Departamento de Estado de Estados Unidos
Los dirigentes políticos libaneses han ignorado por demasiado tiempo su responsabilidad en cuanto a responder a las necesidades de su pueblo y, en lugar de eso, han construido un sistema político al servicio de sus intereses privados. La explosión del 4 de agosto en el puerto de Beirut es la manifestación más reciente y la más trágica del carácter disfuncional del sistema político del Líbano, que también ha permitido a un grupo terrorista convertir la administración del país en rehén de su propio programa. Estados Unidos apoya el llamado del pueblo libanés a la reforma y hará todo lo que esté en sus manos para favorecer la responsabilización de los dirigentes libaneses que han faltado a su deber hacia el pueblo.
Estados Unidos designa [1] a 2 ex ministros libaneses, Youssef Fenianos y Alí Hassan Khalil, en virtud del decreto presidencial (E.O.) 13224 enmendado, debido a su apoyo material al Hezbollah, organización terrorista extranjera inscrita por Estados Unidos en la lista de terroristas mundiales expresamente designados como tales. Fenianos y Khalil utilizaron sus mandatos en los gobiernos libaneses anteriores para conceder favores políticos y económicos al Hezbollah, principalmente para hacer que empresas pertenecientes al Hezbollah obtuviesen contratos gubernamentales por valor de varios millones de dólares, y transferir fondos de los ministerios del gobierno a instituciones vinculadas al Hezbollah.
Las designaciones de hoy muestran que los políticos libaneses que ofrecen la apariencia engañosa de legitimidad política al Hezbollah o que abusan de sus posiciones para desviar fondos públicos hacia ese grupo terrorista son tan responsables de su profunda influencia como los miembros mismos del Hezbollah y los hombres de negocios corruptos y lavadores de capitales que contribuyen al financiamiento del grupo desde hace décadas.
El Hezbollah depende del sistema político corrupto del Líbano para sobrevivir. Quien contribuya a promover los intereses políticos o económicos del Hezbollah debilita aún más lo que queda de una administración eficaz y facilita el financiamiento del terrorismo. El pueblo libanés merece algo mejor y Estados Unidos seguirá asociándose a sus llamados a poner fin a la corrupción y el estancamiento político.
[1] Léase “sanciona”. Nota de la Red Voltaire.
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