Por instrucciones de mi Gobierno, quisiera poner en su conocimiento una serie de datos recientes e importantes. El primero de ellos está relacionado con la torre de refrigeración de la central eléctrica de Zayzun, situada en la llanura de Al-Gab, en la zona occidental de la provincia de Hama, que fue destruida por la organización terrorista del Partido Islámico del Turquestán. El segundo es la magnitud y la diversidad de las pérdidas que ha sufrido el sector eléctrico de la República Árabe Siria:

El 7 de mayo de 2020, elementos terroristas pertenecientes a la organización terrorista radical Partido Islámico del Turquestán, que mantiene vínculos operativos e ideológicos con el grupo Hay’at Tahrir al-Sham, clasificado como entidad terrorista, destruyeron la torre de refrigeración de la central eléctrica de Zayzun, en la llanura de Al-Gab, situada en la zona occidental de la provincia de Hama. Según los expertos del ministerio de Electricidad de la República Árabe Siria, el propósito de destruir la torre de refrigeración principal de esta central fue desmontar los paneles metálicos de esa estructura para venderlos a contrabandistas y comerciantes turcos.

A este respecto, cabe señalar que, en los dos últimos años, los grupos terroristas armados que han controlado sucesivamente esa zona se han dedicado a saquear generadores, transformadores, paneles de control, cables y tanques de combustible de la central térmica de Zayzun y los han vendido a comerciantes y contrabandistas turcos como “botín de guerra”. Posteriormente, los comerciantes y contrabandistas desmantelan ese “botín” y lo transportan al territorio turco para venderlo ilegalmente, en beneficio de empresarios e industriales turcos que, más tarde, reparten los beneficios entre los líderes de esos grupos terroristas armados, en particular Hay’at Tahrir al-Sham, el Partido Islámico del Turquestán, Hurras al-Din y Ahrar al-Sham.

Según las estimaciones iniciales del Ministerio de Electricidad de la República Árabe Siria, el valor de la torre de enfriamiento destruida rondaría los 44 millones de dólares estadounidenses, mientras que la reconstrucción de la central termoeléctrica de Zayzun ascendería a unos 440 millones de dólares, con un valor real total de 660 millones de dólares. Esa central es una de las más importantes para la producción de electricidad del país, con una capacidad de 384 MW, que generan tres grupos electrógenos de gas con todos sus complementos [?], cada uno de los cuales tiene una capacidad unitaria de 128 MW. Las turbinas de la central podían funcionar tanto con combustible líquido como con gas.

Según estimaciones preliminares del gobierno, las pérdidas del sector eléctrico en la República Árabe Siria desde 2011 ascenderían a 7.220 millones de dólares, ya que ha dejado de funcionar el 70% de las instalaciones de generación, transformación y distribución de electricidad, así como las de transporte de gas y combustibles. A pesar de los esfuerzos que han desplegado las entidades y el personal del Ministerio de Electricidad para reparar los daños en la medida de lo posible con los recursos, los esfuerzos y las capacidades nacionales y la cooperación de algunos países amigos, es posible afirmar ahora que un 50% del sistema eléctrico en Siria ha quedado fuera de servicio por las razones siguientes:

