Estimadas señoras y señores:

Hemos mantenido unas negociaciones detalladas y concretas sobre todo el conjunto de nuestras relaciones y, desde luego, sobre la situación actual en torno a Venezuela.

Venezuela es nuestro socio antiguo y seguro. Hoy hemos confirmado nuestra solidaridad con su pueblo y el gobierno legítimo del país, hemos respaldado sus esfuerzos de defender su soberanía e independencia.

Compartimos la convicción de que es necesario que todos los Estados, sin excepción alguna, cumplan incondicionalmente con los principios fundamentales consagrados en la Carta de la ONU. Entre ello, es primer lugar, el de no intervención en los asuntos internos de otros países. Es especialmente importante hoy, cuando, ante los ojos de todo el mundo, se está desplegando una cínica campaña para derrocar el gobierno legítimo de Venezuela amenazándole con una directa intervención militar.

Rusia es consecuente abogando a favor del arreglo exclusivamente pacífico de los problemas internos venezolanos. Es evidente que los pasos para enderezar la situación, lo deberán dar los propios venezolanos, sin recomendaciones, presión o ultimatums desde fuera.

Hemos expresado nuestra solidaridad con el pueblo amigo de este país, el apoyo a las medidas que toma el gobierno de Nicolás Maduro para impedir la ulterior desestabilización de la situación. Hemos confirmado nuestra disposición de participar en los esfuerzos de los mediadores regionales e internacionales que abogan por entablar el diálogo nacional inclusivo. Como ya he dicho, estaremos dispuestos a participar en estos esfuerzos si las principales fuerzas políticas de Venezuela lo aprueban.

La vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, confirmó la postura expresada en reiteradas ocasiones por el Presidente Nicolás Maduro de que las autoridades de Venezuela están listas para tal diálogo. En este contexto resulta, desde luego, triste que la oposición rechaza de forma consecuente el diálogo siguiendo, como todos sabemos perfectamente, las indicaciones directas desde Washington.

La señora Rodríguez nos ha informado sobre el desarrollo de la situación política interna en Venezuela, sobre el trabajo que se realiza para estabilizar la situación socioeconómica, empeorada, como todos sabemos, a raíz de la imposición por parte de EEUU de las sanciones unilaterales ilegítimas contra los principales sectores de la economía venezolana y el bloqueo de los activos estatales de Venezuela en el exterior, en primer lugar en EEUU y Gran Bretaña.

Por nuestra parte, hemos enfatizado que es inadmisible que se politice el tema de la ayuda humanitaria a Venezuela que deberá suministrarse en conformidad a los procedimientos internacionales comúnmente aceptados en lugar de servir de pretexto para manipular la opinión pública, movilizar las fuerzas antigubernamentales y justificar los planes intervencionistas.

Me gustaría destacar, además, que hoy, la Vicepresidenta Ejecutiva, Delcy Rodríguez, confirmó la disposición del gobierno de Venezuela de interactuar sobre las cuestiones humanitarias con las instituciones competentes de la ONU.

Rusia continuará colaborando con las autoridades de Venezuela para solucionar los problemas socioeconómicos, en particular, brindando ayuda humanitaria legítima. Partimos de que la mejor manera de ayudar a los venezolanos es ampliar la cooperación práctica, pragmática y mutuamente beneficiosa. En este contexto hemos planeado los pasos destinados a fomentar los vínculos comerciales, industriales, financieros y de inversiones, según lo previsto en los acuerdos alcanzados por los presidentes Vladimir Putin y Nicolás Maduro en diciembre del año pasado en Moscú.

Hemos discutido también los preparativos para la 14 reunión ordinaria de la Comisión Intergubernamental Ruso-Venezolana planeada para el abril de este año en Moscú. Hemos acordado utilizar el evento pata discutir las perspectivas concretas de realización de grandes proyectos de exploración y explotación de recursos mineros, de iniciativas conjuntas en materia de farmacéutica, tecnologías de información, medicina nuclear, uso pacífico del espacio ultraterrestre, cooperación técnico-militar.

Hemos acordado mantener un diálogo intenso. Hemos confirmado la voluntad recíproca de continuar la estrecha coordinación de acciones de nuestras delegaciones en la ONU, el Consejo de Seguridad de la ONU y otras organizaciones internacionales.

Pregunta: Comente los planes de EEUU de crear una unidad militarizada ilegal en Venezuela para generar en el país la misma situación que en Siria.

