Valentin Vasilescu analiza el dispositivo de defensa antiaérea de Arabia Saudita. Después de observar que un ataque proveniente de Irán tendría que haber sido detectado anticipadamente por Estados Unidos, este especialista en temas militares explica que un ataque desde Yemen pudo alcanzar sus blancos sin ser detectado por Arabia Saudita
El ataque con drones de los rebeldes huthis contra instalaciones petroleras de Arabia Saudita tenía como objetivo iniciar un periodo de cambios dramáticos en la Península Arábiga. Aunque el ataque haya comenzado en Yemen y haya tenido cierto grado de apoyo de Irán, quienes tomaron la decisión de realizar ese ataque, de facilitarlo y de llevarlo a cabo están en otro lugar. El objetivo que se buscaba es evidente y tengo la firme convicción de que para alcanzarlo habrá otros ataques con efectos incluso más espectaculares sobre la economía de Arabia Saudita y los sultanatos ricos en petróleo de la región del Golfo. Sobre todo hay que tener en cuenta que el sofisticado armamento adquirido por esos Estados y las fuerzas militares estadounidenses desplegadas en esa región han resultado ser incapaces de impedir esos ataques.
Desde 1996, Arabia Saudita posee el sistema automatizado de defensa antiaérea más moderno del mundo, llamado Peace Shield, que está conectado a todas las ramas de las fuerzas armadas. Ese sistema fue creado por Estados Unidos, a un costo de 5 600 millones de dólares, y se actualiza constantemente. Peace Shield integra radares militares, todos los sistemas de misiles antiaéreos y aviones de alerta del tipo AWACS [1] así como navíos de guerra, dispone de un centro de mando nacional y divide todo el territorio de Arabia Saudita en 5 sectores (norte, sur, este, oeste y la capital del reino).
Una red de 17 radares estadounidenses fijos AN/FPS-117 y de 6 radares móviles AN/TPS-43 se encarga de la detección de objetivos aéreos en el espacio aéreo de Arabia Saudita. Además, el reino explota también 5 aviones E-3A (de vigilancia radioelectrónica) y 2 aviones Saab-2000, del tipo AWACS. La defensa antiaérea saudita depende de 10 baterías de misiles de alcance medio MIM-23 HAWK, 5 baterías de misiles de largo alcance MIM-114 Patriot y de baterías del sistema Shahine dotadas de misiles de corto alcance Crotale, además de la artillería antiaérea clásica.
Los rebeldes huthis lanzaron hacia Arabia Saudita un ataque con 20 drones y al menos un misil crucero desde Yemen. Para los no conocedores, un misil del tipo crucero es de hecho un drone dotado de un sistema de propulsión a chorro. Los blancos fueron la refinería de Abqaiq y la instalación petrolera de Khurais, ambas propiedad de ARAMCO [2]. El resultado del ataque fue el incendio de las instalaciones atacadas y la interrupción del aprovisionamiento en gas y petróleo por un periodo indeterminado.
La prensa occidental afirma que Estados Unidos descubrió el sitio desde fueron enviados los drones y que ese lugar está en el sur de Irán. Pero esto último es imposible ya que Estados Unidos dispone de una red de alerta que vigila toda la costa iraní durante las 24 horas del día, desde Kuwait hasta Emiratos Árabes Unidos. La Quinta Flota estadounidense, que tiene su base en Bahrein, es parte de esa red de vigilancia.
Lo más extraordinario es que los aparatos de combate de Yemen actuaron con un máximo de precisión sobre los blancos escogidos, a pesar de que volaron más de 800 kilómetros en zigzag, evitando así las zonas de detección. Eso significa que quien planificó la operación conocía a la perfección los principales datos de las instalaciones petroleras sauditas y que seleccionó para cada una la cantidad mínima de medios necesarios para el ataque, siguiendo el principio de la «economía de fuerzas y medios» de la ciencia militar. La probabilidad de penetrar la defensa antiaérea de Arabia Saudita fue total y ningún radar logró detectar los drones.
Después del 11 de septiembre de 2001, el entonces presidente de Yemen, Abdullah Saleh, expresó su apoyo a George W. Bush en la guerra contra el terrorismo. Estados Unidos ofreció a Yemen un generoso respaldo militar. Principalmente, formó la fuerza aérea yemenita en las escuelas militares estadounidenses, le entregó municiones y le enseñó técnicas de combate. Yemen recibió 8 aviones de transporte –entre ellos 2 Hercules C-130– y 14 aviones de combate F-5E. También recibió 26 helicópteros de combate –entre ellos el UH-1H. Así que la fuerza aérea yemenita no está tan desprovista de medios como dice la prensa occidental.
El 7 de julio, en presencia del ministro de Defensa, mayor general Mohamed Nasser, los rebeldes huthis mostraron los nuevos sistemas de armas fabricados localmente. Se trataba principalmente del misil crucero Quds-1, del misil balístico táctico Badir-F y de drones Samad-1, Samad-3 y Qasef-2K, propulsados por motores de pistones. Las fotos muestran que esos drones tienen una especie de protuberancia que indica que se les agregó un tanque de combustible para darles más alcance.
