Todos los ejércitos del mundo tienen actualmente un problema en el sector del transporte táctico. Desde el pustch de Kiev, la empresa ruso-ucraniana Ruslan SALIS garantizaba las operaciones de transporte de la OTAN e incluso las de las fuerzas armadas de Francia. Pero desde el divorcio entre la empresa rusa Volga-Dnepr y la ucraniana Antonov, todos los ejércitos están confrontando problemas de logística. El bloque estadounidense parece tener posibilidades de reconstituir rápidamente su flota. Pero la Federación Rusa tiene que reconstruirla casi desde cero.
Entre el este y el oeste de Rusia hay 6 000 kilómetros. En Siberia y en el Extremo Oriente ruso las vías terrestres de comunicación están poco desarrolladas. En caso de invasión, Rusia necesitaría aviones de transporte para garantizar el rápido despliegue de sus fuerzas. Los aviones militares modernos de transporte estratégico son capaces de transportar soldados, tanques e incluso sistemas enteros de lanzamiento de misiles.
Rusia dispone de una cantidad de aviones de transporte igual a la de Estados Unidos, o sea cerca de 600 aeronaves. En relación con Estados Unidos, Rusia está actualmente en posición de superioridad en materia de misiles hipersónicos y antiaéreos, pero la logística necesaria para el despliegue de fuerzas sigue siendo su talón de Aquiles.
Por lo pronto, el equipamiento necesario para el servicio en tierra (vehículos especiales para la carga y descarga) es insuficiente. La mayoría de los aviones son viejos, hay pocas piezas de repuesto y la disponibilidad de las aeronaves está por debajo de 40%. Los rusos tampoco disponen de la aviónica moderna necesaria para mantener el equilibrio en la gestión asistida por ordenador del consumo del carburante en las aeronaves. La dotación de las fuerzas armadas rusas no es uniforme, ya que hay demasiados tipos de aviones diferentes.
Una de las causas de esta situación fue la falta de fondos destinados a reemplazar los aviones viejos entre 1990 y 2011. La otra razón fue la decisión [adoptada en la época soviética] de poner la fabricación de todos los aviones militares de la URSS en manos de la firma Antonov [con sede en Ucrania]. Desde el putsch de la plaza Maidan y el cambio de régimen en Ucrania, Antonov cortó toda relación con Rusia.
La aviación de transporte estratégico
A esta categoría pertenecen los aviones capaces de volar de un extremo a otro de la Federación Rusa sin aterrizar ni reaprovisionarse de carburante en vuelo.
Estados Unidos tiene en explotación 267 aviones C-5 y C-17 como aviación de transporte estratégico. Del lado ruso, esta categoría abarca los aviones Il-76, An-124, An-12, An-22 y Tu-154. Era necesario, sobre todo, sustituir los aviones An-12 y An-22 por aviones An-70, cuya capacidad es de 70 toneladas, principalmente de 4 turbopropulsores. Las fuerzas armadas rusas querían 500 ejemplares del An-70, cuya fabricación era un proyecto común ruso-ucraniano, proyecto al que Kiev puso fin en 2014.
En 2016, se decidió, a propuesta de las fuerzas armadas rusas, reactivar el proyecto ruso Ilushin-106, un avión capaz de transportar hasta 80 toneladas de carga. Ese avión era un proyecto de 1990 y tenía que haber efectuado su primer vuelo en 1995, pero aquel proyecto fue anulado por falta de fondos. Ahora, el primer vuelo del Il-106 está programado para el año 2025 y esa aeronave sustituirá el Antonov-124.
La aviación de transporte táctico
Los aviones de transporte táctico son los que pueden trasladar hasta 15 toneladas de carga a través de distancias de entre 1 000 y 3 000 kilómetros. La mayor vulnerabilidad de Rusia es la falta de aviones de ese tipo. Esa categoría incluye los aviones Antonov An-26, An-72, An-30 y los Ilushin Il-20 asi como el Let L-410, aviones que ya no se fabrican y para los cuales ya no hay piezas de repuesto. Por esas razones, la disponibilidad operativa de esos aviones es muy baja, mientras que Estados Unidos dispone de 325 aviones de transporte táctico C-130, con capacidad para 80 pasajeros o 20 toneladas de carga.
Hasta el momento del cierre de la fábrica de Samara [en Rusia], se fabricaron en cooperación con Ucrania 9 aviones An-140, con capacidad para 5 toneladas de carga o para 52 pasajeros. También en cooperación con Ucrania, la fábrica de Voronej [igualmente en Rusia] produjo 15 aviones An-148, con capacidad para 85 pasajeros o 15 toneladas de carga, destinados a las fuerzas armadas rusas. Pero Ucrania puso fin a esa cooperación.
Otro proyecto abandonado fue el del Il-276, una cooperación ruso-india cuyo primer vuelo estaba planificado para 2017, pero la India se retiró del proyecto en 2015. Ese avión debía ser capaz de transportar 150 pasajeros o 20 toneladas de carga y estaba previsto que las fuerzas armadas rusas recibieran 105 ejemplares para sustituir los 55 aviones Il-18 que Rusia todavía tiene en servicio.
Actualmente, las fuerzas armadas de la Federación Rusa tienen el Il-112 V –con capacidad para 44 pasajeros o 5 toneladas de carga– como única opción para sustituir 70 aviones An-26. El prototipo del Il-112 V ya hizo sus primeros ensayos en pista y su primer vuelo debe efectuarse en la fábrica de Voronej.
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