La actual campaña previa a la elección presidencial en Francia muestra características diferentes a todas las campañas electorales que se han desarrollado en Europa desde la Segunda Guerra Mundial: por primera vez, un experimentado equipo de propaganda de guerra está trabajando a la sombra de uno de los candidatos.

Inicialmente favorito para ganar la elección, Francois Fillon fue eliminado en la primera vuelta sobre la base de toda una serie de acusaciones de nepotismo y corrupción que incluso le han valido ser llevado ante la justicia. Pero ninguna de esas acusaciones ha sido verificada hasta el momento.

De cara a la segunda vuelta, los electores franceses ahora se disponen a votar en masa a favor de un personaje contra el que manifestaban –también masivamente– hace sólo 2 años. Pero ahora van votar por él en aras de protegerse de un peligro que creen mucho más grave: la candidata Marine Le Pen.

Sin embargo, cuando se les pregunta a esos electores en qué consiste el peligro que esta candidata representa… no encuentran nada preciso que reprocharle y sólo logran citar una serie de críticas contra su padre.

Todas las publicaciones periódicas regionales y nacionales de Francia, sin excepción, denuncian el peligro que representa Marine Le Pen y llaman a cerrarle el camino votando por Emmanuel Macron.

Todos los franceses a los que preguntamos lo que piensan de la acusación en la que Emmanuel Macron afirmó que Marine Le Pen apoyó la invasión prusiana, ¡en 1870!, y la agresión alemana... en 1914, se rieron a carcajadas. La señora Le Pen nació… en 1968.

El video que incluimos en este trabajo ha sido objeto de una gran difusión tanto a través de los canales de televisión como en internet. Cuando lo mostramos a nuestros interlocutores franceses, todos recordaron haberlo visto antes y haber pensado que lo que el señor Macron estaba diciendo era realmente absurdo. Cuando volvimos a mostrarles el video, se quedaron pasmados al descubrir en esas imágenes las acusaciones que anteriormente los habían hecho reír.

O sea, se ha vuelto posible decir ese tipo de sandeces sin que nadie reaccione de inmediato. Veamos el video:


Agitando la medalla conmemorativa que se distribuye a los visitantes de la necrópolis de Notre Dame de Lorette, donde reposan los restos mortales de 45 000 combatientes de la Primera Guerra Mundial, Emmanuel Macron afirma que ese conflicto fue desatado por dirigentes que pensaban: «Somos mejores que nuestros vecinos, así que ¡vamos a destruirlos!» Seguidamente acusa a Marine Le Pen y sus amigos «refugiados en el castillo de Montretout» de compartir la misma ideología que el agresor y de querer empujar a Francia hacia una guerra similar. Y termina vociferando: «¡Eso no! ¡Eso no! ¡Eso no!»
El castillo de Montretout, donde creció Marine Le Pen, fue ocupado por los prusianos durante el asedio de París, en… 1870. La frase «refugiados en el castillo de Montretout» sugiere algún tipo de vínculo entre la niña que fue Marine Le Pen y Guillermo I, rey de Prusia y emperador de Alemania.
Los héroes de Notre-Dame de Lorette cayeron honrosamente en el campo de batalla en… 1914-1918. Y el objetivo de guerra del emperador Guillermo II ciertamente no era destruir Francia.
Es la primera vez que alguien inventa una relación de causa y efecto entre la guerra de 1870, la Primera Guerra Mundial y el Frente Nacional.

Es justo reconocer que la manera de presentar las cosas impidió a los electores percibir de forma consciente el sentido de las palabras de Emmanuel Macron, pero no comprenderlas inconscientemente.

Así se justifica en sus mentes que vayan a votar por un personaje que en realidad detestan, pero que supuestamente va a protegerlos de una mujer que dice representar a la Nación, a pesar de que ya traicionó a Francia en el pasado y de que tiene sobre su conciencia los millones de muertos de las guerras de 1870 y de la Primera Guerra Mundial.

Según el sociólogo Jean-Claude Paye [1], la enormidad de tales acusaciones, respaldadas por toda la prensa, sin excepción, literalmente petrifica a los franceses. Aturdidos, marchan como zombies hacia las urnas para votar como se les ordena que lo hagan.

Mientras más increíble, más fácil de hacer tragar.

[1«Pas ça !», por Jean-Claude Paye, Réseau Voltaire, 5 de mayo de 2017