La Asamblea Nacional de la autoproclamada República de Artsaj (Alto Karabaj) propuso a Armenia, ‎Irán y Rusia la creación de un órgano antiterrorista común. ‎

Esa proposición está expresada en una moción de esa Asamblea sobre la llegada al Alto Karabaj de ‎numerosos yihadistas “importados” desde Siria, Irak y Libia. La moción fue adoptada el 11 de octubre ‎de 2020 por los miembros de la Asamblea Nacional de Artsaj. ‎

La experiencia ha demostrado que cuando el yihadismo aparece en una zona geográfica, el ‎restablecimiento de la paz no depende sólo de la eliminación física de los yihadistas. El yihadismo ‎no es sólo una forma de guerra o una estrategia. También es una ideología que usa a sus adeptos ‎como combatientes recurriendo a una retórica religiosa que además contamina a la población de ‎las regiones donde logra implantarse. Esto lo han aprendido a sus expensas el Reino Unido y los ‎Estados de Europa occidental que promovieron el yihadismo en el Medio Oriente creyendo que ‎podrían albergar en sus propios países a «sus» yihadistas sin llegar a verse afectados por esa forma de fanatismo. ‎

Desde la reactivación del conflicto en el Alto Karabaj, Turquía ha “importado” a esa región ‎al menos un millar de yihadistas. Decenas de ellos han muerto en combate pero la gangrena ‎yihadista amenaza con contaminar Armenia, Irán y Rusia. ‎