Se sabe que algunos drones yemenitas, como el drone Samad-3, utilizan motores fabricados en Europa para pequeños automóviles y motocicletas de poca potencia (entre 250 y 1 000 centímetros cúbicos). Algunos de los misiles cruceros son propulsados por un pequeño motor del tipo conocido como APU [3] utilizado corrientemente en aviones de transporte y helicópteros para garantizar la generación de energía cuando los motores no están en funcionamiento o para poner en marcha grandes motores en ausencia de una fuente de energía necesaria para el arranque. Los yemenitas tienen helicópteros de fabricación estadounidense y es posible que hayan utilizado los APU de esos helicópteros en la fabricación de su primera serie de misiles crucero, como han hecho numerosos Estados que han creado drones que utilizan como blancos aéreos para verificar la eficacia de sus sistemas antiaéreos. Sin embargo, los huthis tienen una cantidad impresionante de motores de ese tipo fabricados en Francia, Italia, Alemania y Japón, entre otros países. Para el lanzamiento y la aceleración de los drones y de los misiles cruceros se utiliza un motor de cohete de carburante sólido. El motor APU que se utiliza para garantizar el vuelo pesa 20 kilogramos, su consumo específico fluctúa entre 0,7 y 3,12 litros por minuto y garantiza una velocidad de 650 a 800 km/h. Dotado de un tanque de combustible de entre 250 y 300 litros, el misil crucero es perfectamente capaz de alcanzar las instalaciones de Arabia Saudita. La comercialización de esos dos tipos de motores no está restringida.
Para hacer la situación más comprensible, trataré de expresar aquí el concepto de defensa contra drones y misiles crucero utilizando un lenguaje corriente. La vulnerabilidad de los blancos reside en el hecho que los radares detectan esos medios ofensivos cuando ya se encuentran a poca distancia de sus objetivos, menos de 30 o 40 kilómetros. Debido a sus pequeñas dimensiones, a los materiales no metálicos utilizados en su fabricación y su perfil de vuelo –a alrededor de 10 metros del suelo–, los radares tienen dificultades para detectarlos. La distancia de detección que mencionamos antes –entre 30 y 40 kilómetros del blanco– disminuye aún más según la altura de la antena del radar y el campo circular que cubre esa antena. Por ejemplo, de los 360 grados del círculo, el radar de los misiles antiaéreos estadounidenses Patriot cubre 120 grados.
Los radares de los satélites militares de búsqueda no son capaces de detectar ni los misiles crucero ni los drones. En ese caso, la defensa antiaérea de una zona que se extiende a todo el territorio nacional no resulta eficaz ya que necesita fuerzas considerables. Es por eso que la defensa de los objetivos importantes se organiza en función de las direcciones de acceso consideradas más probables.
Las probabilidades de detección aumentan con la cooperación entre la red de radares terrestres y los radares aéreos de los aviones del tipo AWACS, cuya zona de detección es más extensa. En el caso de Arabia Saudita, su avión Saab-2000 (con matrícula 6002 e indicativo radial BAHAR 46), dotado de un radar del tipo AEW, habría podido detectar la aproximación de los drones a sus blancos. Pero ese avión había sido enviado a patrullar en sentido opuesto, a la frontera iraquí. Para la detección de artefactos aéreos a baja altura, la defensa directa de un pequeño objetivo puede utilizar plataformas de radares tales como dirigibles o globos anclados al suelo.
Si los drones o misiles cruceros llegaran a ser detectados con bastante tiempo y hubiese aviones de combate ya en vuelo dentro de la zona próxima al objetivo a defender, esos artefactos podrían ser derribados con misiles aire-aire, gracias a los captores de emisiones infrarrojas o a los radares de abordo. De no ser así, esa tarea depende de la defensa antiaérea dotada de misiles antiaéreos de alcance largo, medio, corto o muy corto y de los sistemas de artillería antiaérea de pequeño calibre CIWS (Close-in Weapon System o “Sistema de Armamento de Proximidad”) –como los Kashtan, Goalkeeper, Meroka, Oerlikon Millenium, etc. En el caso, de las refinerías, hay que destacar que los misiles antiaéreos de alcance corto y muy corto, que siguen la señal térmica, se dirigen automáticamente hacia la llama de los gases de combustión en vez de perseguir el blanco aéreo.
Suponiendo que los radares descubriesen el blanco aéreo a 20 o 25 kilómetros del objetivo terrestre, el tiempo de impacto va de 100 a 110 segundos. Hay que restar a eso los 10 o 30 segundos necesarios para preparar el lanzamiento de los misiles antiaéreos de alcance largo, medio y corto. Si la primera salva antiaérea no logra destruir el blanco aéreo, la segunda salva –con misiles de muy corto alcance– se produce en un radio de 7 a 9 kilómetros. Cuando la distancia de detección es muy poca y el tiempo de impacto es superior a 65 segundos, todos los tipos de misiles antiaéreos se lanzan simultáneamente. El último recurso son los sistemas de artillería (CIWS), cañones rotativos de 6 tubos con calibres de 20 a 35 milímetros, capaces de disparar 8 000 proyectiles por minuto, con un alcance de 3 kilómetros y un radio de eficacia máxima de 500 metros. Si se trata de enfrentar ataques por oleadas, desde diferentes direcciones, a medida que los atacantes progresan los canales de servicio de la defensa se ven saturados y el sistema se bloquea.
