Cañón "disparando" pasaportes electrónicos

Versiones serias indicarían que la investigación en torno al sobreprecio de US$ 16 millones de dólares por el pasaporte electrónico en Cancillería, ha encontrado un secretismo espectacular porque “pertenece al ámbito de Defensa”. Hasta hoy ignoramos el poder de fuego que posee este documento y cómo es que tanto dinero en bolsillos malandrines puede encubrirse así.

Y la firma Gemalto, también francesa como IN (Imprimerie Nationale), se dio el lujo el 18 de los corrientes, de ubicar un recuadro con propaganda de su empresa y las maravillas que –dicen- poseen sus sistemas de fabricación del pasaporte electrónico (http://prensa.imedia.pe/custm/notas.php?cod=8076961&pass=d20d819231d).

Si hay secretismo en el proceso del pasaporte electrónico y los serios cuestionamientos que ha hecho la propia Contraloría General de la República y que los enviara como Carpeta 0023 al Ministerio Público ¿en qué pie quedan las empresas del consorcio proveedor?

El sobreprecio es una dinámica delincuencial que incluye no sólo a compradores (Estado peruano) sino a los proveedores, también. Y los procesos administrativos, civiles o penales, ciertamente tienen un lapso de maduración, no obstante la sociedad no puede quitar el ojo atento porque ¡le sacan la vuelta!

Preguntar a Gemalto-IN por las múltiples fallas en el sistema de producción de los pasaportes electrónicos en Migraciones no es más que un ejercicio de inquirir a la Superintendencia a cargo para que diga al país o ratifique lo que se ha denunciado in extenso en artículos periodísticos, audiciones radiales o programas televisivos.

Pero la inspección política también requiere de la participación activa, dinámica, valiente del Congreso. ¿No fue el informe del ex Contralor General de la República, Edgar Alarcón, ante la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso? Por tanto el Parlamento no es ajeno a un tema que ya incluye sobreprecios, deficiencias, funcionarios corruptos y un robo que debe ser enjuiciado y sus protagonistas, severamente castigados.

No hay secreto por encima de los intereses del pueblo peruano que con sus impuestos paga los gastos que hace el Estado y que tiene la soberana potestad de investigar, vía el Poder Judicial, a las empresas corruptas y a los rateros que aún están en la burocracia.

En las próximas semanas revelaremos detalles de varios entramados que lograron el monopolio de Gemalto-IN tanto en Migraciones como en Cancillería.

¡A ver si siguen los necios cubriendo con secretismo, tanta expoliación contra el dinero del pueblo!