El caso de los “Asesinos de Brabante” salió de nuevo a relucir esta semana a través de artículos de Het Laatste Nieuws [1] y de un programa de la televisión flamenca. El hermano de un gendarme de élite, Christian Bonkoffsky, declaró que este último le reveló en su lecho de muerte que él fue uno de los misteriosos asesinos. Por su parte, un abogado de las víctimas denunció las incoherencias de la investigación judicial sobre los crímenes.

Entre 1982 y 1985, individuos cuya identidad aún se desconoce actualmente perpetraron una serie de asaltos en Bélgica y en el norte de Francia, donde asesinaron un total de 28 personas, y aún se les designa como los «Asesinos de Brabante» o «la Banda de Nivelles» (Bende van Nijvel). Pero los magistrados a cargo de la instrucción, el ministro de Defensa de Bélgica y una comisión parlamentaria que debía investigar los crímenes se estrellaron contra… las disposiciones que protegen los secretos militares de la OTAN [2].

En los años 1980, la OTAN organizó en Europa una serie de atentados que prefiguraban el modelo que aplicó durante estos últimos años, recurriendo ahora al uso de yihadistas.

Las autoridades belgas, que toman muy en serio estas nuevas revelaciones, consideran que las fotos del ex gendarme miembro de la unidad de élite Diane, coinciden con los retratos hablados realizados en la época de los hechos. Las verificaciones realizadas demuestran que el sospechoso nunca estuvo físicamente presente en su puesto durante los numerosos asaltos.

La justicia belga está interrogando a todos los ex colegas del sospechoso ya fallecido y el testigo reveló también que otros 2 ex miembros de la unidad Diane visitaron al sospechoso en su domicilio.