La PGR investiga un presunto robo masivo de medicamentos en el ISSSTE. En enero pasado, el propio Instituto denunció los hechos ante la Secretaría de la Función Pública. El hurto superaría los 54 millones de pesos e implica tratamientos contra enfermedades crónico-degenerativas y de alta especialidad
El Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) sufrió un robo masivo de medicamentos para combatir enfermedades crónico-degenerativas y de alta especialidad, que ya es investigado por la Procuraduría General de la República (PGR).
La denuncia –presentada en 2016 por la propia institución que depende de la Secretaría de Salud– se dio tras advertir un desfase entre el inventario físico y los reportes en el Sistema Integral de Administración Hospitalaria, de más de 3 mil unidades de fármacos con valor superior a los 54 millones de pesos. Dicho Sistema registra las recetas que amparan todas las salidas de las medicinas a favor de los derechohabientes.
Según la denuncia de hechos, esto podría constituir un robo de tratamientos contra enfermedades crónico-degenerativas y de alta especialidad en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, uno de los hospitales insignia –de tercer nivel– del Instituto que encabeza José Reyes Baeza.
Las medicinas estaban destinadas a atender padecimientos como cáncer, problemas cardiovasculares, hipertensión arterial, insuficiencia renal crónica y diabetes mellitus.
En diciembre del año pasado se amplió la denuncia de hechos, originalmente presentada el 7 de marzo de 2016 por el apoderado legal del ISSSTE, ante la Subdelegación de Procedimientos Especiales de la Delegación de la PGR en la Ciudad de México (antes Distrito Federal); misma que obra en el expediente PGR/DDF/SPE-XXII/3006/2016.
En un primer momento, el ISSSTE advirtió que el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre carecía de sustento respecto de la distribución de 2 mil 914 unidades de medicamento, por 37 millones 975 mil pesos, que corresponden a 28 claves de fármacos, incluyendo de patente. Pero la ampliación –hecha a fines de 2016, tras la intervención de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en este caso–, ya estimaba el presunto daño contra el erario en 54 millones 493.2 mil pesos.
El faltante se registró a lo largo del ejercicio 2015, consta en la auditoría “Adquisición, recepción, distribución y control de medicamentos para enfermedades crónico-degenerativas”, elaborada por el máximo órgano de fiscalización del país.
El robo
El saqueo de los medicamentos fue detectado por la ASF cuando revisaba 36 claves de medicamentos para enfermedades crónico-degenerativas, por 44 millones 472.5 mil pesos, distribuidas a los derechohabientes mediante 26 recetas colectivas (“documentos con los cuales las farmacias surten medicamentos al Centro de Mezclas, que serán aplicados en el tratamiento de pacientes en las diferentes áreas hospitalarias, soportados por la prescripción del médico tratante”), de las cuales 31 claves de medicamentos, por 38 millones 24.9 mil pesos, fueron incluidas en 16 recetas electrónicas registradas en el Sistema Integral de Administración Hospitalaria en el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre y cinco claves de medicamentos, por 6 millones 447.6 mil pesos, con 10 recetas elaboradas manualmente en el Hospital Regional 1 de Octubre.
Respecto del nosocomio 20 de Noviembre, la Auditoría Superior apunta que no exhibió seis recetas colectivas, por lo que no se tiene sustento de la distribución de 2 mil 914 unidades de medicamento, por 37 millones 975.3 mil pesos.
Durante la reunión de resultados preliminares y finales de la ASF con el Centro Médico, las autoridades de este último respondieron con el oficio 120.123.1/002275/2016/8, del 14 de noviembre de 2016, en el que incluían cinco recetas colectivas por 3 millones 55.9 mil pesos, que amparaban la salida de 328 unidades de medicamentos. También presentaron las hojas de solicitud de medicamentos del Centro de Mezclas autorizadas, y el formato con la descripción y gramaje del medicamento que se le designó a cada paciente, “con lo que se comprobó que se atendieron las necesidades de los derechohabientes y los medicamentos coincidieron con las cantidades registradas en el SIAH”.
No obstante, en relación con los restantes 34 millones 919.4 mil pesos, el Centro Médico informó a los auditores que el monto correspondía a una diferencia entre el inventario físico realizado al cierre de 2015 y lo reportado en el SIAH, por 2 mil 586 unidades de medicamentos. Para “subsanar” la sustracción de las medicinas, la institución formuló la receta AJS21122015, con la cual registró los tratamientos en el sistema como una salida.
“Al respecto, el titular de la Jefatura del Servicio de Farmacia proporcionó una denuncia de hechos presentada por el apoderado legal del ISSSTE ante la Procuraduría General de la República el 7 de marzo de 2016, en la que contempló las diferencias determinadas en el inventario físico que se realizó el 3 de agosto de 2015.
