El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, propuso al presidente de Turquía, Recep Tayyip ‎Erdogan, un acuerdo de alto al fuego en la region siria de Idlib. La proposicion fue presentada el 8 ‎de enero, en Ankara, y se hizo pública antes de su aprobacion por la parte siria. ‎

Estados Unidos ya había aprobado, secretamente, ese alto al fuego. Es por esa razón que China ‎y Rusia aceptaron, el 10 de enero, un proyecto de resolución presentado al Consejo ‎de Seguridad, texto que extiende la apertura de puntos de paso fronterizos para la ayuda humanitaria ‎hacia el territorio de Siria, aunque no son los puntos que se proponían inicialmente ‎‎ [1].‎

Además, la delegación rusa convocó otra reunión del Consejo de Seguridad para discutir ‎el informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre un supuesto ‎ataque químico en Duma, informe presentado el 7 de abril de 2018 y ahora altamente ‎cuestionado debido a una serie de revelaciones que demuestran que fue manipulado en el seno de ‎la OPAQ [2].‎

A raíz de esas decisiones, los jefes de los servicios secretos de Siria, Alí Mameluk (ver foto), y ‎de Turquía, Hakan Fidan, sostuvieron una reunión durante una cumbre sirio-ruso-turca realizada ‎en Moscú, el 13 de enero de 2020. Es la primera vez, desde el inicio de la agresión externa ‎contra Siria –en 2011– que altos responsables de Siria y Turquía se reúnen oficialmente. ‎

En esas conversaciones se abordó la liberación de la gobernación siria de Idlib, donde aún ‎se halla un gran número de combatientes de al-Qaeda –quizás cientos de miles. Sobre ‎ese asunto, el memorándum de desescalada [3] adoptado en Sochi en 2018, pero no aplicado por Turquía, prevé:
 la retirada del armamento pesado (pero Turquía sigue apoyando a los yihadistas, aunque ha ‎comenzado a trasladarlos de Idlib hacia Yerba –en Túnez– de donde son enviados a Trípoli –‎en Libia–, país donde Estados Unidos trata de reactivar la guerra);
 la reapertura en Siria de las autopistas Alepo-Latakia (M4) y Alepo-Hama (M5). ‎

El orden del día del encuentro sirio-ruso-turco también incluía la lucha contra los grupos armados ‎kurdos del PKK/YPG. Sobre ese punto, Turquía solicitó la revisión del acuerdo secreto de Adana ‎‎(1998) [4] negociado durante la guerra fría, época en que las organizaciones kurdas eran ‎marxista-leninistas y próximas a los soviéticos. Ese acuerdo otorga a Turquía un derecho a ‎garantizar su seguridad, dándole acceso a una franja de suelo sirio correspondiente al alcance de ‎la artillería que poseían entonces los grupos armados kurdos. ‎

[1«Résolution 2504 (aide humanitaire en Syrie)», Réseau Voltaire, 10 de ‎enero de 2020.

[4The Adana Security Agreement”, Voltaire Network, 20 de ‎octubre de 1998.