Respuesta: En cuanto a los planes de EEUU de armar a los radicales para desestabilizar la situación en Venezuela, y hablando sin rodeos, para intervenir en este país soberano, claro que nos tienen preocupados. EEUU no se corta hablando de ellos de forma abierta. La información que nos llega, pone de manifiesto que próximamente EEUU planea adquirir en uno de los países de Europa del Este las armas ligeras, morteros, sistemas portátiles de misiles antiaéreos, otros tipos de armas para trasladarlas a las inmediaciones de Venezuela con la ayuda de una compañía aérea del régimen más obediente de Washington en el espacio postsoviético

Está claro que vemos estos preparativos, como los ven muchos otros países, incluidos los vecinos directos de Venezuela. Los Estados colindantes, en particular Brasil y Colombia, declararon que no apoyarían de ninguna manera los planes de intervención armada a Venezuela. Si los vecinos de Venezuela cumplen su palabra y su postura permanece invariable, los planes estadounidenses, seguramente, no se realizarán. Espero que el rechazo absoluto y universal de los guiones armados en el mundo enfría las «cabezas calenturientas» en Washington, aunque entre ellos hay los que no pararán ante nada. Pero seguiremos trabajando a base del Derecho Internacional, exigir a Estados Unidos de América que respete la Carta de la ONU.

Pregunta: ¿Rusia está suministrando ayuda humanitaria a Venezuela? ¿De ser así, planea continuar haciéndolo y en qué condiciones?

Respuesta: Ya he dicho en mi discurso introductorio que hoy hemos discutido los aspectos humanitarios de la situación en Venezuela. La crisis humanitaria que intentan provocar de forma artificial imponiendo las sanciones unilaterales ilegales, congelando y, de hecho, embargando los activos de Venezuela en el extranjero, agrava la situación, como es lógico. El gobierno venezolano se da cuenta de ello y está interesado en solucionar estas cuestiones bajo la égida de las instituciones competentes de la ONU. Es una postura absolutamente legítima y legal que se corresponde por completo con las normas del derecho humanitario internacional que tiene establecida la ONU para este tipo de situaciones.

Cabe resaltar que en clara oposición a esta postura, el representante especial de EEUU para Venezuela, Elliott Abrams, declaró que EEUU no cooperaría con las agencias de la ONU para solucionar cuestiones de suministro de la ayuda humanitaria a Venezuela, ya que estas agencias colaboran con el gobierno de Nicolás Maduro. Esta es la postura del país que, presuntamente, se preocupa por la situación humanitaria en Venezuela, está dispuesto a hacer provocaciones en la frontera, como sucedió el pasado 23 de febrero, pero en realidad no le importa otro que deslegitimar el gobierno del Presidente legítimo, Nicolás Maduro.

En cuanto a la postura rusa, de acuerdo a las peticiones de los amigos venezolanos, hace poco enviamos la primera partida de 7,5 toneladas de medicamentos, en concepto de nuestra donación a la Organización Mundial de Salud y conforme el proyecto que se está realizando por la Organización Panamericana de Salud. Ahora hemos recibido una nueva lista de medicamentos que necesita el gobierno venezolano. La estamos estudiando y solucionando las dificultades de organización y logística.

Hablando de la situación humanitaria en Venezuela en general, un papel notable en su estabilización, lo desempeñan los suministros masivos de trigo ruso, que ayudan al gobierno venezolano a resolver los problemas corrientes.

Pregunta: ¿Hasta qué punto es probable la intervención militar directa de EEUU a Venezuela? El Presidente de EEUU, Donald Trump, declaró y sus ministros repitieron que no descartan ninguna opción.

Respuesta: Ya he dicho que no hay ni un solo país, a excepción de uno o dos aliados más próximos de EEUU, que apoye o admita la opción de la intervención militar en Venezuela. Todos, incluidos los vecinos de Venezuela, han hecho declaraciones de que no comparten ni respaldan tal opción.

Dicho esto, debo reconocer, conociendo las políticas actuales de la Administración de EEUU, que todo es posible. No descarto que Washington sea capaz de decidirse a volver a violar todas las normas posibles del Derecho Internacional. Tanto más que Elliott Abrams, designado representante especial de EEUU para Venezuela, no oculta que le trae sin cuidado el arreglo pacífico y se dedica exclusivamente a exacerbar la tensión y crear situaciones que provoquen, como desea EEUU, una explosión y derramamiento de sangre en Venezuela, justificando así una intervención armada. Por lo tanto, reitero que no descarto que semejantes declaraciones vuelvan a constituir un preludio para tal aventura.

También está claro que si Washington actúa en contra de la postura claramente declarado por los países de la región y hace acciones para intervenir en Venezuela, revelará los verdaderos motivos y objetivos de la política de EEUU en América Latina. No se trata de la democracia, como intentan convencernos, sino de someter a todos los desobedientes. No en vanos se declaró que la cosa no acabaría con Venezuela, que le seguirían Cuba y Nicaragua. ¿Y si mañana a EEUU no le gusta algo más? ¿Si afirman que los resultados de las elecciones en este u otro país no responden a los estándares democráticos?