1. Las actividades de diversos grupos terroristas armados y las facilidades y el apoyo logístico constantes que esos grupos han recibido del Gobierno turco. Ese apoyo incluye la participación de las fuerzas militares y los servicios de seguridad turcos que controlan el lado turco de la frontera con Siria y permiten los desplazamientos de las organizaciones terroristas a ambos lados de la frontera. Así es posible transportar armas, dinero y combatientes terroristas, así como saquear y pasar de contrabando a Turquía elementos y componentes de las centrales eléctricas y de transmisión de electricidad, en particular generadores, transformadores, paneles de control, cables y depósitos de combustible.
2. Las operaciones militares y los bombardeos aéreos de la aviación de la denominada “coalición internacional”, encabezada por Estados Unidos, cuya presencia y actividad en la República Árabe Siria son ilegales, no cuentan con la autorización del Consejo de Seguridad, no han sido aprobadas ni acordadas por el Gobierno sirio y violan la soberanía nacional, la integridad y la unidad territorial de Siria.
3. La escasez y el agotamiento de los recursos financieros y humanos de los sectores de la energía y la electricidad, tanto en el apartado de la inversión como en el de los servicios, debido a la guerra terrorista y a los actos de piratería de las fuerzas de ocupación estadounidenses, que controlan los campos de petróleo y gas de Siria.
4. La presión a la que se ven sometidos diversos sectores económicos y de servicios de Siria, en particular el sector eléctrico, a causa de las medidas coercitivas unilaterales que han impuesto al pueblo sirio los Estados Unidos de América, la Unión Europea y otros.
5. El hecho de que la mayoría de las empresas extranjeras que hacían negocios en Siria se hayan abstenido de reinvertir en el sector eléctrico del país ante el temor a verse afectadas por las sanciones que Estados Unidos y la Unión Europea han impuesto a cualquier tercer país que participe en los sectores público y privado de Siria. Ello incluye proyectos de energía alternativa: entre 2015 y 2018, el ministerio de Electricidad de la República Árabe Siria otorgó las autorizaciones necesarias para 19 proyectos relacionados con las energías renovables (solar y eólica), de los cuales 6 son proyectos eólicos, pero hasta la fecha no se ha ejecutado ninguno de ellos por diversas razones que guardan relación directa o indirecta con las sanciones económicas unilaterales.
6. El hecho de que la mayor parte de los fondos de asistencia procedentes de las Naciones Unidas y la comunidad internacional que se destinan a los ciudadanos sirios se dirijan a los países vecinos. En contraste, se deja desatendida la financiación de muchas de las necesidades básicas de los ciudadanos sirios que viven en el país, y muy en particular la necesidad imperiosa de financiar la reconstrucción y rehabilitación de la infraestructura y el sector de los servicios, con especial énfasis en el servicio eléctrico, que está vinculado con la cobertura de las necesidades y la prestación de servicios humanitarios básicos para todos los sirios sin excepción.
7. La reticencia del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo a financiar el relanzamiento de proyectos de desarrollo y recuperación en Siria, en particular el sector eléctrico. Ello se debe a la presión directa de los gobiernos de ciertos países, entre los que destacan Estados Unidos, Francia y el Reino Unido, que han impedido hasta ahora el relanzamiento de esos proyectos.

Se adjunta a la presente carta un anexo en el que figuran las estimaciones de las pérdidas que ha sufrido el sector eléctrico durante la guerra terrorista de la República Árabe Siria (véase el anexo). Además, quisiera exponer un ejemplo de la penuria en la que viven los ciudadanos sirios a causa de esas pérdidas. Se trata de la situación en la que se encuentra el sector en la provincia de Damasco Rural, donde 4 de las 5 subestaciones de transformación básicas están fuera de servicio, destruidas por completo por los grupos terroristas armados. Si bien el ministerio de Electricidad de la República Árabe Siria tiene un plan para restablecer esas subestaciones, necesitará un presupuesto estimado de 500 millones de dólares y un dilatado calendario de ejecución, de 3 años, debido a las restricciones citadas, entre las que destacan las medidas coercitivas unilaterales y el hecho de que algunos Gobiernos del sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo se niegan a financiar y poner en marcha proyectos de recuperación.

El alarmante deterioro que sufre la situación del sector eléctrico en la República Árabe Siria tiene profundas implicaciones negativas para la vida cotidiana de todos los ciudadanos sirios, sin excepción. Baste recordar al Secretario General y a los Estados Miembros de las Naciones Unidas que el suministro de electricidad a los hogares sirios no es constante ni estable, que la duración de los cortes del servicio alcanzan con frecuencia las 16 horas diarias y que varias instalaciones públicas y privadas de salud, educación y servicios sufren esos cortes y se ven obligadas a recurrir a generadores auxiliares de energía, con todos los efectos negativos que ello conlleva dado el bajo poder adquisitivo de los sirios en general, la incapacidad de facilitarles el combustible y la gasolina que requieren, así como los efectos muy negativos que tienen para el medio ambiente dentro y fuera de las ciudades. Cabe señalar, al mismo tiempo, que las sanciones económicas unilaterales impuestas a la República Árabe Siria impiden a los sectores público y privado importar generadores de energía eléctrica y piezas de repuesto.

Mi país aprecia enormemente la amplia campaña que ha emprendido el Secretario General, en colaboración con las agencias internacionales y los organismos especializados para lograr la solidaridad colectiva mundial frente a los efectos sanitarios, económicos y sociales de la pandemia global de
COVID-19. El mensaje de las Naciones Unidas ha dejado claro desde un primer momento que si se pretende lograr la solidaridad mundial no es aceptable que ciertos gobiernos sigan imponiendo medidas coercitivas económicas unilaterales a los pueblos de algunos países del mundo.

