La nominación de Mustafá al-Kadhimi como primer ministro de Irak es resultado de un acuerdo ‎entre Washington y Teherán. El británico-iraquí Al-Kadhimi, quien además de esta doble ‎nacionalidad tiene la reputación de trabajar para la CIA estadounidense, es uno de los asesinos ‎del general iraní Qassem Suleimani. ‎

Mustafá al-Kadhimi fue miembro del gobierno iraquí en el exilio, creado por Washington alrededor ‎de Ahmad Chalabi para derrocar al presidente Saddam Hussein. ‎

Al-Kadhimi está vinculado también a Arabia Saudita, cuyo príncipe heredero, Mohamed ‎ben Salman, fue la primera personalidad extranjera en felicitarlo por su nominación como primer ‎ministro, y trabajó para el sitio web informativo Al-Monitor –con sede en Washington– antes de ‎convertirse en director de los servicios de inteligencia iraquíes, cargo que ocupó hasta el 9 de abril ‎de 2020. Al-Kadhimi fue la parte iraquí implicada en el doble asesinato del comandante de los Guardianes ‎de la Revolución iraníes, el general Qassem Suleimani, y de Abu Mahdi al-Muhandis, número 2 de ‎la milicia iraquí proiraní Hachd al-Chaabi. ‎

El general Suleimani era unánimemente considerado el artífice en el terreno de la derrota del ‎Emirato Islámico (Daesh) y su muerte causó gran conmoción, no sólo entre la población iraní sino ‎entre todas las poblaciones que sufrieron en carne propia los crímenes perpetrados por los ‎yihadistas de Daesh en todo el Medio Oriente. ‎

El Guía de la Revolución iraní, el ayatola Alí Khamenei, y el secretario general del Hezbollah ‎libanés, Hassan Nasrallah, lloraron al general Suleimani como un hermano. Sorprendentemente, ‎el gobierno del presidente iraní Hassan Rohani se unió a las expresiones de duelo, a pesar de que ‎lo consideraba un serio adversario político, al extremo que muchos aún estiman que ‎el presidente Rohani estuvo implicado en su asesinato. ‎

En todo caso, la nominación de Mustafá al-Kadhimi como primer ministro de Irak demuestra que:
 1. Estados Unidos y el gobierno iraní supervisan juntos, desde 2003, toda la vida política iraquí, ‎a pesar de sus divergencias y disputas sobre otros temas;
 2. el asesinato del general Suleimani, además de no haber suscitado una respuesta vengadora ‎del gobierno iraní, fue visto incluso como un justificado llamado al orden. Para la administración ‎Trump, el asesinato del general ‎iraní y la anterior ejecución, sólo semanas antes, del ‎«Califa» de Daesh, Abu Bakr al-Baghdadi, ‎marcaron la recuperación del control de la situación en el Medio Oriente. ‎