La Liga Árabe se prepara para reintegrar la República Árabe Siria, después de haberla excluido ‎en 2011 en violación de sus propias reglas. ‎

Miembro fundador de la Liga Árabe, Siria fue excluida en 2011 a pedido del entonces presidente ‎de Estados Unidos, Barack Obama, supuestamente por tratarse de una dictadura que reprimía al ‎pueblo, cuando en realidad el país estaba enfrentando una operación secreta proveniente del exterior y ‎tendiente a destruir sus estructuras sociales y el Estado sirio. ‎

A finales de 2011, la Liga Árabe‎ había aceptado enviar a Siria una misión de observación ‎conformada con personalidades provenientes de cada uno de los países miembros. Después de ‎haber viajado por todo el país y de haberse reunido tanto con responsables del gobierno sirio ‎como con los líderes de la oposición, la misión de observadores concluyó que no existía en Siria ‎ninguna “revolución” sino una agresión externa. ‎

Qatar compró entonces la presidencia anual de la Liga Árabe‎ a la Autoridad Palestina, pagó a ‎Sudán 1 000 millones de dólares para que retirara al jefe –sudanés– de la misión de ‎observadores, que acabó siendo disuelta, y el llamado Observatorio Sirio de los Derechos ‎Humanos (OSDH) –una asociación de la Hermandad Musulmana alimentada por el MI6 británico– ‎fue convertido en fuente única de información sobre Siria para los medios de prensa occidentales ‎y de las monarquías del Golfo. ‎

Aunque no existe, por el momento, ninguna moción que estipule la reintegración de Siria a la Liga ‎Árabe‎, el personal de la sede de esa organización en El Cairo está reinstalando las banderas de la ‎República Árabe Siria. ‎

El 16 de diciembre de 2018, el presidente de Sudán, Omar el-Bechir, viajó a Damasco, la capital ‎siria, donde fue recibido por el presidente sirio Bachar al-Assad (ver foto). Inmediatamente ‎después de ese encuentro, en el cual el presidente sudanés hablaba en nombre de ‎Estados Unidos, de Arabia Saudita y Qatar, el presidente estadounidense Donald Trump ‎anunciaba la retirada de las fuerzas militares estadounidenses ilegalmente presentes en ‎suelo sirio. ‎

Emiratos Árabes Unidos prepara en este momento la reapertura de su embajada en Siria mientras ‎que Arabia Saudita financiaría parte de los 400 000 millones de dólares que habrá que dedicar a la ‎reconstrucción de Siria. ‎

En definitiva, al cabo de 6 años de resistencia y de 7 años de guerra abierta contra Siria, ‎el presidente Bachar al-Assad se mantiene en el cargo y en el Medio Oriente ampliado ‎prácticamente nadie cree que Siria haya vivido una «revolución que perdió el rumbo». ‎