“Con motivo de la intervención de la Auditoría Superior de la Federación, el Centro Médico Nacional presentó una ampliación a la denuncia relativa a la diferencia determinada en el levantamiento físico del inventario al cierre del ejercicio 2015, por un total de 54 millones 493.2 mil pesos, presentada por el apoderado legal del ISSSTE ante el Ministerio Público de la Federación con número PGR/DDF/SPE-XXII/3006/2016.”
Además de la denuncia ante la PGR, la Subdirección de Administración y Finanzas del ISSSTE notificó el 13 de enero de 2017 al Órgano Interno de Control –dependiente de la Secretaría de la Función Pública– los hechos que son investigados por la Procuraduría, mediante el oficio 96.203.1.4/0054/2017. Por ello, turnó copia del expediente al contralor interno Jesús Moreno Beltrán.
Sobre este último punto, la ASF indica que está pendiente que la autoridad del Centro Médico remita información sobre la recuperación ante la aseguradora y la aplicación contable respectiva, “por lo que la observación por esta parte persiste”.
Por estos hechos, la Auditoría Superior recomendó al ISSSTE y al Centro Médico Nacional 20 de Noviembre fortalecer los mecanismos de supervisión y control para que, en la determinación de diferencias en los inventarios físicos, las áreas responsables realicen el seguimiento conforme a lo establecido en la normativa, y en caso de “sustracciones, robos o pérdidas se dé conocimiento en forma oportuna al Órgano Interno de Control, y se coordinen las áreas de farmacia, jurídica y contable para los efectos correspondientes”.
Además, pidió que fortalezcan los mecanismos para el registro, supervisión y control de la salidas de los medicamentos de la farmacia y en el Sistema Integral de Administración Hospitalaria, a fin de que cuenten con la evidencia documental conforme a la norma y, respecto de la diferencia del inventario sustentada en la receta colectiva AJS21122015, “se informe a este órgano fiscalizador el cobro del seguro y su registro contable”.
Saqueo en hospital 1 de Octubre
El robo en el Centro Médico 20 de Noviembre no fue el único que detectó la Auditoría Superior. El informe da cuenta de un segundo saqueo, por 1 millón 428 mil 882 pesos, en el Hospital Regional 1 de Octubre. Tras el hallazgo, emitió un pliego de observaciones.
En dicha medida, la ASF indicó que “se presume un probable daño o perjuicio o ambos al patrimonio del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, por 1 millón 428 mil 882 pesos correspondientes a 74 unidades de medicamentos reportadas como salidas –por medio de la receta colectiva número 2222610022984– en el Sistema Integral de Administración Hospitalaria (SIAH), que el área de Farmacia del hospital no acreditó su distribución a los derechohabientes, ni remitió aclaración alguna sobre el caso”.
En 2015, el ISSSTE gastó 11 mil 723 millones 976.3 mil pesos en medicamentos, distribuidos de la siguiente forma: 10 mil 198 millones 473 mil en la partida 25301, “Medicinas y productos farmacéuticos”; 472 millones 498.3 mil en la subpartida 25301-0001, “Medicamentos de alta especialidad”; y 1 mil 53 millones en otras seis subpartidas relacionadas.
De acuerdo con la ASF, ese año la institución de salud pública proporcionó servicios a 12.9 millones de derechohabientes. Respecto de los pacientes con enfermedades crónicas no transmisibles, indica que éstos “demandan servicios médicos de alta especialidad que implican costos elevados, ya que los tratamientos son constantes y requieren de un periodo prolongado de aplicación, debido a que los pacientes pueden vivir con dichos padecimientos inclusive por el resto de su vida”.
Sobre las enfermedades de este tipo, apunta que ese año las que presentaron mayor relevancia fueron las cardiovasculares, los tumores malignos y la diabetes mellitus: “para su atención se utilizaron 114.6 millones de unidades de medicamentos prescritos, ya sea por receta individual o colectiva”.
En el ISSSTE, “la distribución del gasto de medicamentos se concentró en el segundo y tercer niveles de atención, que en conjunto equivalen al 78.6 por ciento, y las unidades médicas representativas en este rubro fueron el Centro Médico Nacional 20 de Noviembre y los hospitales regionales 1 de Octubre y León, con el 5.92, 4.17 y 2 por ciento, respectivamente”.
Para la elaboración de este trabajo, se solicitó entrevista con el director general del Centro Médico 20 de Noviembre, doctor Luis Ernesto Gallardo –en forma directa y a través de Comunicación Social del ISSSTE–; no obstante, al cierre de esta edición no se obtuvo respuesta. También se pidió a la Secretaría de la Función conocer los avances del Órgano Interno de Control en torno a este caso; pero tampoco se obtuvo respuesta.
Manténgase en contacto
Síganos en las redes sociales
Subscribe to weekly newsletter