El secretario estadounidense del Interior –o sea el ministro a cargo del patrimonio natural–, Ryan Zinke, afirmó en Pittsburgh, durante el evento Consumer Energy, que si Rusia ha desplegado su aviación en el Medio Oriente para respaldar al presidente sirio Bachar al-Assad es porque Moscú quiere controlar el marcado energético en esa parte del mundo. Y agregó que la marina de guerra de Estados Unidos podría optar por emprender una acción militar e imponer a Rusia un bloqueo naval para impedir el envío de recursos energéticos rusos al mercado del Medio Oriente [1].

Varios países del Medio Oriente –Arabia Saudita, Qatar, los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Siria, Irak e Irán– disponen de enormes reservas de petróleo y de gas natural. Con excepción de Siria, esos países son exportadores de energía. Rusia ni siquiera piensa en rivalizar con ellos en ese sector.

En cuanto a la hipótesis de un bloqueo naval contra Rusia, la declaración de Ryan Zinke parece pertinente, sobre todo porque Estados Unidos reactivó recientemente la Segunda Flota de su marina de guerra, cuya zona de operaciones es el Atlántico norte. ¿Qué razón pudiera existir para mantener la Sexta Flota estadounidense en el Mediterráneo?

Para comprender la situación actual tenemos que tener en mente la insistencia de Rumania ante la OTAN a favor de la creación de una flota estadounidense con presencia permanente en el Mar Negro. Lo cual, en este momento, ya es imposible porque –al contrario de Ryan Zinke– el Pentágono reconoce que Rusia tiene la capacidad necesaria para defender sus objetivos… tanto en el Mar Negro como en todo el Mediterráneo.

Ese era el objetivo estratégico de la participación de Rusia en la campaña de Siria junto al presidente Bachar al-Assad: crear bases aéreas y aeronavales rusas, garantizar su presencia en el Mediterráneo, garantizar también la protección de sus fuerzas aeronavales con un paraguas antiaéreo sólido y un sistema de interferencia radioelectrónica eficaz y, finalmente, convertir su Flota del Mar Negro en flota del Mediterraneo [2].

Para imponer un bloqueo contra Rusia, Estados Unidos ha creado grupos expedicionarios estructurados alrededor de portaviones y portahelicópteros. En el marco de la nueva estrategia combinada con el uso de misiles antibarcos lanzados desde aviones, Rusia puede hundir esos grupos expedicionarios en cuanto pasen el estrecho de Gibraltar. Con misiles antibuques lanzados por unidades navales de superficie o por submarinos, Rusia puede hundir grupos expedicionarios de Estados Unidos en el sur de Italia. Esas decisiones se toman antes de que los aviones despeguen de los portaviones –los F-18 estadounidenses sólo pueden alcanzar objetivos situados a 720 kilómetros del portaviones desde donde despegan. Normalmente, los F-18 que deben realizar misiones en Crimea o en la costa rusa del Mar Negro no despegan de sus portaviones hasta que estos llegan al norte del Mar Egeo.

Hasta ahora, las baterías costeras, los aviones de las fuerzas aeronavales, las unidades navales de superficie y los submarinos rusos de ataque estaban equipados con misiles subsónicos Kh-35, con un alcance de 300 kilómetros, equivalente al de los misiles mar-mar estadounidenses AGM-84 Harpoon.

El mando estratégico del sur de la Federación Rusa, que tiene bajo sus órdenes la Flota del Mar Negro, anunció a principios de 2018 que ya está operando una escuadrilla de 10 MiG-31 BP armados de misiles antibuque Kh-47M2 Kinzhal. Ese misil de dos etapas, derivado de la versión terrestre del 9K720 Iskander, tiene un alcance de 2 000 kilómetros, su velocidad es de Mach 10 (12 250 km/h) y puede alcanzar una altitud máxima de crucero de 40 000 a 50 000 metros. Se escogió el Iskander para elaborar una versión lanzada desde aviones porque la precisión de ese misil fluctúa entre 2 y 6 metros, además de que el Iskander es capaz de retener las coordenadas GPS del objetivo mientras se dirige hacia él.

Un MiG-31BM equipado con un misil antibuque Kh-47M2 Kinzhal.

El misil Kinzhal se dispara desde un avión capaz de portar un artefacto de 7 toneladas. El avión portador deber ser además supersónico y capaz de alcanzar entre 13 000 y 15 000 metros de altitud para lanzar este misil. Por consiguiente, los aviones perfectos para servir de vector al Kh-47M2 Kinzhal son el MiG-31 y los bombarderos supersónicos Tu-22M3 y Tu-160. El alcance máximo de esos tres aviones rusos permite desplegarlos en Siria desde Rusia, en secreto y sin necesidad de reabastecimiento en vuelo.

