Un enconado debate se desarrolla en el Pentágono entre dos visiones de cómo deben actuar las ‎fuerzas armadas estadounidenses en la pugna con China.‎ ¿Deben posicionarse lejos de China, para tener que temer ‎únicamente los misiles de ese país, o deben desplegar tropas cerca del territorio chino, exponiéndose así ‎a eventuales ataques de fuerzas enemigas? ‎

Esas dos opciones implican despliegues de tropas muy diferentes y, en el caso de la instalación de ‎bases cerca de las fronteras chinas, los costos resultarían muy elevados.‎

Dos oficinas del Pentágono –la Oficina de Evaluación de Costos y Programas (Office of Cost ‎Assessment and Program Evaluation, CAPE)– y la Oficina de Evaluación Estrategica (Office of Net ‎Assessment, ONA)– insisten en que las bases estadounidenses deben situarse lo más lejos posible del territorio chino. ‎

Pero los defensores de la opción contraria afirman que las tropas de Estados Unidos deben ‎posicionarse cerca de China para poder intervenir rápidamente si China atacara Taiwán. Ante este ‎argumento, los partidarios de la primera opción (posicionar las tropas estadounidenses lo ‎más lejos posible de China) responden que si China llegara a tomar Taiwán… eso no significaría ‎gran cosa para Estados Unidos. ‎

El general Ken Wilsbach, jefe de las fuerzas aéreas del IndoPaCom (el Mando de las fuerzas de ‎Estados Unidos, en el Pacífico y el Océano Índico), ‎se pronuncia por posicionar tropas estadounidenses en una multitud de pequeñas ‎bases, cuya cantidad y dispersión harían muy difícil atacarlas todas a la vez. ‎