El 2 de agosto, finalizó la retirada de Estados Unidos del Tratado de Eliminación de Misiles de Alcance Corto e Intermedio (INF por sus siglas en inglés) después de que terminó la vigencia de este documento.

Washington cometió un grave error. Al iniciar una campaña de propaganda basada en la desinformación deliberada sobre infracciones del Tratado INF supuestamente cometidas por Rusia, Estados Unidos generó premeditadamente en torno al Tratado una crisis casi imposible de superar. El motivo es evidente: Estados Unidos quiso liberarse de los límites establecidos en el documento.

Durante muchos años, Washington desestimó serias preocupaciones de Rusia sobre su manera de aplicar el Tratado INF. Mientras, el emplazamiento en las bases militares de Estados Unidos en Europa de las rampas Mk-41, capaces de disparar misiles crucero de alcance intermedio, fue una burda violación del Tratado.

En vez de llevar a cabo un análisis detallado y profesional de las reclamaciones de ambas partes, la parte estadounidense planteó a Rusia ultimátums inaceptables y rechazó todas nuestras propuestas de encontrar soluciones viables para arreglar los problemas existentes a partir de medidas de transparencia mutua.

Los representantes de Estados Unido declararon de hipócritamente que el Tratado INF era obsoleto y que había que «involucrar a terceros países en este documento», aunque es evidente que esos Estados no están preparados para asumir los respectivos compromisos.

Con estas acciones deliberadas, Estados Unidos primero debilitó la viabilidad del Tratado INF y luego creó las condiciones para su colapso definitivo. No es la primera vez que Washington hace esto. Esa actitud inadecuada de Estados Unidos comenzó a finales de los años 1990, cuando decidió desmantelar el Tratado sobre Misiles Antibalísticos (ABM), a pesar de los llamamientos insistentes de la comunidad internacional.

La retirada del Tratado INF confirma que Estados Unidos se dirige al desmantelamiento de todos los acuerdos internacionales que considera inconvenientes por una u otra razón. Esto conllevará, de hecho, la destrucción de todo el sistema de control de armas.

La terminación de vigencia del Tratado INF tras la retirada de Washington exige emprender medidas urgentes para estabilizar la situación y mantener el debido nivel de previsibilidad en las relaciones entre Rusia y Estados Unidos. Nuestro país ha cumplido su parte del camino. Hemos impuesto ya una moratoria unilateral y no vamos a desplegar misiles de alcance corto e intermedio, si los tenemos, en las regiones donde no estarán desplegados los misiles de alcance alcance corto e intermedio de Estados Unidos.

Exhortamos a Estados Unidos a renunciar al emplazamiento de los misiles de estos tipos que lamentablemente se empezó a hablar en el Pentágono, y seguir el ejemplo de Rusia emprendiendo todas las medidas necesarias para garantizar la estabilidad y la previsibilidad global. En caso contrario, Washington asumirá toda la responsabilidad por el crecimiento de la tensión en el mundo.

Rusia sigue abierta a un diálogo igualitario y constructivo con Estados Unidos para reanudar la confianza y fortalecer la seguridad internacional. Esperamos que Estados Unidos adopte una postura responsable.