Hoy, la población siria espera con interés que las Naciones Unidas adopten un nuevo enfoque progresivo para la situación de la República Árabe Siria, que se fundamente en la necesidad imperiosa de volver a facilitar los elementos básicos para la vida en todo el país sin excepción, con especial énfasis en la alimentación, la atención de la salud, el agua, las comunicaciones y la energía eléctrica para todos, de manera estable, sostenible y proporcional a los niveles de ingresos per cápita.

El éxito de la misión de las Naciones Unidas como facilitadora del proceso político en la República Árabe Siria debe estar vinculado al inicio de una andadura de desarrollo económico y social, puesto que ningún proceso político puede tener éxito ni sostenerse bajo la presión del bloqueo económico y de los obstáculos al inicio de la reconstrucción y la recuperación. Como ya señalé en mi carta anterior, la comunidad internacional no debería esperar que los sirios confiaran en la integridad, la independencia, la eficacia y la credibilidad del proceso político cuando se les está privando de los derechos fundamentales para la vida.

Para concluir, quisiera poner en su conocimiento el hecho de que los sirios, que han vivido una amarga década de guerra terrorista con todas sus repercusiones económicas, sociales y humanitarias, no esperan ya de las Naciones Unidas que les entreguen ayudas y alimentos. Lo que esperan es que la Organización adopte un enfoque creativo y convenza a esos Gobiernos que influyen negativamente en la situación interna siria de que ha llegado la hora de otorgar al pueblo sirio el derecho de liderar el proceso político con independencia y en libertad; que ha llegado la hora de levantar las medidas coercitivas unilaterales impuestas a los ciudadanos sirios; y que ha llegado la hora de que el sistema de las Naciones Unidas para el desarrollo inicie proyectos de reconstrucción, recuperación y desarrollo en Siria, en beneficio de todos los sirios, para que quienes están en el extranjero vean cumplido su deseo de regresar a sus hogares y a sus ciudades, y para que todos los sirios recuperen su vida normal con estabilidad, prosperidad y seguridad.

Le agradecería que tuviera a bien hacer distribuir la presente carta como documento del Consejo de Seguridad.

Anexo
Estimaciones preliminares de las pérdidas del sector eléctrico durante la guerra terrorista en la República Árabe Siria

El sector eléctrico es la base para el desarrollo de la economía, la sociedad, los servicios y las inversiones de los diversos sectores industriales, agrícolas, comerciales y de servicios en cualquier país del mundo, además de cubrir las necesidades básicas de energía eléctrica de todos los segmentos de la sociedad.

Con anterioridad a la guerra terrorista que afecta a la República Árabe Siria desde 2011, el sector eléctrico estaba armonizado con los planes de desarrollo. La tasa de crecimiento anual de la demanda eléctrica rondaba el 7 % en el período 2000-2011. La respuesta a esa tasa de crecimiento se encontraba en su mejor momento antes de la guerra: se ejecutaron planes extensos que integraban la puesta en funcionamiento de numerosas plantas de generación y la expansión de las redes de transporte y distribución de electricidad en todas las ciudades y regiones de Siria sin excepción.

Desde el comienzo de la guerra, el sector eléctrico ha sido el objetivo de ataques sistemáticos y deliberados de los grupos terroristas armados que han destruido las infraestructuras, por lo que cerca del 50 % del sistema eléctrico ha quedado fuera de servicio.

El valor total de los daños directos asciende a 7.220 millones de dólares de los Estados Unidos, que se distribuyen de la siguiente manera (valores aproximados):

• Daños en centrales eléctricas: 4.500 millones de dólares.

• Daños en la red de transporte: 1.720 millones de dólares.

• Daños en la red de distribución: 1.000 millones de dólares.