En el momento del lanzamiento del misil Kinzhal, el avión portador transmite al misil las coordenadas del blanco, obtenidas por el sistema satelital GLONASS (equivalente ruso del GPS estadounidense). Si se trata de un objetivo fijo, el misil cae directamente en el punto de contacto establecido por esas coordenadas. Si se trata de un objetivo en movimiento (como un barco de guerra), 3 tipos de captores incluidos en el sistema comienzan a buscar el blanco partiendo de su última posición conocida y, después de identificarlo, el misil inicia las maniobras de ataque necesarias. Contrariamente al Iskander, el Kinzhal conserva en su memoria una serie de datos que le permiten distinguir un portaviones de todos los demás blancos. El tiempo de vuelo del Kinzhal 47M2 hasta su objetivo es de 15 minutos, durante los cuales el objetivo puede haberse desplazado a más de 10 kilómetros de las coordenadas iniciales proporcionadas por el sistema GLONASS. Pero a partir del momento del lanzamiento, los captores autónomos del misil cubren una zona de 50 kilómetros alrededor del punto designado por las coordenadas iniciales.

Al igual que el sistema antiaéreo terrestre MIM-104 Patriot, los misiles antiaéreos de los sistemas navales RIM-67 SM-2ER son efectivos hasta una altura máxima de 30 000 a 33 000 metros. El misil antiaéreo naval SM-2ER sólo puede intervenir cuando el Kinzhal vuela por debajo de esa altura. Pero el Kinzhal es difícil de interceptar porque no desciende por debajo de esa altitud hasta que se halla a sólo 50 kilómetros del blanco y el tiempo disponible para la intercepción de ese misil –hipersónico– es por tanto extremadamente reducido… unos 60 segundos.

Además, el operador del radar del portaviones estadounidenses a cargo del direccionamiento de los misiles antiaéreos no puede distinguir el misil Kinzhal de los 20 blancos falsos que ese artefacto dispersa a su alrededor. Por consiguiente, para garantizar el derribo de un solo Kinzhal, habría que lanzar más de 20 misiles antiaéreos pero una batería no puede disparar más 8 o 12 misiles de diferentes tipos en tan poco tiempo.

El sistema naval AEGIS que equipa los cruceros y destructores estadounidenses que acompañan los portaviones en grupos expedicionarios, así como los escudos antibalísticos desplegados en Polonia y Rumania, utilizan misiles antiaéreos SM-3 block IIA y IB, concebidos para interceptar misiles balísticos en vuelo de crucero a altitudes de entre 80 y 50 kilómetros. Por debajo de los 80 kilómetros de altitud, esos misiles antiaéreos pierden su precisión ante el sistema de protección cinética de los misiles rusos y los captores que los guían no pueden interceptar ningún blanco.

Las unidades navales rusas de superficie así como los submarinos y los bombarderos supersónicos están armados con otro misil hipersónico: el 3M22 Zircon. El Zirkon, con un alcance de 1 000 kilómetros y velocidad de Mach 8 (9 800 km/h), vuela a una altitud de crucero de 40 000 metros y es capaz de maniobrar durante la fase de acercamiento al blanco. Lo que lo diferencia del Kinzhal es que el Zircon dispone de un estatorreactor de combustión supersónica (motor del tipo llamado scramjet), que funciona con aire y queroseno. En los navíos, los misiles Zircon están emplazados en nuevas lanzaderas verticales universales 3S-14-11442M parecidas al sistema estadounidense MK-41, que dispone de 128 células de lanzamiento. Es importante tener en cuenta que la energía cinética de impacto sobre el blanco de los misiles antibuques hipersónicos es 50 veces superior a la de los misiles aire-mar y mar-mar existentes, generalmente subsónicos.

En paralelo con el misil mar-mar hipersónico 3M22 Zircon existe también una versión llamada BrahMos-II, con un alcance de 300 kilómetros y cuya velocidad es Mach 7.

En el año 2000, el departamento de investigación del ministerio de la Industria de Defensa de la India y el grupo industrial del ministerio de Defensa de la Federación Rusa (NPO Mașinostroeyenia) crearon un joint-venture llamado BrahMos Aerospace Private Limited. BrahMos es la contracción de los nombres del río indio Brahmaputra y del río ruso Moscova.

El BrahMos II es el segundo misil crucero de la serie BrahMos. Su antecesor, el BrahMos I, equipado de un estatorreactor que le confiere una velocidad de entre Mach 2,8 y Mach 3 es parte del armamento de la marina de guerra de la India, así como de la fuerza aérea y de las fuerzas terrestres de ese país. El BrahMos I es una variante del misil mar-mar, tierra-mar y aire-mar Yakhont (versión para la exportación del Onyx-800 P que equipa las fuerzas armadas rusas). El alcance de los BrahMos estaba limitado a 300 kilómetros ya que Rusia está integrada al régimen internacional de control de la tecnología en materia de misiles, lo cual le prohíbe ayudar otros países a desarrollar misiles cuyo alcance sobrepase los 300 kilómetros.

