Mauricio Romero

Tan sólo 8 días antes del encendido del pebetero olímpico en Río de Janeiro, Brasil, el Canal Once –del Instituto Politécnico Nacional (IPN)– anunció formalmente su inclusión en el plan de América Móvil (AMX) para transmitir los Juegos Olímpicos de 2016 a través de la red de televisoras públicas.

Según Laura Aguilera Fierro, directora de Comunicación y Relaciones Públicas de la emisora, fue el martes 26 de julio cuando se firmó el convenio a título gratuito con la trasnacional, propiedad del magnate Carlos Slim.

Dos días después, en el centro Cultural Brasil-México, funcionarios, conductores de Canal Once e invitados especiales se vistieron de gala. Caipirinhas zarandeadas por la batucada. Sonrisas, abrazos que estrujan los trajes bien cortados y los vestidos entallados. Los nombres de Televisa y Tv Azteca se pronuncian con muecas y risillas entre las mesas de coctel.

“Por primera vez en la historia, Canal Once del Instituto Politécnico Nacional es Televisora Oficial de los Juegos Olímpicos, motivo por el cual reconocemos el apoyo de América Móvil para establecer esta alianza” (sic), anunció el boletín oficial.

“Gracias a América Móvil”, remarcó en su mensaje grabado Jimena Saldaña, directora de la emisora. Nada mencionó sobre la gratuidad para AMX, hecho que confirma la funcionaria Aguilera Fierro.

“¿Se compartirá con la prensa una copia del convenio?”, se le pregunta a la anfitriona, en ausencia de la directora.

Cálida en la recepción, quien delicada invita a seguir por el vestíbulo a cada asistente, endurece la sonrisa e intercambia miradas con Salvador Cristerna Romo, jefe de División de Prensa y Difusión del Canal Once, parado al pie de su jefa.

—¿Por qué se daría [el documento]? –responde con extrañeza la funcionaria.

—Pues porque el Canal Once es un ente público.

—¿Qué partes quisieras saber? –tercia Salvador Cristerna, con una seca amabilidad y con la mirada resguardada por los lentes de pasta gruesa.

—Solicité el contrato y los anexos. Por lo menos una versión pública.

Silencio. La voz del jefe de prensa se agrava y la de la directora de comunicación se agudiza. Los asistentes pasan por un lado hacia el patio de atrás de la casa de la colonia Insurgentes San Borja.

—Está reservado –dice al fin Laura Aguilera.

—¿Por qué?

—Porque tiene partes confidenciales.

Agustín Ramírez, abogado especialista en derecho de la información, explica en entrevista que para poder reservar un documento, se necesita elaborar una prueba de daño. “¿Y qué significa esta prueba de daño? Significa elaborar una hipótesis de cuál sería el daño que se le podría causar a la institución si la información se hiciera pública”.

Para el expresidente de la Asociación Mexicana de Derecho a la Información, la emisora politécnica no tiene un argumento para reservar los acuerdos con América Móvil. “La verdad que no, porque seguramente lo que ellos están suponiendo es que al suscribir un contrato de esta naturaleza se firma una cláusula de confidencialidad. Pero la confidencialidad se refiere estrictamente a puntos específicos del contrato”.

En el caso del Canal 22, dirigido por Ernesto Velázquez, se amparó en la Ley de la Propiedad Industrial aduciendo que los intereses del magnate se verían perturbados por la publicación del acuerdo.

“Los convenios que están firmados entre la entidad pública con las entidades privadas no pueden aceptar tal secreto. No hay know how qué proteger y la Ley de la Propiedad Industrial no tiene que proteger una producción específica que, además, es una transmisión”, apuntó a este semanario la doctora Issa Luna Pla cuando el mismo canal, bajo la batuta de Raul Cremox hizo lo mismo con motivo de los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014 (“La ‘rendija’ de Carlos Slim para entrar a la televisión abierta”, Contralínea 375).

Menos aún procedería la reserva al ser un acuerdo gratuito para AMX, explica Ramírez. “Porque si no va a haber contraprestación alguna, entonces no habría siquiera alguna situación que pudiera poner en desventaja a América Móvil en relación con otros competidores. Si lo único que se trata es que la audiencia del Canal Once tenga la posibilidad de ver los Juegos Olímpicos, no hay reserva alguna que sea suficiente porque en todos los casos la Ley de Transparencia es muy clara. Es totalmente inadecuado que las autoridades de Canal Once y Canal 22 hagan esto”.

Relación con AMX, negada por el IPN hasta el último momento

Desde marzo de 2013, América Móvil adquirió del Comité Olímpico Internacional (COI) los derechos de transmisión de los Juegos de Sochi (Rusia) y Río (Brasil) para la zona de América Latina, a excepción del país amazónico.

Ese mismo año las cadenas internacionales ESPN y Fox Sports celebraron sendos acuerdos para emitir la justa de verano de 2016, incluido México. Desde el anuncio del COI en beneficio de Carlos Slim, especialistas y fuentes internas de AMX dieron por hecho que ni Televisa ni Tv Azteca pasarían por sus pantallas el evento.

En noviembre de 2015 trascendió que Canal 22 repetiría como televisora oficial, como ya lo había hecho en los juegos invernales de Rusia, aunque no lo admitió formalmente sino hasta marzo del siguiente año.

El 6 de mayo de 2016, la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México (Red) dio a conocer que las “41 televisoras de los 61 medios públicos que conforman esta Red, transmitirán a través de sus 437 estaciones repetidoras la justa deportiva más importante del planeta”. Como miembro de la Red, la noticia incluía a Canal Once.

