Destacamos una drástica intensificación de las acciones provocadoras contra los diplomáticos rusos en Estados Unidos. Estos últimos días, una vez anunciada la infundada expulsión de este país de 60 empleados de las legaciones diplomáticas rusas, los servicios secretos de Estados Unidos emprenden febriles intentos de entablar contacto con ellos. Se ha registrado toda una serie de indignantes episodios, cuando a aquellos a quienes Washington obliga a concluir antes del plazo sus comisiones de servicio, se les intentó ofrecer «ayuda» a cambio de unas relaciones tácitas «de beneficio mutuo». A nuestros colegas literalmente los asedian con esta clase de ofertas.

Estados Unidos evidentemente ha decidido poner en juego la siguiente combinación: las autoridades oficiales expulsan sin fundamento alguno a diplomáticos rusos, mientras los servicios secretos estadounidenses, cada vez más agresivos, se empeñan en aprovechar este momento nada fácil para nuestros ciudadanos. Sus designios no llegan a cuajar, pero este comportamiento es tan cínico y repugnante que parece que en Washington han dejado de tener una idea de las normas elementales de la decencia.

Tomamos nota de todos estos casos y sacamos las conclusiones pertinentes.