En el contexto de la ruptura de relaciones diplomáticas con Qatar anunciada por Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos y Bahréin, mientras que Qatar cuenta con el respaldo de Irán y Turquía, una nueva crisis diplomática acaba de estallar entre Kuwait e Irán.

La Corte Suprema de Kuwait acaba, en efecto, de pronunciar duras penas de cárcel contra una veintena de personas (ver foto) acusadas de preparar atentados por encargo de Irán. El gobierno kuwaití expulsó del país a 15 diplomáticos iraníes y redujo las actividades autorizadas de la embajada de Irán.

El gobierno de Irán negó toda relación con el asunto y, en reacción a las medidas de Kuwait, el ministerio de Exteriores iraní convocó al encargado de negocios kuwaití en Teherán, pero Irán no ha anunciado la adopción de medidas de respuesta.

Por ser el decano de los jefes de Estado del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) y gozar de una imagen de moderado, el emir Sabah IV de Kuwait parecía ser el más indicado para negociar una solución al diferendo entre Arabia Saudita e Irán.

Dos tercios de la población kuwaití son sunnitas más bien salafistas y el otro tercio se compone de chiitas. La prensa de Kuwait se abstuvo, por tanto, de describir a los condenados como «chiitas» y los señala como «criminales».