El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, exhortó el 23 de marzo a decretar un alto ‎al fuego mundial para favorecer la lucha contra el coronavirus. ‎

En Yemen, los huthis, que acababan de vencer a Arabia Saudita en el norte del país, llamaron de ‎inmediato todas las fuerzas presentes en territorio yemenita a respetar una tregua. ‎

Pero no fue hasta el 8 de abril que Arabia Saudita finalmente anunció un alto al fuego que ‎comenzaría a las 9 de la mañana del 9 de abril, precisamente el día previsto para la nueva reunión ‎de la OPEP sobre los precios del petróleo. ‎

El reino saudita está siendo duramente golpeado por la epidemia de coronavirus, que se ceba en ‎los barrios insalubres donde viven los trabajadores extranjeros de menor categoría, provenientes ‎sobre todo de África y del sudeste de Asia, en las ciudades de La Meca y Medina. ‎

Por otra parte, Arabia Saudita está gobernada por una gerontocracia, en la que al menos ‎‎150 miembros de la familia real ya han dado positivo en los tests para la detección del ‎coronavirus. Entre los miembros de la familia real afectados por el coronavirus está el príncipe ‎Faisal ben Bandar ben Abdulaziz Al-Saud (ver foto), de 77 años, gobernador de Riad, quien se encuentra ‎actualmente en cuidados intensivos. ‎

El rey Salman, de 84 años, que padece Alzheimer, y el príncipe heredero, Mohamed ben Salman, ‎están confinados en dos palacios separados. ‎