No creo que semejante postura, la línea de EEUU francamente ofensiva para los países latinoamericanos en estas cuestiones le añada a Washington puntos en esta región. Estoy seguro de que los latinoamericanos, que tienen las tradiciones democráticas sanas y antiguas, las tradiciones de cooperación en las organizaciones regionales, en este caso declaren su postura en un modo inequívoco. Lo mismo harán la aplastante mayoría de los demás miembros de la comunidad internacional. Confiamos en que el sentido común se imponga entre los dirigentes estadounidenses.

Pregunta: La resolución de Rusia sobre Venezuela en el Consejo de Seguridad de la ONU obtuvo menos votos a favor que la estadounidense. La resolución de EEUU habría sido aprobada si Rusia y China no la hubiesen vetado. Según el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vasili Nebenziá, el Consejo de Seguridad de la ONU destituiría al líder legítimo de un país soberano por primera vez en la historia. ¿Qué se puede hacer en esta coyuntura cuando el Consejo de Seguridad de la ONU estuvo a punto de convertirse en una herramienta del golpe de Estado? ¿Quedan todavía algunas posibilidades de conseguir que los propios venezolanos pudieran determinar el destino de Venezuela?

Respuesta: En lo que se refiere a la votación de ayer en el Consejo de Seguridad de la ONU, no se debe contar cuántos votos obtuvo una resolución y cuántos obtuvo la otra. Lo más importante consiste en que ambas resoluciones no se aprobaron. Esto no quiere decir que uno de estos proyectos fue más legítimo y el otro fue menos legítimo. En la Carta de la ONU está estipulado el procedimiento para la toma de decisiones de cumplimiento obligatorio para toda la comunidad internacional. Este procedimiento prevé la ausencia del veto por parte de cualquier miembro del Consejo de Seguridad. Si tal veto se ejerció esto quiere decir que la resolución no tiene fundamentos legítimos. Es imposible tampoco que se le presente como algo más positivo que otro proyecto de resolución. Así son las reglas en que se basa el actual Derecho Internacional, la ONU.

Recuerdo que en el momento de fundación de la ONU EEUU insistió en que los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU tuviesen derecho a veto. Por eso no hay que decir ahora que uno abusa de su derecho a veto y el otro no abusa de éste. La cuestión es simple: los padres fundadores de la ONU partían de lo inadmisible de desestimar la postura de una potencia que es miembro permanente del Consejo de Seguridad entendiendo perfectamente, basándose en la experiencia histórica, que en este caso las decisiones que se toman serían inestables y hasta podrían tener carácter subversivo, destructivo.

En cuanto a las opciones de actuar que quedan y las posibilidades de conseguir que los venezolanos determinen el destino de Venezuela, hemos mencionado hoy el ’mecanismo de Montevideo’ creado por iniciativa de Uruguay, México y la Comunidad del Caribe (CARICOM). Este mecanismo prevé la iniciativa de organizar un diálogo inclusivo entre todas las fuerzas políticas de Venezuela. El Presidente Nicolás Maduro ya se pronunció positivamente sobre su disponibilidad de participar en este diálogo sin cualesquiera condiciones previas. Lamentablemente, Juan Guaidó designado por EEUU como un ’dirigente’ en Venezuela se pronunció categóricamente en contra tal diálogo.

Así es el equilibrio de las fuerzas: existe un grupo de países que se pronuncian a favor del respectivo acuerdo sobre el inicio del diálogo y gozan de apoyo del Presidente legítimo y existe una contraparte que, estando bajo una plena influencia de Washington, renuncia categóricamente a esto.

Además, existe un Grupo Internacional de Contacto creado por la UE. A finales del año pasado, pensaron en esa idea. En aquel momento, sus reflexiones tenían un cariz constructivo y buscaban aportar su contribución al diálogo nacional en Venezuela. Mientras, posteriormente esta postura evolucionó en otra dirección. Como se sabe, los mayores Estados de la UE presentaron al Presidente Nicolás Maduro un ultimátum exigiendo convocar las elecciones presidenciales anticipadas y posteriormente formalizaron la postura del Grupo Internacional de Contacto en una reunión celebrada en Uruguay. En este documento no se menciona ni una sola vez el vocablo "diálogo" sino tan sólo se contienen los llamamientos a designar de inmediato la fecha para la celebración de las elecciones presidenciales anticipadas.

Es una postura no constructiva, neocolonial. Las costumbres ’mueren’ con dificultad, especialmente si se formaron durante centenas de años, lo entiendo. Mientras, quisiera centrar su atención en que el Gobierno legítimo de Venezuela está dispuesto a hablar con este organismo - Grupo Internacional de Contacto también. Es un buen ejemplo para demostrar lo constructivo de la conducta del Presidente Nicolás Maduro, su Gobierno y lo destructivo y confrontacionista que es la postura del hombre designado allende el océano como ’dirigente de Estado’ violando todas las normas y principios de la Carta de la ONU.