Quiero llamar con urgencia la atención de usted sobre la espantosa situación en Yemen, causada por la agresión, por los ataques indiscriminados contra los civiles y por un bloqueo, elementos todos que imponen un sufrimiento intolerable a la población yemenita y que han provocado una hambruna sin precedente así como una epidemia de cólera.

La guerra que está devastando Yemen desde hace ya 3 años sigue intensificándose, sin que haya solución a la vista. El horror y el caos son cada vez mayores, las escenas de destrucción en masa y el sufrimiento humano son insoportables, los agresores se empantanan en su propia guerra. Al cabo de más de 30 meses de agresión contra ese país ya empobrecido, han muerto miles de civiles, en su mayoría mujeres y niños, y se destruyen infraestructuras civiles, incluyendo hospitales, establecimientos escolares, carreteras, fábricas de alimentos y centrales eléctricas, privando así a la población de los productos de primera necesidad. Las dificultades para enviar ayuda humanitaria hacia Yemen, ya afectado por el hambre, y la decisión de cerrar todas sus «fronteras aéreas, terrestres y marítimas» han agravado la crisis humanitaria en el país, lo cual, como recientemente han dicho responsables de la ONU, podría conducir a «la hambruna más grande que el mundo haya conocido en décadas».

Los autores de los crímenes de guerra y de las violaciones del derecho internacional humanitario, que han tratado y aún tratan de hallar una solución militar a la crisis, deben rendir cuentas de sus actos ante la comunidad internacional, aunque traten de hacer recaer en otros la responsabilidad y de desviar la atención de su propia guerra de agresión. Luego de más de 2 años y medio de ataques a ciegas, ya tendrían que haber entendido que no hay solución militar para esta crisis.

La comunidad internacional debe asumir sus responsabilidades y movilizarse más para poner fin a esta guerra absurda e instaurar un alto al fuego para garantizar la llegada de la ayuda humanitaria y, finalmente, restaurar la paz en Yemen gracias al diálogo y a la reconciliación nacional sin condiciones previas. La República Islámica de Irán declara, desde el principio de la crisis, que la única manera de restablecer la paz y la estabilidad es permitir a todas las partes yemenitas que instauren, sin injerencia extranjera, un gobierno de unión nacional.

Creo que es hora ya de examinar y de aplicar el plan de 4 puntos que propuse en la carta que porta la referencia S/2015/263, carta que dirigí al predecesor de usted el 17 de abril de 2015, justo después de que la coalición que Arabia Saudita encabeza desencadenara la guerra. Hoy en día ese plan sigue siendo de actualidad y es necesario aplicarlo si queremos poner fin a esta pesadilla. Ese plan se compone de:

  1. La instauración de un alto al fuego y el cese inmediato de todos los ataques militares extranjeros.
  2. El acceso sin obstáculos del socorro humanitario y médico a la población yemenita.
  3. La reanudación del diálogo nacional controlado y dirigido por los yemenitas, con la participación de los representantes de todos los partidos políticos y de todos los grupos sociales.
  4. La instauración de un gobierno de unión nacional.

Estoy convencido de que ejercerá usted sin más demora sus buenos oficios para facilitar la realización de consultas con todas las partes implicadas y emprender rápidamente un verdadero diálogo a favor de una solución política para esta tragedia. En ese sentido, el Gobierno de la República Islámica de Irán está dispuesto a colaborar con usted y con todos los demás actores, con vista a la organización de un diálogo constructivo cuya finalidad sea la adopción y aplicación de este plan de paz. También está dispuesto a trabajar con la ONU para enviar sin demora la ayuda humanitaria y la asistencia medica necesarias a las personas que las requieren en Yemen.