La campaña electoral previa a la elección presidencial iraní comenzó el 28 de mayo de 2021. ‎El Consejo de Guardianes de la Constitución (no confundir con los Guardianes de la Revolución) ‎aprobó las nominaciones de varios aspirantes a competir como candidatos a la presidencia y excluyó a otros, como el ex presidente del parlamento, Alí Lariyani, y el ex presidente de la ‎República Islámica, Mahmud Ahmadineyad. ‎

El 27 de mayo, el Guía de la Revolución, el ayatola Alí Khamenei, conminó los 27 candidatos ‎confirmados a abordar únicamente cuestiones económicas, como el «desempleo entre los ‎jóvenes» y «los medios de subsistencia de la clase desfavorecida». ‎

El 28 de mayo, el general Hossein Achtari, comandante en jefe de las fuerzas de policía, amenazó ‎con acciones judiciales a quienes «estimulen la gente a no ir a votar». ‎

El 30 de mayo, el fiscal general de Teherán, Alí Alqassi-Mehr, advirtió a los candidatos que ‎no deben violar las «líneas rojas» y precisó que si lo hacen «nos ocuparemos de ellos ‎firmemente». ‎

La cúpula religiosa iraní está obligada a poner en juego todo su poder para que al menos ‎la mitad de los electores acudan a las urnas y elijan a Ebrahim Raissi (a la derecha en la foto, ‎con el Guía Alí Khamenei), candidato del Guía y actual jefe de la autoridad judicial. ‎