Alexander Artamonov: Hola, señoras y señores. Gracias por estar con nosotros en Pravda.ru. Soy Alexander Artamonov y tengo el inmenso placer de recibir, de manera virtual, en nuestro estudio a Thierry Meyssan, a través de Skype, desde Siria, en el Medio Oriente.

Hola, Thierry.

Thierry Meyssan: Hola, Alexander.

Alexander Artamonov: Thierry Meyssan no necesita presentación y el sitio web Voltairenet.org, con más de un millón de visitas diarias, es igualmente muy conocido.

Thierry Meyssan reside permanentemente en el Medio Oriente y merece toda nuestra admiración porque se halla en la primera línea de la actualidad internacional ya que Siria constituye un punto central de la política actual.

Pero lo primero que quiero preguntar a Thierry Meyssan tiene que ver más bien con el Mediterráneo y el Mar Negro, adyacente al primero.

El ministro de Defensa de Francia, Jean-Ives Le Drian, acaba de anunciar, el pasado 11 de septiembre, que en lo adelante la marina de guerra de Francia estará presente en el Mar Negro de forma permanente, debido a un cambio de política de la OTAN en relación con la región Mediterráneo/Mar Negro.

Mi primera pregunta tiene que ver precisamente con esta política de la OTAN –su política aeronaval– en relación con lo que hacen los rusos, porque se siente que Rusia y China también están ahora muy activas en el Mediterráneo. ¿Cómo lo ve usted? ¿Cuál es su punto de vista?

Thierry Meyssan: Primeramente, en cuanto a la presencia francesa permanente en el Mar Negro, se trata de una “permanencia” un poco particular porque los tratados no autorizan los navíos occidentales a permanecer más de 21 días en el Mar Negro. Así que esa presencia permanente será un desfile de barcos que tendrán que relevarse entre sí.

Yo no creo que sea una política muy nueva. La OTAN ya mantiene ese tipo de permanencia en el Mar Negro desde hace varios años, especialmente desde el golpe de Estado en Kiev.

En cuanto al Mediterráneo en general, es un mar que tiene una historia y que tiene una importancia en materia de intereses para varios países. Esa historia, contrariamente a lo que se cree generalmente, no es una historia de conflicto entre el norte y el sur del Mediterráneo sino, a lo largo de siglos, entre el este y el oeste del Mediterráneo. Y, por supuesto, los países más interesados en estar presentes allí son –claro está– Francia y Gran Bretaña, pero también están Estados Unidos, Rusia y –mucho se ha publicado sobre eso– China ya que, al final de la Antigüedad, el Mediterráneo era un mar chino.

Alexander Artamonov: Sin embargo, si volvemos un poco al tema del Mar Negro, yo quisiera hablar de un navío que está presente todo el tiempo en el Mar Negro. Es un navío de la marina de guerra de Francia que se llama Dupuy-de-Lôme y se dedica a recoger datos de inteligencia…

Adelante, Thierry.

Thierry Meyssan: Es un barco-espía pero no creo que se quede mucho tiempo por allí porque actualmente las fuerzas armadas de Rusia han desplegado en el Mar Negro el mismo dispositivo que ya habían instalado aquí, en Siria, alrededor de Latakia, un dispositivo instalado también en la frontera alemana, en Kaliningrado.

Es un sistema que permite… no sé cómo describirlo… No se trata de crear interferencia sino que permite desconectar las comunicaciones y sistemas de mando de la OTAN en un radio de 300 kilómetros a partir de la base donde se despliega. O sea, al ser utilizado desde Crimea, ese dispositivo no permite hacer nada, ni ver nada, ni oír nada. Así que no creo que ese barco francés se quede eternamente en esas aguas.

Alexander Artamonov: Hay otra pregunta que en mi opinión se impone casi automáticamente. Hay algo que no se ha mencionado mucho. En la cumbre de la OTAN realizada este verano en Varsovia, se habló del Mar Negro en términos –y cito– de «lago ruso», o sea como se hablaba del Mediterráneo y Francia en tiempos del imperio francés del siglo XIX.

¿Comparte usted ese punto de vista?

Thierry Meyssan: Pienso que es excesivo pero es, para la OTAN, una manera de reconocer que no puede hacer gran cosa sobre lo que allí sucede.

Alexander Artamonov: Usted trabaja mucho sobre Turquía, sobre todo porque Turquía es un factor importante de lo que sucede en Siria. Hace algunos años la flota turca imponía su ley en el Mar Negro. Ahora, la flota rusa vendría a modificar esa situación.

Pero hay que preguntarse si Rusia y Turquía pueden llegar a entenderse. ¿Qué piensa usted?

