El ministro ruso de Exteriores Serguei Lavrov denunció desde Moscú el papel de un servicio secreto occidental rusófobo en la puesta en escena de los Cascos Blancos sobre el supuesto ataque químico en la Ghouta, región rural a las puertas de Damasco, la capital siria.

Por su parte, el vocero de las fuerzas armadas de la Federación Rusa, Igor Konachenkov, denunció directamente al Reino Unido.

Ambas declaraciones se producen en momentos en que Siria acaba de dar a conocer nuevos testimonios relativos al supuesto incidente químico utilizado por las potencias occidentales para agravar la tensión internacional alrededor de Siria.