Los inicios del motor de tipo scramjet se remontan a 1979, cuando los estudios Baranov y Zhukovski de concepción en el sector aeronáutico y espacial optaron, durante la época soviética, por el proyecto de concepción y desarrollo «Kholod». Aquel motor medía 1,2 metros de largo, 40 centímetros de diámetro, pesaba 180 kilogramos (sin contar un tanque de combustible de 45 kilogramos) y podía funcionar con aire e hidrógeno líquido, proporcionando entre 500 y 800 kp [3] de empuje.

En 1991, a pesar de la clara degradación de la economía soviética, el motor scramjet Kholod terminó el programa de ensayos. En esos ensayos fueron utilizados misiles antiaéreos de gran alcance, del tipo S-200, para llevar el motor Kholod a una altitud de 20 kilómetros a una velocidad de Mach 3 (3 600 km/h). Después de la separación del cohete portador, el motor Kholod funcionó durante 77 segundos, elevando la velocidad del artefacto a Mach 6,5 (7 966 km/h) y alcanzando 35 kilómetros de altitud.

En 1994, la NASA se unió al programa Kholod para el desarrollo de un motor del tipo scramjet más grande (el 58L) que el concebido y desarrollado por el departamento 101 del centro de investigación Khimavtomatiki de Voronezh. Después de haber hecho muchísimas promesas, la NASA no aportó un verdadero apoyo a los ensayos hasta el 12 de febrero de 1998, cuando el motor «58L» alcanzó una altitud de 27,1 kilómetros y sobrepasó la velocidad de Mach 6,41. Después de haber recibido toda la documentación sobre el proyecto, los estadounidenses se retiraron del programa y diseñaron y sometieron a ensayos su propio vehículo (el avión X-43a) propulsado por un motor scramjet, probablemente copiado del Kholod.

En 2003, el segundo prototipo del X-43A estadounidense, lanzado desde un bombardero estratégico B-52 fue acelerado por el cohete estadounidense Pegasus. El motor de hidrógeno líquido del X-43A, funcionó durante 10 segundos y alcanzó Mach 7.

En noviembre de 2004, el X-43A alcanzó Mach 9,8 y después las fuerzas armadas de Estados Unidos estimó que ese tipo de artefacto no tenía porvenir y suspendió el financiamiento del programa.

La ironía es que, mientras tanto, Rusia acababa de recibir de la India casi 1 000 millones de dólares para continuar las investigaciones y finalizar el proyecto BrahMos.

Desde 1998, Rusia siguió concibiendo y sometiendo a pruebas, principalmente en túneles aerodinámicos y bastante menos en el polígono de pruebas, artefactos con motores del tipo scramjet en el marco del programa secreto «IGLA». El primer modelo (GLL-PA-02) de 3 metros de largo y con un peso de 600 kilogramos parece haber realizado su primer vuelo en 2005, alcanzando una velocidad de Mach 6 a 27 kilómetros de altitud. Después vino el GLL-31, de 8 metros de largo y 3,8 toneladas de peso, que voló a Mach 9. El último de ese tipo fue el GLL-8 (GLL-VK), concebido para ser lanzado desde una plataforma aérea. El GLL-8 tenía 8 metros de largo, pesaba 2,2 toneladas y volaba a Mach 15 a 70 kilómetros de altitud.

Se supone que el misil hipersónico maniobrable ruso Avangard, dotado de ojivas nucleares, es propulsado por un motor del tipo scramjet. Después de su reingreso en la atmósfera –a Mach 20 (24 500 km/h), Avangard actúa de manera diferente a todos los misiles balísticos existentes y es imposible alcanzarlo ya que es capaz de subir, de volar horizontalmente y de cambiar de dirección.

Simulación representando el misil hipersónico Avanguard presentada por el presidente ruso Vladimir Putin durante su discurso al Parlamento, el 1º de marzo de 2018.

[1Ryan Zinke: Naval blockade is an option for dealing with Russia”, por John Siciliano, Washington Examiner, 28 de septiembre de 2018.

[2Ese fue ya el objetivo de guerra de la zarina Catalina La Grande en el siglo XVIII. Es por consiguiente una estupidez afirmar, como lo hace la propaganda atlantista– que el apoyo de Rusia a Siria se debe a supuestas similitudes entre los regímenes políticos de ambos países. Nota de la Redacción.

[3El kp (kilopondio) o kgf (kilogramo-fuerza) es la unidad de medida utilizada para expresar la fuerza. Nota de la Red Voltaire.