Según los estimados del Instituto Internacional de Estocolmo de Investigaciones sobre la Paz ‎‎(SIPRI, siglas en inglés), el gasto militar mundial sobrepasó en 2018 los 1 800 millardos de ‎dólares, lo cual representa un gasto en términos reales de 76% en relación con 1998 [1]. O sea, el mundo gasta alrededor de 3,5 millones de dólares por minuto en ‎armamento o en los ejércitos. ‎

En el primer lugar está Estados Unidos, que en 2018 gastó 649 millardos en el sector militar. ‎Esa cifra incluye el presupuesto del Pentágono, con todas las operaciones militares ‎estadounidenses en el exterior, pero no abarca todo el gasto militar real de Estados Unidos. Para ‎eso habría que agregar otros gastos de carácter militar que no están contabilizados en esa suma, ‎como el departamento a cargo de los veteranos, cuyo presupuesto para 2018 fue de 180 000 ‎millones de dólares. ‎

La comunidad de los servicios de inteligencia, que se compone de 17 agencias federales (la más ‎conocida es la CIA), declara un presupuesto de 81 500 millones, que es sólo la punta visible del ‎iceberg del gasto real de Estados Unidos en todo tipo de operaciones secretas. ‎

El Departamento para la Seguridad de la Patria (Homeland Security) gastó en 2018 ‎‎70 000 millones de dólares, principalmente en «proteger con los servicios secretos nuestra ‎infraestructura financiera y a nuestros más altos dirigentes». ‎

El Departamento de Energía gastó 14 000 millones, que corresponden sólo a la mitad de su ‎presupuesto destinado al mantenimiento y la modernización… del arsenal nuclear estadounidense. ‎

Agregando esos gastos no contabilizados y otros más, el gasto militar de Estados Unidos ‎se eleva en realidad a unos 1 000 millardos, lo cual representa 3 000 dólares por habitante. ‎El gasto militar es de hecho la principal causa del déficit federal, que se elevó a 1 000 millardos ‎y sigue una tendencia ascendente. Junto a otros factores eso eleva la deuda pública ‎estadounidense, que se dispara en 2019 a más de 22 000 millardos, con intereses anuales de ‎‎390 millardos, destinados a convertirse en el doble de esa cifra para el año 2025. ‎

Ese sistema se basa únicamente en la hegemonía del dólar estadounidense, cuyo valor no está ‎determinado por la capacidad económica real de Estados Unidos sino por su uso como principal ‎moneda de las reservas en divisas y de los precios internacionales de las materias primas. ‎Eso permite a la Reserva Federal imprimir miles de millardos de dólares para financiar la colosal ‎deuda pública estadounidense con obligaciones y otros títulos emitidos por el Departamento del ‎Tesoro. ‎

Como China, Rusia y otros países que cuestionan la hegemonía del dólar –y junto a ella todo ‎el orden económico y político bajo la dominación de Occidente–, Estados Unidos recurre ‎cada vez más frecuentemente a la carta de la guerra, consagrando un 25% de su presupuesto ‎federal a la maquinaria bélica más costosa del mundo. ‎

El gasto militar de Estados Unidos ejerce un efecto de locomotora sobre el de los demás países, ‎que sin embargo se quedan muy por debajo. El SIPRI estima el gasto militar de China en ‎‎250 millardos de dólares para el año 2018, aunque la cifra oficial anunciada por Pekín es de ‎‎175 millardos. El de Rusia está estimado en 61 millardos, 10 veces menos que el de ‎Estados Unidos –si nos limitamos sólo al presupuesto del Pentágono. Según los mismos ‎estimados, 7 países miembros de la OTAN –Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, ‎Italia, Canadá y Turquía– representan juntos cerca de la mitad del gasto militar mundial. ‎

El gasto militar de Italia, que se elevó en 2018 del puesto 13 al puesto 11 a nivel mundial, está ‎estimado por el SIPRI en 27,8 millardos de dólares. Se confirma así la estimación, incluyendo ‎otros sectores que no aparecen en el presupuesto de Defensa, de que el gasto militar de Italia ‎alcanzó los 25 millardos de euros anuales y que se mantiene en aumento. ‎

Eso significa que en un solo año, Italia ya gasta actualmente con fines militares el equivalente ‎‎(según las previsiones) de 4 años de ingresos de su ciudadanía. Siguiendo instrucciones de Estados Unidos, ya se ha decidido en Italia un fuerte aumento de ese gasto. ‎

Fuente
Il Manifesto (Italia)

Traducido al español por la Red Voltaire a partir de la versión al francés de Marie-Ange Patrizio

[1Trends in ‎world military expenditure, 2018, Nan Tian, Aude Fleurant, Alexandra Kuimova, Pieter D. ‎Wezeman, Siemon T. Wezeman, Stockholm International Peace Research Institute, 29 de abril ‎de 2019.