petición del FBI para que desbloqueara un teléfono Iphone, propiedad de un terrorista, no sólo generó polémica, sino que muchas personas se dieron cuenta de la cantidad de información privada que contienen sus dispositivos y empezaron a valorar su privacidad.

Al respecto, varias empresas están reaccionando y ofrecen proteger a sus usuarios. Una de las primeras fue Whatsapp: la aplicación avisó en abril de este año que las conversaciones estarán cifradas. Ni siquiera la empresa podrá leerlas.

Las empresas parecen darse cuenta que, en poco tiempo, las aplicaciones y servicios, como el correo electrónico, que no puedan ofrecer privacidad y cifrado de datos serán abandonados por otros que sí lo hagan.

Así, quien también anunció cambios fue Twitter, pues ahora cualquiera puede retuitear sus propios tuits sin importar la fecha de éstos. También es más fácil el uso de las opciones de silenciar, bloquear y reportar a otro usuario. Por ejemplo, si quieres evitar los ahora famosos spoliers de películas y series podrás configurar tu cuenta de Twitter para que no te muestre nada del tema que le indiques silenciar.

La opción bloquear hace frente a los casos de acoso y amenazas en redes sociales, pues ésta impide que uno o varios usuarios te molesten con tuits, pues no se mostrarán en tu cuenta. También puedes reportar fácilmente una cuenta que te incomode a ti o a otros usuarios. El personal de Twitter analizará la actividad y el comportamiento del reportado y en caso de que haya violado las reglas del servicio, su cuenta será bloqueada (https://about.twitter.com/safety/three-tools-to-control-your-twitter-experience).

Fuente
Contralínea (México)