A pesar de todo, buen día.

En cierto sentido el deporte es la sublimación de la guerra. Por eso, en la antigüedad, durante las olimpiadas las acciones bélicas se suspendían. El deporte actual es la sublimación de la “guerra fría”. En este caso las acciones bélicas no se suspenden porque a fin de cuentas no las hay. Todo lo que ocurre alrededor del deporte –olimpiadas, dopaje– no tienen ninguna relación ni con el deporte ni con el dopaje. Exceptuando lo dicho más arriba.

En la historia de las olimpiadas antiguas el caso más escandaloso fue la participación del emperador Nerón en el año 67, cuando dispuso cambiar los juegos dos años, sobornó a los jueces y organizó la descalificación de sus contrincantes más fuertes. Como resultado, el propio Nerón fue campeón 6 veces.

De la película Asterix y Obelix:
– ¡Me opongo, exijo, protesto! ¡Culpo a los galos de abuso del elixir mágico!
– ¿Pero acaso tú no lo usaste?
– ¡Qué importa, si yo perdí!

En lo que respecta propiamente al dopaje, en los últimos 50 años el progreso en el deporte de los altos resultados hubiese sido imposible sin el “factor medicamentoso”. De este modo, el éxito depende básicamente del nivel de la medicina deportiva y la influencia que se tenga en las instituciones que controlan la misma. Hay razones para suponer que Rusia no tiene ni lo uno ni lo otro.

WADA, la actual agencia antidopaje, se creó en el año 1999, cuando Rusia prácticamente dejó de existir como país. Es decir, se creó sin nosotros y, para sorpresa hoy en día, contra nosotros.

La cumbre del Comité Olímpico Internacional en Lausana decidió no excluir a todo el equipo ruso de la Olimpiada de Río, apoyó la decisión de descalificar a la Federación Rusa de Atletismo y dejó vigente la decisión de dar acceso a algunos deportistas según consideren las respectivas federaciones internacionales.

¡Nos permitieron participar! Decidieron no acabar con nosotros ahora y prometieron perdonarnos en el futuro, si nos portamos bien. Esto se parece mucho a la historia de las sanciones. En realidad es parte de ellas. Nos asfixian “por sectores”, no por completo. Nos dan la posibilidad de entrar en razón. Porque la tarea no es asfixiarnos, sino hacernos dependientes. Y es que toda esta historia oculta el hecho que es imposible asfixiarnos, además de que es peligroso para la salud de ellos mismos.

En realidad este escándalo del dopaje es una venganza. Se vengan porque no pudieron intimidarnos ni acabar con nosotros. No les funcionó nada. Esta venganza tiene notas de histeria, es tonta y se autodesenmascara. Nosotros ya los vencimos. Y competir contra ellos en juego limpio con sus reglas, según las cuales estamos obligados a perder, es muy tonto

A pesar de todo, hasta la próxima.

Traducción
Aldo Malca
Fuente
1tv (Rusia)