Con la adopción de una enmienda a una ley sobre las comunidades, el Parlamento iraquí acaba de prohibir toda venta, importación o producción de alcohol en el territorio nacional.

Adoptada tan discretamente que sería más exacto decir que se aprobó a escondidas, la nueva disposición tiene como objetivo ofrecer una satisfacción a los islamistas ante la perspectiva de la liberación de Mosul, ciudad iraquí actualmente bajo control del Emirato Islámico (Daesh) y objetivo de una ofensiva militar de gran envergadura.

El texto de esta disposición establece sanciones que van de 8 000 a 20 000 dólares de multa por cada infracción comprobada.

Los cristianos de Irak, que utilizan vino en la celebración de la misa, denuncian la enmienda como una medida discriminatoria para su confesión y han decidido recurrir a un tribunal federal mediante la presentación de una acción legal contra ese texto.