Thierry Meyssan: Yo no creo para nada en un acercamiento entre esos dos países, aunque algunos autores han desarrollado esa teoría desde el intento de golpe de Estado que se registró en Turquía a mediados de julio.

Pienso, por el contrario, que esos dos países son fundamentalmente enemigos, incluso gravemente enemigos ya que en los años 1990 el terrorismo que se desarrolló en el Cáucaso ruso era respaldado por una organización no gubernamental turca –la Milli Golush– y el jefe de la Milli Golush –el señor Erdogan– es ahora presidente de Turquía. Existe, por tanto, una larga tradición personal de enfrentamiento y desestabilización contra Rusia.

Rusia y Turquía se oponen también en el teatro sirio, aunque hay ahora algún cambio en cuanto a la inquietud de Turquía sobre la creación de un Estado gobernado por el PKK [1] en Siria, es el único acercamiento existente entre Turquía y Rusia.

En un momento hubo una ruptura de relaciones económicas, que ahora se han restablecido. Y eso está muy bien, pero la economía no es lo mismo que la política y las cuestiones militares. En esos aspectos, creo que la oposición entre los dos países es irrevocable. A lo largo de la Historia hubo muchísimos conflictos entre Turquía y Rusia. Turquía nunca se ha comportado correctamente con respecto a Rusia y no pienso que eso vaya a cambiar.

Alexander Artamonov: Estamos de acuerdo porque a todos nos sorprendió bastante ese brusco cambio en la situación. Como usted dice, esa extraña política vino después del fracasado golpe de Estado en Turquía.

Pero una publicación estadounidense en lengua francesa afirma que Vladimir Putin podría hacer el papel de árbitro entre [el presidente sirio] Bachar al-Assad y [el presidente turco] Erdogan. No sé que pensará usted de eso porque esa idea me parece bastante…

Thierry Meyssan: Pienso que es un error de análisis porque, por desgracia, no hay nada que negociar entre Siria y los países que la agreden. El único tema de discusión sería parar la guerra, pero no hay nada que discutir fuera de eso.

En este momento, si esta guerra existe es porque hay potencias externas –esencialmente Turquía, Arabia Saudita y Qatar– que, a pedido de Estados Unidos, apoyan militar y financieramente a grupos armados provenientes del mundo entero, a los que llaman «rebeldes moderados» cuando en realidad no son disidentes, así que no sé por qué los llaman «rebeldes». Y no son nada moderados ya que practican el terrorismo más espectacular.

Por consiguiente, pretender que Vladimir Putin serviría de intermediario entre ambos bandos sería creer que la guerra en Siria es un conflicto de intereses entre uno y otro bando. Pero, por desgracia, es una guerra por la propia existencia… para los sirios esto no es una por los recursos. Me parece, por tanto, que lo que usted menciona es una ilusión vista desde Estados Unidos.

Y creo que nuestros amigos no entendieron bien lo sucedido en Turquía este verano. Allí hubo un intento de golpe de Estado y está muy claro… todo el mundo está de acuerdo en decir que ese intento fue organizado por Estados Unidos.

Pero es también evidente que este intento de golpe de Estado estaba concebido para que fracasara ya que no se hizo nada contra el presidente, tampoco se hizo nada contra el Palacio Presidencial, que es el centro neurálgico del poder en Turquía, donde hay un bunker gigantesco con todo tipo de equipamiento. Pero allí no sucedió absolutamente nada.

Entonces, si ese golpe de Estado tenía que fracasar sólo hay dos maneras de interpretar esa intentona: Estados Unidos quiso enviar al presidente Erdogan un mensaje para que entendiera que tenía que calmarse y que de no hacerlo la cosa sería en serio, pero eso parece poco probable; o Estados Unidos organizó todo en coordinación con el presidente Erdogan, para proporcionarle la posibilidad de reprimir a sus opositores, lo cual hizo inmediatamente después. Y ustedes saben que esa represión no tiene nada que ver con el golpe de Estado ya que, aunque es cierto que al principio [Erdogan] arrestó a algunos miembros de la organización de Fetullah Gullen –su ex aliado–, un hombre que nada tiene que ver con el golpe de Estado porque es un islamista mientras que los principales autores del golpe de Estado eran kemalistas, hoy Erdogan extiende la represión a todo el conjunto de grupos laicos y a todos los grupos que apoyan a la minoría kurda.

Alexander Artamonov: Para pasar al aspecto aeronaval y a todo lo que tiene que ver con el Mediterráneo, ya que usted se halla en Siria quizás pudiéramos hablar del puerto de Tartús, transformado desde hace tiempo en base militar rusa.

