Ucrania y Rusia concluyeron en 1997 un Tratado de Amistad que entró en vigor en 1999. ‎Ese tratado debía renovarse automáticamente cada 10 años, si ninguna de las partes decidía ‎abrogarlo. ‎

En octubre de este año, Ucrania decidió poner fin a ese tratado y organizó el incidente de Kerch ‎para justificar la ruptura. El presidente de Ucrania, Petro Porochenko, ha ordenado además a su ‎administración hacer un inventario de todos los acuerdos entre Ucrania y Rusia para evaluar las ‎posibilidades de romperlos. ‎

Entre otras disposiciones, el Tratado de Amistad ya mencionado y su extensión de 2003 estipula ‎que el Mar de Azov es un mar interior ucrano-ruso, donde los buques de guerra de otros países ‎no pueden penetrar sin la autorización expresa de Ucrania y Rusia. Por lo tanto, la Convención de ‎la ONU sobre el Derecho del Mar de 1982, no se aplica al Mar de Azov. ‎

Si se abrogan el Tratado de Amistad y su extensión, el Mar de Azov pasaría a regirse por el ‎derecho internacional, con aguas territoriales ucranianas, aguas territoriales rusas y aguas ‎internacionales, de manera que los navíos de la OTAN ya no tendrían que solicitar la ‎autorización de la Federación Rusa para penetrar en ese mar. ‎

Eso explica además la activa participación de la OTAN en la preparación del incidente de Kerch. ‎