Siria sigue enfrentando una crisis en el sector de la energía. El 21 de diciembre de 2019, varios ‎ataques realizados con drones ya habían afectado 3 instalaciones vinculadas al sector del petróleo y ‎del gas y el 28 de enero de 2020 oleoductos submarinos fueron objeto de sabotajes realizados con ‎explosivos frente a la costa de Banyias (foto). ‎

Aunque parece probable que esos hechos sean obra de grupos yihadistas, nada permite afirmar ‎tal cosa con certeza. ‎

El consumo diario de Siria es de unos 100 000 barriles de petróleo. Antes de la agresión externa, ‎el país producía unos 350 000 barriles diarios pero esa producción se redujo a unos 24 000 ‎debido al conflicto. Eso se traduce en una importante caída de la generación eléctrica, ‎de manera que el gobierno se ve obligado a realizar cortes del servicio (3 horas de electricidad y ‎‎3 horas sin electridad) durante toda la jornada. Esto dificulta la actividad en las industrias y ‎afecta duramente la vida de las familias en medio de un invierno con temperaturas cercanas a ‎cero grados. ‎