En Suiza, el Observatorio Geoestratégico publicó el 15 de septiembre un artículo de Richard Labevière titulado «El Mediterráneo ya no es un mar occidental». El autor menciona que los chinos están instalándose con los rusos en el puerto de Tartús. ¿Confirma usted eso o no?

Thierry Meyssan: Lo que yo confirmo es que una unidad china va a venir a realizar una serie de trabajos en el puerto de Tartús y que, a la larga –no de inmediato, a la larga– el puerto de Tartús podría ser utilizado como escala por la marina de guerra china. Pero, por el momento, no hay soldados chinos aquí en Siria y, de manera general, las fuerzas armadas chinas rechazan toda confrontación con las fuerzas occidentales fuera de la zona de influencia de la República Popular China.

Es muy importante entender eso. Durante toda la guerra aquí, en Siria, China se ha negado a implicarse en el plano militar. Se implicó extraordinariamente en el plano diplomático, siguió a Rusia en todos sus vetos en el Consejo de Seguridad de la ONU. Pero no se ha implicado en el plano militar e incluso se negó a proporcionar equipamiento de doble uso –civil y militar– que el ejército sirio podía haber utilizado para defenderse. Me refiero al hecho que los yihadistas han construido aquí enormes… ¡enormes! sistemas de defensa, cuya dimensión es incluso comparable a lo que fue la Línea Sigfrido de Alemania durante la Primera Guerra Mundial. ¡Utilizaron incluso el mismo volumen de cemento! ¡Es algo absolutamente enorme!

Y había también todo tipo de túneles cavados por los yihadistas, es decir en realidad por la OTAN, y China dispone de equipos que permiten detectar esos túneles. Pero se negó a proporcionar ese equipamiento a Siria. Todavía es así en este momento.

Así que no pienso que el hecho de [que China] utilice como escala el puerto de Tartús tenga, a corto o mediano plazo, algún tipo de impacto militar en el actual conflicto.

Alexander Artamonov: Ya que hablamos del enfrentamiento con Daesh [2], [grupo] que usted considera una proyección de la OTAN, lo cual por cierto nosotros no contradecimos ya que es evidente que –como se dice– hay un cadáver en el armario. Y ese es precisamente el punto que quiero abordar ahora.

Una fuente francesa habla de hasta 400 000 combatientes yihadistas en Siria. Incluso precisa que se esconden en las regiones desérticas y que ocupan un tercio del país.

Pero, como usted sabe, 400 000 personas necesitan alimentos, agua… ¿Cómo hacen?

Thierry Meyssan: Lo primero es que nadie sabe con precisión cuántos son. Eso sólo le saben quienes los financian.

Del lado sirio, se estima que la presencia yihadista en territorio sirio se sitúa entre 200 000 y 250 000 hombres, según un estimado del ejército sirio.

Ahora, también hay yihadistas en Irak y es posible que el total se eleve a 400 000 hombres, es incluso muy probable. Ese sería el número total entre los dos países.

Alexander Artamonov: Pero 400 000 hombres es una cifra enorme. Eso equivale a un ejército de la Segunda Guerra Mundial. Usted está de acuerdo conmigo…

Thierry Meyssan: Es absolutamente enorme pero se trata de un conflicto mundial. Se desarrolla en dos países ¡pero es un conflicto mundial! Al principio de la guerra contra Siria había 130 países -¡130 Estados!– y 16 organizaciones participando en este conflicto contra Siria. Ahora son mucho menos numerosos, por supuesto, porque saben que no podrán ganar y esta guerra ya ha costado sumas absolutamente gigantescas, que se elevan a decenas de miles de millones de dólares en el caso de sus principales organizadores.

Alexander Artamonov: ¿Pero cómo hacen para financiarlos? Porque se necesitan vías de abastecimiento, toda una infraestructura logística y, después del cambio de política de Erdogan, que ahora les niega todo apoyo, hay que preguntarse cómo se las arreglan.

Thierry Meyssan: No, no. ¡Erdogan no se ha retirado del conflicto sirio!

El presidente turco Erdogan se comprometió a impedir que el PKK y el PYD –o sea, los kurdos de Turquía y de Siria– creen un Estado en el norte de Siria. ¡Erdogan está combatiendo a esas dos formaciones! Pero no combate en lo más mínimo a Daesh. ¡No combate a los yihadistas!

Por cierto, no ha habido ninguna batalla entre ellos. Cuando Turquía invadió la ciudad de Yarablus, que estaba en manos de Daesh, no hubo absolutamente ningún combate. Las fuerzas de Daesh se retiraron. Algunos miembros de Daesh simplemente “cambiaron de etiqueta”, abandonaron la etiqueta de yihadistas y ahora dicen ser miembros del “Ejército Sirio Libre”, ¡pero son los mismos individuos!

