El tribunal militar de Beirut condenó a muerte al jeque Ahmad al-Assir, agente qatarí que exacerbó en Líbano los conflictos confesionales durante la guerra de agresión contra Siria.

En 2011, los matones del jeque al-Assir (con turbante blanco al centro de la foto) se apoderaron de la ciudad libanesa de Saida, de donde fueron expulsados finalmente por el ejército libanés, bajo las órdenes del general Chamel Roukoz –por demás yerno del actual presidente del Líbano Michel Aoun. El combate de la mezquita Bilal ben Rabah, donde el jeque al-Assir se había atrincherado con sus hombres, costó la vida a una veintena de soldados libaneses y otros 150 resultaron heridos.

Entre otros asesinatos, el jeque Ahmad al-Assir organizó la eliminación física del secretario general de la Red Voltaire, Serge Marchand, quien sólo pudo escapar ileso gracias a la intervención del PSNS (Partido Social Nacionalista Sirio) antes de que el asesino que debía eliminarlo fuera arrestado por el Hezbollah y entregado al ejército libanés.

Después de pasar a la clandestinidad, el jeque al-Assir organizó la última batalla registrada en la ciudad libanesa de Trípoli, en 2014, pero acabó tratando de huir del Líbano y fue arrestado en el aeropuerto de Beirut cuando trataba de abordar un avión bajo una falsa identidad (Ver foto).

A lo largo de su juicio, el jeque Ahmad al-Assir trató de provocar nuevas tensiones mientras que sus seguidores, congregados frente a la sede del tribunal que lo juzgaba, amenazaban a los jueces con «la venganza de los sunnitas».

El arresto y condena del jeque al-Assir son resultado de los cambios en la correlación de fuerzas que se han producido en la región y demuestran que este jeque yihadista ha sido abandonado por sus antiguos protectores mientras que el Líbano prosigue el proceso de regreso a la paz.