Con previo consentimiento de Israel, Qatar se encargó del pago de los funcionarios en la franja de ‎Gaza, unos 15 millones de dólares mensuales.

El anuncio se hizo poco antes de que se diera a ‎conocer el acuerdo para la construcción de un gasoducto Israel-Chipre-Grecia-Italia que debe ‎pasar por las aguas territoriales de Palestina. El Hamas, que aún gobierna de forma ilegítima la ‎franja de Gaza, no se opuso a ese proyecto ya que Qatar apadrina el acuerdo sobre el gas entre ‎Israel y la Unión Europea. ‎

Qatar asignó también 60 millones de dólares para proveer el combustible necesario a la franja de ‎Gaza. ‎

Al mismo tiempo, Arabia Saudita entregó igualmente 60 millones de dólares a la Autoridad ‎Palestina, que teóricamente gobierna los territorios palestinos, pero que en realidad ‎sólo controla Cisjordania. La entrega de ese dinero fue presentada como el pago pendiente de ‎una donación que supuestamente data de 2017. ‎

Esas extrañas entregas de fondos parecen ser parte de la aplicación del llamado “Trato del Siglo” ‎estadounidense, cuyo contenido ni siquiera se ha dado a conocer aún, y la “comunidad ‎internacional” las ha saludado como actos humanitarios en favor de la población de la franja de ‎Gaza. Si hubiesen sido anunciadas como asignaciones vinculadas al “Trato del Siglo” serían ‎objeto de una condena unánime y denunciadas como un odioso intento de comprar la paz. ‎

La Casa Blanca había anunciado que el contenido del “Trato del Siglo” sería dado a conocer en ‎septiembre de 2018, pero su publicación fue finalmente pospuesta –sin que nadie haya explicado ‎por qué– hasta febrero de 2019. ‎