A casi un año de administración y con muy erosionada imagen, el equipo que acompaña al presidente Kuczynski destaca por lo que siempre fue: un conjunto de personas vinculadas a la cosa pública y a intereses particulares. Expertos gestores se revelan como ineptos en el acertijo político, huérfanos de idea colectiva para construir alianzas y es hasta precario afirmar que completarán su quinquenio.
El pronóstico que rodea al ministro de Economía, Thorne, es claro e inequívoco: si no renuncia, lo censuran. Un cadáver sin tino ni fuerza. Es más, el audio que revela su presión sobre el Contralor desdice todas sus afirmaciones. Carece de autoridad política o moral.
¿Por causa de qué el empecinamiento en mantener a Thorne a flote cuando ya está bajo toneladas de agua?
El jefe de Estado, PPK, se juega completo y su respaldo es “total”. Lo dramático de la circunstancia es que el peso que posee es de vidrio fragilísimo próximo a romperse en millones de pedazos.
¿Quién o quiénes aconsejan al presidente? De repente la pregunta correcta debiera ser: ¿posee consejeros o mentores políticos? ¿O de imagen, prensa y publicaciones? Esos que creyeron que podían hacer lo mismo que realizan en la empresa privada, comprando conciencias y pareceres o alentando que los opinadores impulsen la orientación que ellos pagan, se equivocaron ¡y de qué manera! Lo trágico es que el jefe de Estado no comprende aún que una cosa es con guitarra y otra cosa es en Palacio.
Con alguna excepción y ninguna otra, la bancada parlamentaria del oficialismo muestra una pobreza calamitosa en el escenario público. No pocos o pocas están impedidos de escupir al cielo porque la devolución podría ser venenosa. Asemeja esta agrupación parlamentaria, a aquella que con humor mordaz tildó en los años 60 a los de Acción Popular, Andrés Townsend Ezcurra: “Federación de Independientes”.
Dilema es si hay rescoldo de sagacidad o descubre que la política es juntura y urdimbre de voluntades en grandes alamedas y por el bien colectivo, PPK, o sigue cayendo cuesta abajo la rodada. Lo que fue esperanza para millones de personas y contra los arrebatos fujimoristas puede traducirse en una incierta simpatía hacia cualquiera por el fracaso vigente.
Gobierno PPK: ¿dejó de ser lobbista alguna vez?
Wait and see.
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