En cierto momento hubo algún que otro choque entre el ejército turco y algunos yihadistas, con quizás una decena de muertos, hace algunos días, pero no más que eso. Turquía nunca cesó de intervenir en la guerra aquí, en Siria.

Alexander Artamonov: Una última pregunta ya que, por desgracia, tenemos el tiempo contado y tampoco queremos abusar del tiempo que usted nos concede.

Los yihadistas festejaron la fiesta musulmana del Aid con un gran baño de sangre en una de las ciudades que controlan, donde utilizaron un matadero municipal para degollar a un centenar de personas y todo lo filmaron cuidadosamente, con detalles tan atroces que periodistas suizos declararon al sitio web LesObservateurs.ch que sólo soportaron 10 segundos antes de desconectar el video.

Mi pregunta es la siguiente: ¿Para qué filmar cosas tan horribles si la población local no dispone de internet y si la población occidental que vea esas imágenes sólo puede convencerse aún más de que hay que combatir el islamismo?

Thierry Meyssan: Es una estrategia muy bien pensada y perfectamente aplicada por Daesh. Esta estrategia aparece explicada en numerosos escritos desde 2004, o sea mucho antes de la creación de Daesh, que explican cómo debe utilizarse un terrorismo espectacular.

Es importante saber, como ya he explicado otras veces, que Daesh se llamó al principio Emirato Islámico de Irak, que fue creado por John Negroponte [3] y desarrollado por el general David Petraeus [4] y que invadió, en 2014, Irak y Siria simultáneamente con ayuda del ejército de Estados Unidos, que proporcionó directamente el equipamiento militar, mientras que Arabia Saudita y Qatar garantizaban el financiamiento.

Pero esta organización buscar crear una sensación de shock y de estupor, como lo hace Estados Unidos cuando recurre a los bombardeos masivos, como cuando tomó Bagdad, por ejemplo. En este caso, crean el shock y el estupor mediante el uso del terrorismo. ¡Esto no es nada nuevo en la estrategia occidental!

Todos hemos visto el film Apocalypse Now. Eso fue algo corriente durante la guerra contra Vietnam. Así que, a pesar de lo que se diga, ¡no estamos muy lejos de la guerra de Vietnam!

Por lo tanto, yo no veo nada nuevo en esta estrategia, ni tampoco veo qué puede tener de más chocante en relación con lo que ya se hizo en el pasado.

Las imágenes que ustedes han visto han sido concebidas por una firma comercial británica creado por el MI6, y esa firma tiene oficinas en Londres, en Washington y en Turquía. Hay gente que se dedica a montar el rodaje de esas imágenes, ese es su trabajo. Traen esos especialistas en propaganda de cualquier parte… de Inglaterra o de Estados Unidos, pero es personal especializado para que haya en las imágenes cierta estética y que aterroricen a quien las vea.

Alexander Artamonov: En efecto, es horrible.

Muchas gracias, Thierry Meyssan, de haber estado con nosotros. Le expresamos nuevamente nuestra admiración porque se halla usted verdaderamente en el frente, en Siria. Esperamos verle personalmente por acá, en este estudio.

Hasta la próxima y muchas gracias.

Thierry Meyssan: Hasta pronto.

Fuente
Pravda.ru (Rusia)

[1El PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), clasificado por el gobierno turco como terrorista, es la formación política de los kurdos de Turquía.

[2Daesh es el acrónimo, peyorativo, utilizado en árabe para referirse al Emirato Islámico, designado en Occidente como Estado Islámico o con siglas como EI, EIIL, ISIL o ISIS.

[3A mediados de los años 1960, John Dimitri Negroponte, como miembro de la CIA, fue enviado a Vietnam, donde desde el cargo de consejero político de la embajada de Estados Unidos en Saigón, estuvo a cargo del Programa Phoenix, destinado a localizar y “neutralizar” –por cualquier medio, incluyendo la tortura y el asesinato– a personas vinculadas al Frente Nacional de Liberación de Vietnam. Como embajador en Honduras, a finales de los años 1970 y principios de los 80, dirigió la “guerra sucia” de Estados Unidos contra el gobierno sandinista de Nicaragua. En 2001, el presidente Bush Jr. lo nombra embajador de Estados Unidos en la ONU, inmediatamente después de los atentados del 11 de septiembre. Posteriormente fue embajador en Irak, nombrado también por George W. Bush, después de la invasión de ese país y el derrocamiento de Sadam Husein.

[4El general estadounidense David Petraeus, director de la CIA de 2011 a 2011, fue además comandante (de 2010 a 2011) de la fuerza internacional que aún opera en Afganistán, comandante del CentCom (de 2008 a 2010) y comandante (de 2007 a 2008) de las fuerzas de la coalición internacional en Irak.