
Dando seguimiento a mis cartas fechadas los días 3, 7 y 8 de enero de 2020 sobre el asesinato del general de división Qasem Suleiman, cometido en Irak por las fuerzas armadas de Estados Unidos, escribo a usted sobre las cartas idénticas, fechadas del 9 de enero de 2020, que el Representante Permanente de la República de Irak ante la Organización de las Naciones Unidas dirigió al Secretario General [de la ONU] y al Presidente del Consejo de Seguridad (S/2020/26).
La acción realizada el 8 de enero de 2020 fue una respuesta mesurada y proporcionada, en el ejercicio por parte de Irán de su natural derecho de legítima defensa, tomando como blanco la base aérea estadounidense desde donde se realizó el artero ataque que hizo de Suleimani un mártir. Este último se encontraba en Bagdad por invitación del gobierno iraquí. Las autoridades iraquíes competentes fueron avisadas previamente de que nuestra operación de legítima defensa tenía esa base aérea estadounidense como único objetivo.
Recordando las sólidas relaciones fraternales que existen entre los pueblos y los Gobiernos de la República Islámica de Irán y de la República de Irak, quisiera yo reafirmar el firme apego de Irán a la coexistencia pacífica, a la unidad y la integridad territorial de Irak –lo cual Irán demostrado con creces al ayudarlo a luchar contra Daesh, lucha en la que el mártir Suleimani desempeñó un papel de primer plano.
Quedaría agradecido si tuviese usted a bien distribuir el texto de la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.
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