1. Daños en centrales eléctricas: 4.500 millones de dólares:

• La central termoeléctrica de Alepo, de 1.065 MW de potencia, fue objeto de destrozos deliberados a manos de grupos terroristas armados, que destruyeron de forma intencional varios sistemas. Los terroristas volaron secciones clave de la central, lo que ocasionó enormes daños que no se han reparado, por lo que no se ha restablecido el servicio. El valor real corriente de la planta asciende a unos 1.540 millones de dólares;

• Desde la primera vez que los grupos terroristas consiguieron llegar a la central eléctrica de ciclo combinado de Zayzun (provincia de Idlib), de 450 MW de potencia, han venido robando y vendiendo equipo eléctrico. Recientemente, estos grupos destruyeron la torre de refrigeración principal de la central, cuyo valor real asciende a 660 millones de dólares;

• La central eléctrica de gas de Al-Taym, con una potencia de 102 MW, que se encuentra en la provincia de Deir Ezzor, ha sido saqueada y deteriorada por los grupos terroristas armados. Se han reparado dos grupos electrógenos de gas, que han vuelto a dar servicio. El valor real corriente de la central es de 99 millones de dólares;

• Las centrales eléctricas de Muharada, Al-Zara y Tishrin han sido objeto de varios ataques desde que comenzó la guerra terrorista. Se han lanzado granadas propulsadas por cohetes contra esas centrales, así como contra sus equipos y sus depósitos de combustible. Esos ataques han ocasionado daños diversos, incendios en los depósitos de combustible y desperfectos en torres de refrigeración, calderas, líneas de control y otros equipos, por lo que esas centrales han quedado fuera de servicio en varias ocasiones. Después de cada ataque, se llevaron a cabo reparaciones inmediatas y urgentes para restablecer el servicio de las centrales citadas, merced a la experiencia del personal nacional que trabaja en ellas.

2 Daños en la red de transporte: 1.720 millones de dólares:

• Las subestaciones de transformación de 400, 230, 66 y 20 kV, y cientos de kilómetros de líneas de alta tensión de 400, 230 y 66 kV han sufrido destrozos, saqueos y robos. Se han volado y deteriorado numerosas torres de alta tensión. Un total de 52 subestaciones de transformación resultaron dañadas y quedaron fuera de servicio, entre ellas las de Al-Zaruba y
Al-Shayj Nayar, Alepo-F, Alepo-B, Al-Jafsa, Al-Babiri, Siqba, Zamlaka, Duma 1, Maydan 2, Qabun 3, Al-Tal, Al-Fursan, Al-Faiya, Al-Taym,
Al-Talaia, Al-Mayadin, Al-Idhaa, Al-Umran, Al-Sharia, Tadmur (Palmira), Al-Qaryatayn, Al-Shayj Miskin, Gazala, Al-Harak, Nawi y Yasim;

• Alrededor del 40 % de las líneas de alta tensión también han quedado fuera de servicio debido a los ataques terroristas contra esas líneas y a la voladura de torres. Como resultado, la red eléctrica de la República Árabe Siria ha quedado fragmentada. El suministro eléctrico ha quedado cortado por completo en algunas provincias, como Deir Ezzor y Alepo, mientras que otras provincias están aisladas de la red y se les da suministro por separado, como Al-Hasaka.

3. Daños en la red de distribución: 1.000 millones de dólares:

• Se han producido destrozos y robos en miles de kilómetros de redes de distribución de media y baja tensión (20 y 0,4 kV), y se calcula que 12.000 subestaciones de transformación han sufrido destrozos o saqueos;

• También ha habido robos en almacenes de equipo y material eléctrico, como cables, transformadores y bridas, y se han quemado contadores eléctricos.

4 Daños indirectos:

• Además de los ataques ya citados, por los cuales alrededor del 50 % del sistema eléctrico de Siria ha quedado fuera de servicio, también ha habido ataques contra los gasoductos de gas natural y las vías férreas por las que se transporta el combustible que utilizan las centrales eléctricas;

• A raíz de esos ataques, la generación de electricidad de las centrales eléctricas del Ministerio de Electricidad disminuyó de 43.000 millones de kWh en 2010 hasta los 17.600 millones de kWh en 2016, la cifra más baja de energía generada, lo que obligó al Ministerio a implementar programas de racionamiento forzoso en las provincias, que en algunos casos alcanzan hasta las 16 horas de corte;

• Los cortes en el suministro de electricidad a los sectores industrial y de servicios han causado pérdidas financieras a la economía nacional. Las pérdidas indirectas debidas a los cortes de energía causados por las operaciones de sabotaje hasta finales de 2019, incluidas las pérdidas de beneficios, se estiman en unos 70.000 millones de dólares, según un cálculo que toma como base el valor (1 dólar) del kWh no servido.