Desde 1960 estas marchas se popularizaron tanto en la República Federal de Alemania (RFA) como en la República Democrática Alemana (RDA), después de la primera manifestación en el Reino Unido en 1958. En 1968 se produjeron manifestaciones con más de 300 mil personas, marcando uno de los años más concurridos.

En esta ocasión particular se hizo hincapié en los 20 años de los bombardeos de Yugoslavia por parte de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en 1999 y en la persistencia de la guerra en la actualidad, además del racismo y de la amenaza ecológica que pesa sobre planeta. La activista y actriz Jutta Kausch pronunció un discurso desde la plaza Rosa Luxemburgo, donde recalcó que “desde Somalia en 1993 y Yugoslavia en 1999, las Fuerzas Armadas alemanas pueden nuevamente participar [en acciones militares] y se encuentran hoy de nuevo ante las fronteras de Rusia”.

Kausch enfatizó en que la carrera armamentística es incompatible con los propósitos de una economía más ecológica. “¿Por qué no sale la gente también masivamente a la calle para protestar por un mundo en paz, para liberar este mundo de la guerra, cuando la guerra es el mayor peligro para el planeta y para la sobrevivencia de la humanidad?”. Igualmente criticó a la OTAN desde su misma formación a raíz de la Guerra Fría hasta la fecha, a la vez que cuestionó su vigencia hoy en día. “Actualmente la OTAN lleva a cabo intervenciones en Afganistán, en el Kosovo, en el Cuerno de África, en el mar Mediterráneo, en Somalia, bombardea a Libia. En Siria la población padece hambre y muerte por las sanciones, las cuales también son apoyadas por el gobierno alemán. ¡Las sanciones son guerra contra el pueblo!”

Este mismo repudio a la guerra y a la confrontación lo comparten otras organizaciones presentes en el acto. En entrevista con Contralínea, la presidenta de la Asociación de Amistad RFA-Cuba-Berlín-Brandenburgo (Freundschaftsgesellschaft BRD-Kuba eV Berlin-Brandenburg), Marion Leonhardt afirmó que si bien las marchas de pascua son organizadas de forma regional, “todas en conjunto [los temas] eran un riesgo de guerra latente. Rusia está rodeada. Estados Unidos ha rescindido acuerdos [de no proliferación de armas nucleares] y finalmente […] está la situación en Venezuela, donde Estados Unidos intenta entrar militarmente”.

Leonhardt agrega que el tema de las armas nucleares estacionadas en la base militar de Büchel, Alemania, siguen creando polémica. “Hay muchas personas que luchan contra estas bases militares [estadunidenses], y dicen que no puede ser que aquí Estados Unidos tenga bombas atómicas y que sean empleadas […] para actividades del Ejército estadunidense en otros países”. La existencia de 20 ojivas nucleares en la base aérea de Büchel son, además de la base de Africom ubicada en Kelley Baracks cerca de Stuttgart, una importante componente de sus fuerzas bélicas en suelo alemán.

La pertenencia de la RFA a la OTAN también fue cuestionada por los participantes, cuyas pancartas exigen su salida de la alianza militar y el cese de operaciones militares en otros países. En particular, la expansión hacia Oriente es vista como una ruptura “tras los acuerdos de 2+4 y esta promesa fue rota. Ahora Estados Unidos rescindió el tratado de INF, y esto hace una guerra cada vez más probable”, afirma en entrevista con Contralínea Stefan Natke, portavoz del Partido Comunista Alemán de Berlin (DKP). Natke agrega que la RFA se propone gastar el 2 por ciento del producto interno bruto (PIB) por las indicaciones expresas de Estados Unidos, en vez de gastarlo en viviendas, escuelas o en la integración de los refugiados.

Miembros de la alianza Hände weg von Venezuela (Manos fuera de Venezuela) estuvieron presentes en la marcha, además de representantes de militantes de partidos de izquierda, quienes ondeaban la bandera venezolana junto a la cubana. Marion Leonhardt reitera que “el gobierno federal alemán lamentablemente no ha jugado un rol ni positivo ni constructivo. Heiko Maas [ministro de relaciones exteriores] reconoció de forma rápida y precipitada al diputado [Juan] Guaidó. [Después] fue informado por los servicios científicos del propio Bundestag que era contrario a la ley internacional”. Es de resaltar que el general venezolano Otto Gebauer Morales, partícipe del golpe contra Chávez en 2002 y nombrado por Guaidó embajador ante Alemania no fue reconocido por gobierno alemán pese al paso previo de Maas.

En referencia a la situación en Venezuela el portavoz comunista resaltó las amenazas contra Caracas, precisando que no se está llevando actualmente una intervención directa, sino “ataques cibernéticos contra las centrales eléctricas, provocaciones desde Colombia y Brasil con supuestas ayudas humanitarias, el reconocimiento de un gobierno paralelo” en vistas de llevar de una agresión indirecta hacia una directa de tipo militar. Natke indicó que en Washington no se ha excluido una intervención militar en Venezuela, “todas las opciones están en la mesa, incluso la militar” reafirma.

La participación de este año “es un signo alentador: que hoy mucha gente joven haya venido y se vuelva a incorporar al movimiento de paz. El movimiento de la paz tiene que crecer para poder llevar a cabo las tareas pendientes y dejar una impronta fuerte contra la guerra”, concluye en una entrevista con Contralínea la presidenta de la Asociación de Amistad RFA-Cuba Berlin-Brandenburgo.

Natke, por su lado, se dijo complacido de la asistencia de representantes como la unión sindicalista DGW a la marcha de pascua. Llamo a la clase trabajadora a tomar posiciones ante al carrera armamentística en pleno desarrollo.

La activista Jutta Kausch cerró su discurso con las siguientes palabras: “Hablemos, aunque nos sepa a cenizas, no importa: lo principal es que de las cenizas surja un fuego de resistencia, para poder finalmente hacer valer el derecho la paz. ¡Necesitamos paz, no alianzas de guerra! ¡Desarmar en lugar de armar!”