El ministro saudita de Asuntos del Golfo –a cargo, por tanto, de las relaciones con Irán pero no con el Líbano–,Thamer al-Sabhan (ver foto), afirmó a través de Twitter: «No hay más que un solo terrorismo y hay que combatirlo en todas partes. ¿Estaría de acuerdo el mundo con la presencia de miembros de Daesh (el Emirato Islámico) y de al-Nusra en parlamentos y gobiernos? Tiene que unirse contra el partido del diablo.»

Al-Nusra es la antigua denominación de al-Qaeda en Siria. La expresión «partido del diablo» designa al «Partido de Dios», o sea el Hezbollah libanés.

El ex ministro libanés Wiam Wahhab respondió en nombre del Hezbollah: «Sabhan tiene razón. Hay que eliminar la presencia de miembros de Daesh y de al-Nusra en parlamentos y gobiernos… y también a los reyes de Daesh, del takfirismo y del odio.»

La alusión a «los reyes de Daesh, del takfirismo y del odio» apunta tanto al rey de Arabia Saudita como al emir de Qatar, dos gobernantes que invirtieron decenas de miles de millones de dólares en el financiamiento de los integristas y de su brazo armado: los yihadistas.

Thamer al-Sabhan fue embajador de Arabia Saudita en Irak, pero tuvo que irse de Bagdad después de haberse negado a condenar las acciones de su primo Abdel-Salaam al-Subhan, comandante de Daesh muerto en combate contra el ejército iraquí [1].

Wiam Wahhab fue consejero del príncipe Talal Arslan, heredero de los fundadores del principado del Monte Líbano y defensor histórico de la resistencia ante el imperialismo.

Este intercambio se produce en momentos en que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, está llamado a definir públicamente su política hacia Irán.

[1«Bagdad solicita a Riad la sustitución de su embajador Irak», Red Voltaire, 6 de septiembre de 2016.