Antes y después del anuncio hecho por la Red, Contralínea solicitó en varias ocasiones copias de todos los documentos sobre la relación entre el canal politécnico y América Móvil. La respuesta siempre fue la misma: “La Estación de Televisión XEIPN Canal Once del Distrito Federal [sic] no ha firmado ningún documento relacionado para la transmisión de los Juegos Olímpicos de Río 2016”, aseguró Nancy Rivero Rosales, directora de Asuntos Jurídicos de la permisionaria. Era 25 de mayo de 2016, 3 semanas después de lo comunicado por la Red.

“El martes lo firmaron… este martes 26 de julio”, dicen al alimón Laura Aguilera y Salvador Cristerna. “Pero las pláticas vienen de meses atrás”.

—Entonces debió haber alguna carta de intenciones o documentos previos –se les comenta a los encargados de las relaciones públicas de la estación politécnica.

—Sí… sí.

Pero la permisionaria del Instituto Politécnico Nacional prefirió negar cualquier relación con el emporio de Slim hasta 8 días antes del inicio de los Juegos, ya con la programación lista, los enviados dispuestos, y efervescencia mundial por las competencias.

Inai, opacidad a la carta

El objetivo tanto de América Móvil como de las televisoras públicas que le sirven de comodín en su incursión en televisión abierta era que se mantuvieran en total oscuridad los acuerdos firmados, o cuando menos que no salieran a la luz antes del encendido del fuego olímpico en Río de Janeiro. Para ello contaron con la anuencia del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (Inai).

Tras rechazar un primer recurso de revisión. El 17 de marzo de 2016, la comisionada Areli Cano Guadiana admitió el expediente RDA 1444/16, presentado ante la etiqueta de “confidencial” emitida por el Canal 22 (Televisión Metropolitana).

Semanas, meses transcurrieron sin que se diera una resolución. El periodo común duraría 40 días, pero la ponencia de la comisionada decidió alargarlo al límite permitido, con una prórroga de 20 días. Así, la fecha límite, con forme a la Ley de Transparencia, era el 23 de mayo, 60 días después de iniciado el proceso (descontando las jornadas de asueto).

Pero más semanas, y más meses pasaron. La antorcha olímpica recorrió el mundo. En la sede del Instituto, el caso apenas se movió.

“Se trata de un asunto político. No debemos olvidar que el Inai también [está] dentro de este esquema político. Las comisionadas deben ser cautas porque tienen intereses de toda naturaleza”, apunta el abogado Agustín Ramírez. Y añade:

“Pueden retrasarla [la resolución] o retardarla justamente bajo una serie de argumentos legales que no deberían existir, porque es el órgano garante y es, digamos, la última instancia que tiene el ciudadano para acceder a la información.”

Tras la insistencia de Contralínea de entrevistar tanto a la comisionada Guadiana como a Ximena Puente de la Mora, presidenta del Inai –que a su vez recibió otro recurso idéntico sin que se posicionara de ninguna manera del primero–, Leticia Salas, directora general de Comunicación Social del Instituto se comunicó para explicar la situación.

La funcionaria aclaró que el expediente a cargo de Areli Cano se encuentra “en tiempo”, “que el plazo no se ha vencido”, que incluso fue resuelto el 29 de junio de 2016. La llamada de la encargada del área de comunicación se realizó el 1 de agosto, más de 1 mes después de dicha resolución.

Al día siguiente, el Inai notificó formalmente la modificación de la respuesta. Esperó 34 días para enterar al recurrente que dentro de las semanas siguientes tendrá una versión pública del convenio firmado entre el Canal 22 y América Móvil.

Los himnos se habrán cantado, las medallas colgado de los pechos. Y el cometido de la trasnacional y sus socios públicos se habrá cumplido… con la oficiosa mano del Inai para garantizar una opacidad cronometrada en cuanto a los acuerdos.

Directora del Canal Once, de aventura en Río

“La directora no va a estar en todo agosto”, dice telefónicamente Antonio Nava, secretario particular de Jimena Saldaña. El subalterno de la directora del canal politécnico se esfuerza en justificar la negativa a la solicitud de entrevista presentada.

—Es que… es que la ingeniera va a estar en Brasil –agrega con nervio.

—¿En Río?

—Es que va a estar en la cobertura.

En el evento de presentación de la transmisión de los Juegos por la emisora universitaria, Saldaña dio la enhorabuena por medio de una grabación: lamentablemente no pudo asistir, se disculpó, debido a su participación en la reunión anual de la red TAL de Televisoras Públicas de América Latina en Montevideo, Uruguay.

“No estará [en México]”, responde Laura Aguilera cuando se le reafirma la intención de entrevista a la directora.

—¿Porque estará en Brasil?

—Ejem… no sé, no sé.

—¿No va a participar en la cobertura?

—Puede ser.

Los encargados del área de prensa y relaciones públicas dicen no saber qué hará exactamente Jimena Saldaña durante las siguientes semanas. Por lo pronto inició su aventura desde la 159 sesión del Comité Olímpico Internacional en Río de Janeiro.

Si se desea sacar una cita con la directora –subordinada de Mario Vázquez Raña durante 25 años–, ésta no será sino hasta septiembre, cuando la funcionaria vuelva de su viaje, en el que vivirá –con cargo al erario– los Juegos Olímpicos desde la barrera.