Los ataques preventivos son el método más eficaz de lucha contra drones y misiles crucero. Se trata de atacar las instalaciones de lanzamiento, los lugares donde se almacenan los componentes y los hangares de ensamblaje. En ese caso todo depende de la exactitud de las informaciones recogidas por los servicios de inteligencia militar.
Los estadounidenses han iniciado el análisis metódico del ataque yemenita con drones contra las instalaciones petroleras de Arabia Saudita, sobre todo porque los mejores sistemas antiaéreos de Estados Unidos estaban implicados [en la defensa de esas instalaciones]. Aunque el informe es secreto, el Instituto de Estudios Internacionales Middleburry de Monterrey publicó fotos satelitales desclasificadas del sistema de defensa de la refinería de Abqaiq antes del ataque. En esa refinería, alcanzada por drones yemenitas, el dispositivo de defensa directa fue instalado por Estados Unidos (ver foto de arriba). En un radio de 10 kilómetros alrededor de la refinería estaban instaladas 2 baterías de misiles antiaéreos [estadounidenses] de largo alcance Patriot PAC-2/3, una batería del sistema antiaéreo [francés] Shanine dotado de los misiles [franceses] Crotale y 3 secciones de artillería antiaérea con radar del tipo Oerlikon [suizo] y sistemas de defensa por rayo láser Skyguard [estadounidense].
El centro de control y gestión de los sistemas sauditas de artillería antiaérea se basa precisamente en el sistema [estadounidense] Skyguard, con un alcance de 20 kilómetros para los blancos aéreos que se mueven a más de 5 000 metros y de 5 kilómetros para los que vuelan a menos de 500 metros. Una pieza de artillería del tipo Oerlikon [suiza] dispone de un cañón de 2 tubos de calibre 35 milímetros y puede disparar entre 550 y 1 000 proyectiles por minuto. Una sección de artillería que defiende una dirección de acceso se compone de 3 o 4 piezas Oerlikon.
En una imagen satelital captada en abril de 2019 puede verse que la batería de misiles [estadounidenses] Patriot emplazada al sudeste de la refinería de Abqaiq fue desplazada por los sauditas hacia otra zona. En otra imagen satelital vemos cuál era la disposición del sistema de defensa antiaérea de la refinería el 14-15 de septiembre. La segunda batería de misiles Patriot que debía estar al este de la refinería no aparece en esa imagen pero la primera aparece nuevamente en el dispositivo. ¿Cómo podría funcionar la batería de Patriot con la red automatizada si su radar no detecta y por qué los blancos no detectaron por sí mismos con su radar de red FPS-117 o 43? También puede verse que 2 o 3 emplazamientos de secciones de artillería –las del suroeste y del sureste– están vacíos (ver las fotos 14 y 15). Tratándose precisamente de las que tendrían que haber intervenido contra un ataque proveniente de Yemen, hay que cuestionar grandemente la salud mental del responsable que ordenó ese redespliegue.
Si la estación de radar del sistema Shanine Crotale y la de la sección de artillería antiaérea emplazada al norte hubiesen funcionado y detectado los aparatos atacantes, los sauditas habrían tenido menos de un minuto para reaccionar. Para el sistema antiaéreo Shahine Crotale no había tiempo suficiente para abrir fuego. Los drones yemenitas volaban a una altura de 5 a 10 metros y venían del sur. La sección de artillería del norte de la refinería fue la única que les disparó, entre las columnas de las infraestructuras y parte de los proyectiles cayeron sobre la refinería. Eso explica el hecho que, aunque los yemenitas utilizaron 18 drones de ataque y 1 misil crucero para los dos objetivos sauditas, sólo en la refinería de Abqaiq hubo más de 27 focos de incendio.
[1] Los aviones del tipo AWACS, siglas de Airborne Early Warning and Control (en español, “Alerta Temprana y Control Aerotransportado”), son verdaderos radares aerotransportados utilizados para la vigilancia del espacio aéreo y el control de todas las fuerzas militares en el terreno. Nota de la Red Voltaire.
[2] ARAMCO, actualmente Saudi Aramco, es la empresa estatal petrolera de Arabia Saudita. Creada por la Standard Oil of California (SoCal), el nombre de ARAMCO significaba inicialmente Arabian American Oil Company. Nota de la Red Voltaire.
[3] Un APU, siglas en inglés de Auxiliary Power Unit (Unidad Auxiliar de Potencia) es un dispositivo capaz de proporcionar la energía necesaria para funciones no vinculadas a la propulsión propiamente dicha.
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